An¨¢lisis de Jomeini
Me ha resultado escalofriante el art¨ªculo de Gianni Vattimo que insertan en el n¨²mero del 14 de agosto de ese diario. La perspectiva que ah¨ª se ofrece de los sucesos del Golfo y de la posici¨®n del im¨¢n Jomeini me result¨® especialmente acertada, por una vez, en la Prensa occidental. Pero tras ese preciso an¨¢lisis de la situaci¨®n, el articulista italiano termina con una visi¨®n tan profundamente c¨ªnica en su posmodernidad que me hace sentir que, verdaderamente, los occidentales no tenemos arreglo. Y quiz¨¢ tampoco los orientales, si entendemos por ello al bloque sovi¨¦tico.Vattimo coincide con el corresponsal en Beirut de EL PA?S, Javier Valenzuela, en comprender que las posiciones pol¨ªticas de Jomeini tienen un profundo sentido, m¨¢s all¨¢ de la intencionada ridiculizaci¨®n en que cae habitualmente la Prensa de nuestras latitudes. Y ambos, desde un sesgo u. otro, ponen de manifiesto lo que para cualquier espectador sensible es evidente: que Ir¨¢n (junto con Latinoam¨¦rica, que lleva otra lucha) es desde el principio punta de lanza de la oposici¨®n a Occidente (y tambi¨¦n, a la vez, a Oriente) de los pa¨ªses del llamado Tercer Mundo. Lo espeluznante, entonces, resulta ser ese veredicto final de que lo ¨²nico que podemos aportar los pa¨ªses "cultos" y "desarrollados" a esa ruta sea incitar al Tercer Mundo a producir y consumir. Escalofriante, repito.
S¨¦ muy bien que lo posmoderno es estar de vuelta de todo. Reconozco en el art¨ªculo ese peculiar sentido del humor, ese tono sarc¨¢stico que caracteriza a nuestros intelectuales de moda. Pero no puedo por menos de sentir que, cuando se habla de determinados temas, no se puede ser sarc¨¢stico sin, por lo menos, hacerse c¨®mplice. Como se dice en mi tierra, con las cosas de comer no se juega. Y me
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nos a¨²n con las cosas de vivir y de morir.
Todo sistema crea, si se le deja tiempo suficiente, la ideolog¨ªa que tiende a perpetuarlo: es cosa bien repetida. Pero hay ideolog¨ªas criminales, cuando crean situaciones que atentan directamente contra sectores de la humanidad. Profesar esas ideolog¨ªas puede ser, sencillamente, incompatible con la condici¨®n de ser humano. Y eso, por encima de, toda moral concreta. Derribadas todas las ¨¦ticas, de la condici¨®n de hombre se desprende una. Ni¨¦guese o no.
El consumismo se ha convertido en el nuevo dios occidental, para ocupar el vac¨ªo que abre "esa segunda inocencia que da el no creer en nada". Al parecer, en el empe?o por salvar nuestras econom¨ªas mediante el efecto locomotora del consumo a ultranza, todo lo dem¨¢s desaparece. Toda ¨¦tica, e incluso el simple utilitarismo que sugiere que ser¨ªamos m¨¢s felices de no correr como locos para atrapar el r¨¢bano. Hay que consumir para que esto ruede, y tanto peor si para ello tenemos que dejar en la percha los trastos de pensar (como ha se?alado no hace mucho en esas mismas p¨¢ginas Alejandro Nieto en su excelente art¨ªculo Comamos y bebamos).
Gianni Vattimo viene a alinear junto a Jomeini a todo el que piense que este consumo a ultranza nos est¨¢ precipitando a la cat¨¢strofe. Consumo y producci¨®n, sugiere entre l¨ªneas, son las ¨²nicas soluciones, nuestro ¨²nico bagaje para presentarnos ante esas tres cuartas partes de la humanidad que cometen la vulgaridad antiest¨¦tica de pasar hambre. Si se piensa que el consumo es el Gran Sat¨¢n, se es reo, no ya del sambenito de tercermundista (pron¨²nciese con moh¨ªn de desprecio modelo tecn¨®crata del PSOE), sino lo que es peor: un rid¨ªculo jomeinista.
De acuerdo, pues: ocupo ese poco grato papel y tan inc¨®moda casilla. Soy de los que piensan que se nos est¨¢ invitando desde el poder a imitar fielmente el comportamiento de los lemmigs (ya saben, esos roedores n¨®rdicos tan modernos). Que ese "consumamos como locos, que ma?ana moriremos, y d¨¦jame de Etiop¨ªas" es un delito de lesa humanidad. Y lo que es m¨¢s grave, ese suicidio es a escala planetaria. Que puede acabar, sencillamente, con la existencia del evolucionado animal llamado hombre, que a veces evidencia su origen reptiliano. Que ese consumo est¨¢ pagado con muerte. Que lo que se est¨¢ defendiendo en el mundial; lo que se est¨¢ protegiendo con portaaviones y armamento nuclear frente a un pueblo armado s¨®lo de una vieja religi¨®n, es nuestro despilfarro de nuevos ricos, nuestro est¨²pido hedonismo, nuestra incapacidad de pensar y de encontrar formas de vida dignas o sistemas eco n¨®micos con un m¨ªnimo de justicia. Si eso es ser Jomeinista, habr¨¢ que concluir que no es en ab soluto vergonzoso serlo-
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