Raniero Vanni d'Archirafi
De observador apasionado de la transici¨®n a mecenas de j¨®venes artistas
Desde el palacete de la Embajada italiana, Raniero Vanni d'Archirafi fue, durante el per¨ªodo de 1977 a 1979, un observador apasionado de la transici¨®n espa?ola. N¨²mero dos de la embajada en esos a?os, en 1980 regres¨® a Roma para dirigir el semestre italiano de la CE y colaborar con Colombo y Andreotti. Luego, en 1984, volvi¨® de nuevo a Espa?a como embajador. La intensidad que otrora le proporcion¨® la transici¨®n hoy la encuentra en su inter¨¦s por la pintura contempor¨¢nea, desde Arroyo a Ceesepe.
Eduardo Arroyo, de quien tiene una litograf¨ªa que el pintor le regal¨® antes de conocerle personalmente, es un amor antiguo: su relaci¨®n, iniciada en la transici¨®n, en un momento de incomprensi¨®n pol¨ªtica para el artista, fue durante a?os puramente telef¨®nica. Ha sido en la etapa de embajador cuando ambos se han hecho amigos. Ceesepe, por el contrario, es un amor reciente. "Un amigo me ense?¨® cat¨¢logos de este artista y fui a ver una exposici¨®n suya hace unos meses; luego he estado en su taller y voy a almorzar con ¨¦l un d¨ªa de ¨¦stos", afirma ocultando veladamente, tal vez por pudor, que va a hacer lo posible por dar a conocer al hasta hace poco maldito Ceesepe en su pa¨ªs. "Es un pintor que insiste en utilizar elementos provocativos porque busca remover al espectador; pero mientras algunos consideran atroz su desesperanza, yo creo que hay un fondo de esperanza en esa desesperaci¨®n".Desde Arroyo a Ceesepe ha transcurrido una d¨¦cada. Un tiempo en el que Vanni d'Archirafi ha conocido a toda clase de espa?oles, entre ellos a los l¨ªderes de los partidos que hicieron la transici¨®n, a los que trat¨® antes de que el pa¨ªs supiera de ellos. "La transici¨®n fue una ¨¦poca privilegiada, un per¨ªodo en el que Espa?a era la vedette internacional: cada d¨ªa hab¨ªa una novedad. El camino a la democracia estaba claro, pero lo dif¨ªcil era el c¨®mo. Y se consigui¨® gracias al equilibrio y responsabilidad de las fuerzas pol¨ªticas", rememora este diplom¨¢tico que considera igualmente apasionantes la pol¨ªtica y la cultura: "Son dos caminos complementarios en la b¨²squeda del refinamiento".
De remota ascendencia toscana, su familia, a?eja y noble como la del pr¨ªncipe de Lampedusa, autor de El Gatopardo, se encuentra enraizada en Sicilia desde el siglo XV. Una conciencia meridional, acostumbrada a reflexionar con la lectura de Sciascia, que cree en el porvenir del Sur. "Yo creo que Espa?a e Italia, que vemos de la misma forma la construcci¨®n de Europa, tenemos en com¨²n no similitudes, como t¨®picamente se dice, sino historias paralelas. El ¨¦xito econ¨®mico que ha alcanzado Italia, logrado con imaginaci¨®n y flexibilidad, es algo que ocurrir¨¢ pronto aqu¨ª".
Su inquietud cultural no es exclusivamente pict¨®rica. Recientemente, la Embajada propici¨® un encuentro de poetas italianos y espa?oles, al que acudieron Pere Gimferrer, Ana Rosetti, Patrizia Valduga y Giovanni Raboni, entre otros.
?sta es su tercera larga estancia en Espa?a. La primera, siendo adolescente, tuvo algo de premonici¨®n: Su padre, tambi¨¦n diplom¨¢tico, fue nombrado consejero de la embajada italiana en Madrid durante los a?os de la II Guerra Mundial. Juegos del destino que han ido tejiendo en este hombre de 55 a?os una serie de afinidades vitales y geogr¨¢ficas con Espa?a. Una de ellas, su afici¨®n monta?era, le ha convertido en un fiel conocedor de la sierra de Gredos, adonde realiza frecuentes excursiones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.