Rafael Escanciano
Un jesuita espa?ol que lleva 55 a?os por tierras chinas
Rafael Escanciano, de 79 a?os de edad, lleg¨® en barco al puerto de Shanghai, al este de la costa china, el verano de 1932. En China vivi¨® la ca¨ªda de Jiang Jieshi (Chiang Kai-chek) y el triunfo de Mao Zedong, hasta ser expulsado en 1951, junto con el resto de religiosos, y llegar a Macao, la colonia portuguesa que pasar¨¢ bajo soberan¨ªa china el 20 de diciembre de 1999, para ocuparse de los refugiados chinos en el centro Casa Ricci, nombre de uno de los primeros jesuitas, italiano, que lleg¨® a China en el siglo XVII.
"Antes uno se iba a las misiones s¨®lo con billete de ?da", recuerda el jesuita espa?ol, que desde 1966 ha realizado tres viajes a Espa?a, a su tierra natal de Tejerina, en las monta?as de Le¨®n."De mi llegada a Shanghai, junto con otros siete jesuitas espa?oles, de los cuales s¨®lo quedamos dos, recuerdo los dos d¨ªas que siguieron hasta llegar a la misi¨®n, situada en el interior de? pa¨ªs, adonde llegamos tras dos d¨ªas y dos noches de navegaci¨®n por el r¨ªo Azul", recuerda el padre Rafael Escanciano.
"En la misi¨®n todos ¨¦ramos espa?oles, unos 50, y me acuerdo que en la zona de Shanghai la resistencia al comunismo fue muy grande al principio". "Sal¨ªmos de China en septiembre de 1951, despu¨¦s de haber pasado tres meses en la c¨¢rcel, y nos echaron hacia Hong Kong por indeseables, seg¨²n dec¨ªa un largo papel donde figuraban los cargos". Escanciano recuerda que el Papa aconsej¨® a los jesuitas espa?oles que siguieran cerca de China "porque aquello no pod¨ªa durar". Finalmente lleg¨® a Macao -despu¨¦s de unas etapas en China y Vietnam-, para ocuparse de los miles de refugiados que llegaban de China.
Doctor en teolog¨ªa, experto en los idiomas mandar¨ªn y canton¨¦s, se dedica ahora a la ense?anza "porque ya no llegan ref¨²giados". En Macao, ciudad donde en los restaurantes se come bacalao a la brasa y se bebe oporto, quedan casas de estilo colonial portugu¨¦s. Entre una poblaci¨®n de unos 400.000 habitantes, el 98% de origen y habla china, Casa Ricci es conocida por todos como un centro de asistencia p¨²blica. Escanciano vive aqu¨ª con otros jesuitas, entre ellos el tambi¨¦n espa?ol Luis Ruiz, muy popular en Macao, por donde circula en Vespa y cumple pr¨¢cticamente las funciones de seguridad social para la comunidad china, con donaciones de todo el mundo.
"Hoy, Ruiz y el padre Antonio Tan, el director de Casa Ricci, est¨¢n en China visitando la iglesia de San Francisco Javier, en la isla de Sanchuang, donde muri¨® en 1562", expone Escanciano. Actualmente, el Gobierno chino reconstruy¨® la Iglesia, destruida durante la revoluci¨®n cultural, y esperan incluir la visita al lugar en los circuitos tur¨ªsticos. El jesuita espa?ol recuerda que la Iglesia oficial china es la ¨²nica que puede operar en este pa¨ªs, "donde comienzan a existir algunos casos aislados de sacerdotes cat¨®licos, como los profesores de lenguas o de econom¨ªa, que han sido contratados en centros docentes".
De su primera ¨¦poca en China recuerda varias an¨¦cdotas, sobre todo de la ocupaci¨®n japonesa, cuando "ser portador de un pasaporte espa?ol era casi como un salvoconducto para los japoneses". De las escasas noticias que llegaban a Shangha¨ª sobre la guerra civil espa?ola, la que m¨¢s impresion¨® a Escanciano fue la de leer en un diario chino que "varios submarinos alemanas han desembarcado tropas en Madrid".
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