'El Tigre' contra 'el Gocho'
A un a?o v medio de las elecciones en Venezuela, la batalla por la presidencia est¨¢ ya en marcha
Los muros de Caracas piden con pintura verde (el color de los copeyanos) "El Tigre para presidente". Por la ciudad se reparten pegatinas que dicen El Gocho pal 88. El Tigre es Eduardo Fern¨¢ndez, secretario general de COPEI (Comit¨¦ de Organizaci¨®n Pol¨ªtica Electoral Independiente, democristiano), pr¨®ximo a los 50 a?os, aspirante a la designaci¨®n como candidato de su partido a las elecciones presidenciales de diciembre de 1988. El Gocho es Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, de Acci¨®n Democr¨¢tica (AD, socialdem¨®crata? quien, con 64 a?os, quiere volver a ser presidente de Venezuela despu¨¦s de pasados los dos per¨ªodos presidenciales de abstinencia que impone la Constituci¨®n a los que ocuparon la presidencia. Los seguidores de P¨¦rez -han convertido el mote de gocho, con que se designa peyorativa mente a los nacidos en la regi¨®n andina de Venezuela, en una consigna electoral con rima incluida: El Gocho pal 88. Ni el Gocho, ni el Tigre tienen asegurada su participaci¨®n en la carrera final por la presidencia. El copeyano Fern¨¢ndez y el adeco P¨¦rez son s¨®lo precandidatos, que disputan la nominaci¨®n de sus partidos contra dos fuertes oponentes: el ex presidente Rafael Caldera (COPEI) y el ex ministro del Interior Octavio Lepage (AD).
Los dos grandes partidos venezolanos, que juntos sumaron algo m¨¢s del 90% de los votos en las ¨²ltimas elecciones presidenciales, est¨¢n metidos en una lucha interna entre sus precandidatos que pugna se decidir¨¢ el pr¨®ximo oto?o, cuando los colegios electorales adecos escojan entre P¨¦rez y Lepage y la convenci¨®n de COPEI entre Caldera y Fern¨¢ndez. Resulta dif¨ªcil aventurar cu¨¢l de los dos grandes partidos saldr¨¢ m¨¢s desgarrado de esta pelea entre precandidatos.
Un l¨ªder caudillista
Actualmente, el ex presidente P¨¦rez parece tener ganada la calle y disfruta de una mayor¨ªa aplastante en el favor popular. Carlos Andr¨¦s se ha convertido en un aut¨¦ntico l¨ªder carism¨¢tico con ribetes caudillistas y capaz de arrastrar a las masas, que ven en ¨¦l una esperanza de mejor¨ªa y de salir de la crisis.A pesar de que cuando dej¨® la presidencia, en 1979, flotaba en el ambiente el tufo de la corrupci¨®n y entonces se sentaron las bases de lo que hoy es la agobiante deuda externa, el pueblo venezolano conserva un buen recuerdo de CAP (Carlos Andr¨¦s P¨¦rez).,Eran los tiempos de bonanza petrolera, de la llamada Venezuela Saudita, cuando, a base de petrod¨®lares y endeudamiento, se pod¨ªa satisfacer buena parte de las demandas populares. Aunque C¨¢rlos Andr¨¦s P¨¦rez se presenta como un casi seguro ganador en una contienda por la presidencia, tiene dif¨ªcil la designaci¨®n como candidato de su propio partido, AD.
Lepage es un oscuro pol¨ªtico, que ha desempe?ado la cartera del Interior durante la presidencia de P¨¦rez y tambi¨¦n con Lusinchi, cargo que abandon¨® para lanzarse a la carrera por la presidencia. A pesar de sus largos a?os en el Gobierno, en el puesto m¨¢s importante despu¨¦s del presidente, Lepage no ha conseguido popularidad por su falta de gancho. Todo lo contrario del explosivo y temperamental P¨¦rez, que ha desempolvado el eslogan de su campa?a presidencial de 1973, "ese hombre s¨ª camina", y se lanza a dar grandes caminatas, en las que arrastra a miles de personas que le siguen.
P¨¦rez est¨¢ convencido de ganar en los colegios electorales, porque considera que los compromisarios adecos no podr¨¢n ignorar el clamor de las bases a su favor. Lepage asegura que cuenta con la mayor¨ªa en los siete colegios electorales decisivos y que tiene ya comprometidos m¨¢s de un 70% de los que en octubre escoger¨¢n el candidato adeco para las elecciones de 1988. P¨¦rez responde con una broma: "?l tiene los colegios, pero yo tengo los alumnos".
Para el director del diario El Nacional, Alberto Quir¨®s, "el dilema de AD est¨¢ en saber escoger entre el que tiene la popularidad y el que tiene la maquinaria. No ser¨¢ f¨¢cil". Quir¨®s cree que, "pase lo que pase, la situaci¨®n interna de AD sufrir¨¢ un deterioro importante. Si gana CAP [P¨¦rez], el presidente de la rep¨²blica sufrir¨¢ en lo personal una derrota importante (lo cual es peligroso). Si gana Octavio [Lepage], CAP seguir¨¢ controlando la calle (lo cual es peligroso)". A la pregunta de ?para qui¨¦n es peligroso?, Quir¨®s responde: "El deterioro pol¨ªtico de AD, por la irresponsabilidad de sus l¨ªderes, es peligroso para el sistema democr¨¢tico".
La situaci¨®n en COPEI no es muy diferente, con dos precandidatos fuertes, dispuestos a conseguir la designaci¨®n, y un tercero, Pedro Pablo Aguilar, que durante ocho a?os fue secretario general de COPEI y que ha lanzado su precandidatura en un gesto que parece destinado a hacer el papel de bisagra con los votos que consiga en la convenci¨®n.
El 'hijo' y el 'padre'
Mientras que la lucha en AD se centra entre las bases y la oligarqu¨ªa del partido, la de COPEI presenta connotaciones freudianas: la del hijo, Fern¨¢ndez, que se rebela contra el padre, Rafael Caldera, que con 71 a?os parece decidido a competir por sexta vez por la presidencia. Caldera ya fue presidente de 1969 a 1974 y, a pesar de su clamorosa derrota en las ¨²ltimas elecciones, cuando qued¨® a m¨¢s de 22 puntos de distancia del vencedor Lusinchi, parece dispuesto a intentarlo de nuevo. Fern¨¢ndez es secretario general de COPEI desde hace ocho a?os y se hizo pol¨ªtico al lado de Caldera, el fundador del partido, a quien ahora trata de retirar.Caldera lucha y recorre Venezuela de mitin en mitin. A los que argumentan que ya est¨¢ viejo les coment¨® recientemente en Barlovento: "Un copeyano de Trujillo me dijo una frase muy simp¨¢tica: 'Ta enterito'. Bueno, en realidad, gracias a Dios, tengo buena salud y ganas de luchar, porque he sido toda la vida un luchador. ?Quieren que les confiese una cosa? Cuando me meten miedo, no me gusta salir corriendo".
Fern¨¢ndez, como si se tratara de acentuar a¨²n m¨¢s el car¨¢cter ed¨ªpico de la lucha copeyana, se justifica y dice que "siempre he predicado respeto y cari?o en COPEI hacia el fundador de la organizaci¨®n" y a?ade inmediatamente que el hijo puede diferir del padre en ocasiones y "esto pasa hasta en las mejores familias". Asegura Fern¨¢ndez que est¨¢ convencido de contar con la mayor¨ªa en la convenci¨®n de COPEI, que se celebrar¨¢ en noviembre, y dice que "el partido no es una montonera detr¨¢s de un caudillo, sino una instituci¨®n democr¨¢tica que delibera, analiza y decide democr¨¢ticamente".
Caldera juega la carta de su prestigio personal y destaca el hecho de que sea un pol¨ªtico con una imagen de proyecci¨®n nacional, el hombre capaz, por su experiencia, de sacar a Venezuela de la crisis. Recientemente Caldera dijo en Caracas en un discurso ante sus equipos de precampa?a que "no es lo mismo contar con unos cuantos mercenarios que interpretar la voluntad de la gente". Fern¨¢ndez consider¨® estas palabras como un ataque personal y asegur¨® que "no cabe la m¨¢s m¨ªnima duda de que los copeyanos en su inmensa mayor¨ªa ya optaron por Eduardo Fern¨¢ndez". D¨ªas antes Caldera hab¨ªa dicho: "Yo, por mi parte, he rehusado siempre la idea de convertirme en jefe de un grupo dentro de COPEI. Yo, o soy de todo COPEI o no soy de COPEI".
Ante la lucha de los elefantes, AD-COPEI, los restantes partidos quedan reducidos a meros espectadores. En 1983 todos los dem¨¢s candidatos presidenciales se repartieron el 8,58% de votos que dejaron Lusinchi y Caldera. No parece que en 1988 vaya a ocurrir de otra forma. La izquierda, una vez m¨¢s, se presenta en Venezuela desunida. El Movimiento al Socialismo (MAS) ya anticip¨® el nombre de su candidato y repetir¨¢ con Teodoro Petkoff, que en 1983 consigui¨® un 4,17% de votos. Los otros partidos izquierdistas acusan al MAS de prepotencia y de haber lanzado su precandidato sin haber intentado encontrar un candidato com¨²n para la izquierda.
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