Sobre el puente de un barco
Una fotograf¨ªa de Mara?¨®n le muestra sentado en el puente de un barco, abstra¨ªdo sobre un libro que lleva en el regazo, acompa?ado de su esposa. Esa f¨®to, que debe de corresponder a un viaje por el sur de Latinoa,In¨¦rica, seg¨²n explic¨® su nieto, Gregorio Mara?¨®n y Bertr¨¢n (le Lis, es un buen s¨ªmbolo de la presencia de Mara?¨®n, de los intelectuales espa?oles de su tiempo, en Latinoam¨¦rica.Otra imagen recoge la entra(la de los al,emanes en Par¨ªs durante la ¨²ltima guerra mundial. Seg¨²n varios testimonios de los presentes, Mara?¨®n tuvo un permanente inter¨¦s por los republicanos perseguidos e interde los principales expertos sobre su obra, en cada fotograma se planteaban sencillas preguntas que no se pod¨ªan resolver, como el nombre de algunos de sus contertulios alrededor de una mesa o el paradero de una determinada escultura. Algo parecido ocurre con su obra, que en determinados campos mantiene multitud de sugerencias y que a¨²n no ha sido estudiada er, profundidad, seg¨²n se desprendi¨® de determinadas intervenciones.
Existen algunas constantes en las fotografilas del m¨¦dico., seg¨²n se, pudo comprobar en una sesi¨®n comentada por su nieto: la sonrisa, indicio de un humor del que har¨ªa falta hablar m¨¢s, seg¨²n se dijo, con unos "ojos perspicaces, profundos y llenos de compasi¨®n por el ser humano", afirm¨® Pinillos. Las fotos le recogen vestido de blanco o entre libros, las dos actividades de su v?da, y a veces se ve en un segundo plano alguna escultura o alguno de los retratos que, como el c¨¦lebre de Zuloaga, le hicieron sus numerosos amigos pintores.
Mara?¨®n se acerc¨® al arte, como una pasi¨®n vital, explic¨¦ Francisco Calvo Serraller, profesor de Historia del Arte y cr¨ªtico de EL PAIS. Le interes? sobre todo el paisaje, explic¨®, y en Toledo encontr¨®, las circunstancias que se amoldaron mejor a la fecundaci¨®n de su obra.
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