Kilo de 1.000 gramos

Quisiera contestar con esta carta a tantas y tantas otras de personas que, en su leg¨ªtimo derecho de libertad de expresi¨®n, se dirigen a ese peri¨®dico en queja y demanda contra el presidente del Gobierno, dado que ¨¦ste no les ha proporcionado el cambio seg¨²n ellos prometido.Quisiera, en primer lugar, dejar claro que no soy militante del PSOE ni me une a ¨¦l ning¨²n lazo de familia con el presidente ni con cualquier otro miembro del Gabinete ¨²nicamente me une la simpat¨ªa.

Efectivamente, simpat¨ªa, sobre todo por don Felipe Gonz¨¢lez M¨¢rquez, que se ha propuesto que el kilo en Espa?a tenga un peso de 1.000 gramos, cuando desde 1470 tiene un peso de 800 gramos. Ya sabemos que a¨²n no lo ha conseguido, pero ya pesa al menos 850 gramos.

Lo que le ocurre a ese m¨¦dico que se queja o a ese funcionario es que quer¨ªan el cambio para el de al lado y no para ellos ni su colectivo. Es que se han apuntado a la revoluci¨®n que yo llamar¨ªa del callo, o sea, que lo que se ped¨ªa con el cambio era que se le pisara el callo a ¨¦ste, ¨¦se es aqu¨¦l, pero en cuanto nos pisan el nuestro saltamos.

Los m¨¦dicos quieren seguir como siempre, trabajando en deis o tres sitios y bien pagados; los funcionarios, haciendo lo menos posible; los maestros, teniendo los tres meses de vacaciones de siempre, y todos, en general, el(,-seamos seguir sin pagar impuestos. En una palabra, los que hemos fracasado en el cambio somos nosotros, no don Felipe Gonz¨¢lez y su equipo.

Lo que no le perdonan muchos es que sea, por primera vez en Espa?a, un equipo honrado de gobierno, y tampoco se acepta la realidad de que con ellos en el poder, alg¨²n d¨ªa, ?por fin!, en Espa?a el kilo va a pesar 1.000 gramos. Cuando ese d¨ªa llegue tendremos que temblar m¨¢s (le uno, y por eso ya a muchos no les inte-

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