El Madrid disfrut¨® con el Everton
El Madrid entusiasm¨® a sus seguidores y disfrut¨® jugando con el Everton. En una impresionante exhibici¨®n, el equipo madridista ofreci¨® una imagen casi perfecta en todas y cada una de las variantes futbol¨ªsticas. Sobre el Bernab¨¦u hubo un equipo con remate, precisi¨®n en el juego en corto, inteligentes aperturas en los balones largos, habilidad en los regates, triangulaciones y apoyos al primer toque y un abundante repertorio de jugadas de lujo: desde sombreros a ca?os, de t¨²neles a taconazos. Al Everton s¨®lo le qued¨® el consuelo de haber asistido a la lecci¨®n no ya gratis, sino recibiendo, adem¨¢s, ocho millones por la clase.El Everton, campe¨®n de la liga inglesa, se present¨® en el Bernab¨¦u con las sensibles bajas de cinco jugadores -Steven, Stevens, Sharp, BraceweIl y Heath-, lo que en cierta medida puede contribuir a que sus hinchas m¨¢s optimistas se expliquen el descalabro, en la misma medida que los pesimistas del Bernab¨¦u no quieran sacar las cosas de quicio. Pero la impresi¨®n que dej¨® el Madrid anoche fue la de que hubiese dado igual el nombre de los 11 tipos que tuviese enfrente. Si a la calidad de sus jugadores se suma una colocaci¨®n adecuada sobre el campo en defensa y en la media, y un cerebro para organizar las operaciones -Gallego hizo de Jankovic y se constituy¨® en el eje que toda buena m¨¢quina que se precie de serlo necesita para moverse-, del Madrid actual pueden esperarse estas exhibiciones.
Beenhakker situ¨® a Tendillo de libre, y a Chendo y Solana como marcadores de los dos puntas ingleses, Clarke y Marsahall, a los que aburrieron por completo. En Solana va a encontrar el lesionado Camacho, el ilustre capit¨¢n del equipo, su primer problema serio con la titularidad pr¨¢cticamente desde que ingres¨® en el Madrid. Beenhakker, adem¨¢s, adelant¨® a Sanchis para cortar el juego de Sheedy, el cerebro rival, dej¨® a Michel y Gordillo en las bandas flanqueando a Gallego y tapando las subidas de los dos alas ingleses, y a Mart¨ªn V¨¢zquez de enlace con Butrague?o y Hugo.
Y el Madrid se dispuso a la diversi¨®n. Gallego, al que volvi¨® a sobrarle un desplante con un adversario, se dio cuenta muy pronto de que el lateral derecho del Everton era un tal Harper, que daba inequ¨ªvocas muestras de ser el ¨²ltimo de la clase, y comenz¨® a enviar balones hacia esa zona para que Gordillo y Mart¨ªn V¨¢zquez abusaran del chaval. A los 14 minutos ya hab¨ªa ca¨ªdo el primer gol, y a los 16, Harper, impresionado por lo que se le ven¨ªa encima, y en un noble af¨¢n por cooperar en la fiesta, se anot¨® el segundo en su propia porter¨ªa.
Con Gallego como punto exacto de referencia, Mart¨ªn V¨¢zquez haci¨¦ndose pasar por el chico listo -un aut¨¦ntico empoll¨®n- y Butrague?o y Hugo con ganas e inspiraci¨®n, el Madrid bord¨® el f¨²tbol. Antes de retirarse al recreo el Madrid ya hab¨ªa doblado la cuenta y en el segundo tiempo estuvo a punto de hacerlo de nuevo. A los dos goles que completaron la media docena se sumaron dos tiros al poste, y el Everton, pese a la an¨¦cdota de su gol, sac¨® bandera blanca. El Everton renunci¨® incluso a mantener el estilo Kendall, el mismo que el actual entrenador del Athl¨¦tic quiere implantar en San Mam¨¦s, es decir, cuatro zagueros en l¨ªnea, un rombo de cuatro en la media y dos puntas. Se limit¨® a formar dos t¨ªmidas barreras para tratar de frenar a su rival, pero sin presionar nunca, dejando demasiados metros al Madrid.
Beenhakker sac¨® entonces a Llorente, que tuvo tiempo de lucir su regate y velocidad por las bandas, y Tendillo, la novedad de esta temporada junto al sobrino de Gento, convenci¨® en su presentaci¨®n sobre todo por su buen manejo del bal¨®n o porque estuvo bien situado, mejor que en el partido de homenaje a Quini contra el Sp¨®rting.
Al final, qued¨® una duda. La afici¨®n madridista se fue sin saber a ciencia cierta si Mart¨ªn V¨¢zquez, adem¨¢s de un espl¨¦ndido jugador de f¨²tbol, es un carterista: rob¨® un par de balones a dos despistados defensas como si estos estuvieran en la hora punta del metro.
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