Funcionarios bajo sospecha
El proceso penal iniciado esta semana, por perjurio, contra Michael Deaver, ¨ªntimo amigo del Presidente y de Nancy Reagan y hombre fuerte de la Casa Blanca hasta hace dos a?os, es un ejemplo m¨¢s de como una Administraci¨®n que predica la moralidad p¨²blica est¨¢ horada da por el esc¨¢ndalo. M¨¢s de 100 funcionarios han dejado el Gobierno bajo sospecha o no han sido confirmados por el Congreso.El propio ministro de Justicia, Edwin Meese, est¨¢ siendo investigado por un fiscal especial por presunto tr¨¢fico de in fluencias, cuando trabajaba en la Casa Blanca, para que una empresa de Nueva York, Wedtech, consiguiera un contrato con el Pent¨¢gono. El mismo fiscal est¨¢ investigando a Lyn Nofziger, ex asesor pol¨ªtico del presidente, por id¨¦nticos motivos.
Deaver se enfrenta a cinco acusaciones de haber mentido al Congreso y a un gran jurado y, si es declarado culpable, podr¨ªa sufrir una sentencia m¨¢xima de 25 a?os de c¨¢rcel. El juez ha revelado que en su lista de 216 testigos se encuentran Ronald y Nancy Reagan, pero la Casa Blanca ya ha dicho que no espera que sean llamados a declarar. S¨ª pasar¨¢n, en cambio, por el tribunal los principales cargos de la Administraci¨®n en un juicio paralelo a la fase final del Irangate. Durante el primer mandato de Reagan fue jefe adjunto del gabinete presidencial y el mago que vendi¨® la imagen del gran comunicador.
Dej¨® la Casa Blanca y mont¨® una lucrativa empresa de relaciones p¨²blicas. Al parecer, abus¨® y no tuvo en cuenta que la ley de Etica en el Gobierno impide a los funcionarios utilizar su conexi¨®n con sus antiguos jefes en el primer a?o despu¨¦s de dejar el puesto. Es sospechoso de usar su influencia en la Casa Blanca para conseguir un contrato con el Gobierno canadiense y para otros asuntos.
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