Fern¨¢ndez Ord¨®?ez afrontar¨¢ en Rabat las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla

El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, inicia esta tarde una visita oficial a Marruecos cuyo contenido fundamental gira en torno al replanteamiento o la insistencia que los marroqu¨ªes pueden hacer de su permanente reivindicaci¨®n de Ceuta y Melilla. La segunda dimensi¨®n del viaje tiene un car¨¢cter econ¨®mico, en v¨ªsperas del vencimiento del acuerdo pesquero hispanomarroqu¨ª, que a partir del 1 de agosto tendr¨¢ que enmarcarse en el ¨¢mbito de la Comunidad Europea.

A menos de un mes de que concluya el plazo del acuerdo pesquero, Marruecos todav¨ªa no ha dado se?ales a Bruselas sobre sus intenciones en torno al aumento econ¨®mico del canon y a la disminuci¨®n del volumen de pesca. Si el 1 de agosto no se ha firmado el acuerdo, como parece probable, la flota pesquera integrada por unos 700 barcos de Andaluc¨ªa y Canarias, de los que dependen directamente unas 150.000 personas, tendr¨ªa que ser amarrada, con el desgaste econ¨®mico y social que ello puede presuponer.El jefe de la diplomacia espa?ola viaja acompa?ado de una delegaci¨®n que incluye al secretario general de Pol¨ªtica Exterior, M¨¢ximo Cajal; el director general de ?frica, Jorge Descallar, y una importante representaci¨®n econ¨®mica encabezada por el secretario de Estado para las Relaciones con la CE, Pedro Solbes.

Antes de regresar a Madrid se espera que el ministro espa?ol sea recibido en audiencia por el rey Hassan II, como suele ser habitual en visitas de este nivel. Peto, como tambi¨¦n es habitual, ayer no se ten¨ªa todav¨ªa confirmaci¨®n alguna de la audiencia real, ni del palacio donde ¨¦sta pueda tener lugar. Podr¨ªa ser Marraquech, Fez o Casablanca, depende de donde se encuentre el monarca alau¨ª.

El ministro espa?ol ha calificado su visita a Rabat como "un paso m¨¢s en el di¨¢logo pol¨ªtico y econ¨®mico entre los dos pa¨ªses, tanto en el plano bilateral como en el comunitario y en el multilateral". Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, en conversaci¨®n con este peri¨®dico el mi¨¦rcoles en Estrasburgo, dijo que su viaje se inscribe dentro de los contactos que desea mantener cada seis meses con su hom¨®logo marroqu¨ª (Filali estuvo en Madrid en noviembre). "Es la normalidad del di¨¢logo lo que pretendemos", a?adi¨® el ministro, "y en segundo lugar, como doctrina fundamental entre pa¨ªses vecinos, hay que tratar de que las diferencias no impidan una relaci¨®n que se quiere que sea buena entre los dos pa¨ªses".

Fern¨¢ndez Ord¨®?ez declin¨® comentar si durante su viaje se va a plantear el tema de Ceuta y Melilla o si puede surgir alg¨²n documento en l¨ªnea con la c¨¦lula de reflexi¨®n sobre el futuro de las dos plazas espa?olas.

En relaci¨®n con el contencioso de Ceuta y Melilla, en medios diplom¨¢ticos espa?oles se se?ala que, ante la crispaci¨®n en que se encuentra el tema de Gibraltar, no parece que sea ¨¦ste el mejor momento para que los marroqu¨ªes hagan sugerencias o presiones en torno a su reivindicaci¨®n de las dos ciudades norteafricanas.

El otro gran tema en la agenda hispano-marroqu¨ª tiene un contenido eminentemente econ¨®mico. El 31 de este mes expira el acuerdo de pesca suscrito hace cuatro a?os entre los dos pa¨ªses, que permiti¨® faenar a unos 700 barcos espa?oles en aguas marroqu¨ªes, con unas compensaciones econ¨®micas y financieras que totalizan 550 millones de d¨®lares. A partir del 1 de agosto el nuevo convenio pesquero ser¨¢ entre Marruecos y la Comunidad Europea, aunque los grandes beneficiarios sigan siendo los pescadores espa?oles. En medios comunitarios se se?ala que Rabat todav¨ªa no ha contestado a los requerimientos de la CE para iniciar las negociaciones del acuerdo. En principio se cree que empezar¨¢n a mediados de este mes, pero se duda que para el 1 de agosto hayan concluido, una situaci¨®n que podr¨ªa suponer el amarre obligatorio para la flota espa?ola, si no se consigue una pr¨®rroga temporal, que estar¨ªa condicionada al clima pol¨ªtico de las conversaciones. En el supuesto de que la flota tuviera que ser amarrada temporalmente, el coste econ¨®mico subsiguiente correr¨ªa a cargo de fondos comunitarios.