_
_
_
_
Tribuna:LECTURAS DE VERANO
Tribuna
Art¨ªculos estrictamente de opini¨®n que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opini¨®n han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opini¨®n de personas ajenas a la Redacci¨®n de EL PA?S llevar¨¢n, tras la ¨²ltima l¨ªnea, un pie de autor ¡ªpor conocido que ¨¦ste sea¡ª donde se indique el cargo, t¨ªtulo, militancia pol¨ªtica (en su caso) u ocupaci¨®n principal, o la que est¨¦ o estuvo relacionada con el tema abordado

Cuzco

No lleva una t¨²nica ni una saya suramericana. Va en camis¨®n. As¨ª vestida aguarda en la plaza de Cuzco la llegada de un taxi. Los escasos peatones que por all¨ª circulan no reparan excesivamente en la escena, aunque alguno se podr¨ªa preguntar si la joven pertenece al gremio de pedig¨¹e?as, putas, o, simplemente, enajenadas, que retornan, una vez transcurrida la noche, a sus respectivos habit¨¢culos. El tiempo no la favorece. Pronto descargar¨¢n los nubarrones que cercan la ciudad, y ella ha de convertirse en un minuto en cari¨¢tide plisada por el agua mientras sostiene los atributos de la deidad (las llaves de su casa) en la mano derecha y unos papeles, con un billete de necesidad, en la contraria.El billete se lo prest¨® Ruth, medio en sue?os, cuando Mar¨ªa entr¨® angustiada en su dormitorio. Aparte la solvencia, cuatro cursos de medicina. le hab¨ªan proporcionado alguna autoridad a la hora de diagnosticar las distintas patolog¨ªas que se producen durante el llamado reparador descanso: las dolencias estomacales son propias de las primeras horas, siguen las cardiovasculares; un ataque pulmonar deber¨ªa suceder al amanecer, mientras que los conflictos amorosos pueden comenzar a manifestarse al filo de la medianoche.

La chica entr¨® como caballo desbridado en la habitaci¨®n de su compa?era, justo en ese momento, para pedirle, a toda prisa, un billete de 1.000, porque se iba con ?ngel: "Date prisa, que est¨¢ bajando hasta el aparcamiento; he decidido que me marcho con ¨¦l, y no s¨¦ cu¨¢ndo ni c¨®mo volver¨¦".

Intenta reconstruir las palabras que musit¨®, tras el sablazo, la yacente, al tiempo que se arropaba y protestaba por el esc¨¢ndalo que tras de s¨ª llevaba su incorregible confidente al tropezar con una silla, darse un codazo con el picaporte y correr escaleras abajo dej¨¢ndose la puerta abierta.

Mascull¨® algo as¨ª como "lo vas a estropear, lo vas a estropear", con preocupante profetismo. Sab¨ªa del enamoramiento de la joven, conoc¨ªa las limitaciones del sujeto deseable, estaba al tanto de sus constantes desapariciones y coincid¨ªa con la protagonista de la historia en la sospecha principal: si un individuo de 40 tacos sale, con frecuencia, de casa de una chica alrededor de medianoche es porque lo espera su se?ora.

AMORES DE ESTUDIANTE

Se conocieron casualmente por un anuncio en la universidad. Mar¨ªa decidi¨® probar suerte con su m¨¢quina de escribir, dados sus excelentes conocimientos de mecanograf¨ªa y la tradicional torpeza, en estos menesteres, de la clase acad¨¦mica. Coloc¨® en el tabl¨®n de anuncios de Letras una notita ("Se pasan trabajos, tesis y tesinas") con su nombre y su n¨²mero de tel¨¦fono. Al principio debi¨® aguantar pacientemente las inevitables bromitas. En seguida llegaron los encargos: un estudiante quer¨ªa presentar, al concurso literario de la facultad, sus primeros poemas en buen tipo de letra; una avispada y empollona alumna de ¨²ltimo curso de carrera le encarg¨® pasar a limpio los trabajos de clase. Luego apareci¨® ¨¦l. Lleg¨® con sus carpetas muy ordenadas, y sus ojos, avalados por montura de gafas nacarada, curiosearon escrupulosamente las posibilidades de su 610 con pantalla. Era profesor de Historia del Arte y terminaba un libro sobre La indumentaria de seis figuras femeninas del artesonado de la catedral de Teruel. Luego hablaron del precio, del n¨²mero de copias y el tipo de papel. Despu¨¦s de sumar mucho y de multiplicar otro tanto, acept¨®. Salvo las conclusiones, que entregar¨ªa m¨¢s adelante, todo quedar¨ªa listo en un mes, teniendo en cuenta los compromisos contra¨ªdos por la trabajadora con la anterior clientela.

As¨ª comenz¨® ?ngel a ser habitual de la plaza de Pontejos (pese a que se quejaba de su distancia y de sus escaleras) hasta que dieron por terminado el encargo, volvieron a hacer cuentas (con cierta generosidad por parte de la chica, que no cobr¨® la ¨²ltima copia) y pag¨®.

A medida que pasaban los d¨ªas, Mar¨ªa ech¨® de menos, entre sus papeles, los manuscritos pulcros del profesor de arte y su elevado conocimiento en tema tan extra?o. Alguna vez sonri¨® perversa al recordar la agitaci¨®n respiratoria del cliente ante la puerta del apartamento, tras soportar paciente el calvario de los seis pisos sin ascensor, que lo obligaban a dejarse caer en la primera silla que le sal¨ªa al encuentro. No era ¨¦sa la imagen preferida de Mar¨ªa, sino la forma que ten¨ªa de mirar las fotos de su cuarto, sus comentarios a los colores de la puesta de sol en los tejados del viejo Madrid, y las an¨¦cdotas que conoc¨ªa del barrio en el pasado, a trav¨¦s de los grandes escritores que vivieron en ¨¦l o de los mismos personajes de las novelas galdosianas.

Un d¨ªa llam¨® para invitar a las inquilinas a comer en un mes¨®n cercano y charlaron de cosas que no ten¨ªan que ver con el trabajo. Ruth estuvo algo pesada, diciendo que los profesores de arte que ella tuvo en el bachillerato se contentaban con pasar y pasar diapositivas en clase, decir la fecha de composici¨®n de un cuadro y adivinar el autor, sin dejar margen al libre comentario de los contempladores, y que por eso se matricul¨® en medicina. Mar¨ªa se limit¨® a escuchar el interesant¨ªsimo debate y en un momento sugiri¨® a ambos asistir de improviso a las clases de arte para comprobar si era verdad que estos docentes daban as¨ª las clases. Entonces ?ngel la invit¨® a que fuera la semana siguiente a la universidad. Y Mar¨ªa no asisti¨® a la clase de arte sino al cine, con ¨¦l. Hablaron tanto de las tomas, de los ojos de la actriz principal y de los defectos del gui¨®n, que les mandaron callar en varias ocasiones. Despu¨¦s se fueron a una cafeter¨ªa y, finalmente, ?ngel le propuso contemplar, desde la altura de Pontejos, la ca¨ªda de la noche, por todo lo cual acabaron el d¨ªa haciendo el amor junto a la 610 con pantalla, los poemas de otro joven estudiante y una tesina sobre Palabras castellanas del siglo XVIII.

Pero a las doce se march¨®. A las doce de la noche se desped¨ªa cada vez que aterrizaba en Pontejos. Ten¨ªa que ir a su casa. En ella, comentaba, se dedicaba a cocinar, cuidaba de sus plantas y preparaba clases en su completa biblioteca. Utilizaba el singular cuando se refer¨ªa a sus momentos m¨¢s privados. Ruth concluy¨® que, sin duda, era un c¨ªnico. Mar¨ªa prestaba poca atenci¨®n a la hipot¨¦tica doble vida de ?ngel. No pretend¨ªa entrar en su existencia con la maleta, los discos de Sabina y el esmalte de u?as, ni hacer de la casa secreta el piso deseado. Estaba decidida a negar en la pr¨¢ctica las f¨®rmulas aberrantes de los chantajes conyugales ("quiero que te quedes, quiero que te quedes", "no me podr¨¦ dormir hasta que llegues") en ¨¦poca de crisis.

La ¨²ltima noche estuvo con ella especialmente cordial. Se puso hasta cursi. Le dijo que parec¨ªa una especie de sol de invierno que deb¨ªa existir en su vida para contrarrestar algunas asperezas cotidianas. Parec¨ªa hablar en clave. Mar¨ªa relacion¨® inconscientemente la citada aspereza con la existencia de otra mujer, mas decidi¨® no preguntar para no romper el encanto de la conversaci¨®n. Le pidi¨® permiso para abrir una caja de fotograf¨ªas colocada enigm¨¢tica sobre el comod¨ªn de la muchacha. La abri¨® y prob¨® a seleccionar, a simple vista, las fotos de Mar¨ªa, clasific¨¢ndolas en un extra?o orden. Las preferidas estaban fechadas en Par¨ªs en 1979, en Sevilla en 1980 y en Madrid en 1983. ?ngel afirm¨® que le gustaban, y que deber¨ªa dejarse el pelo largo, como en las fotograf¨ªas de Par¨ªs. Ella hubiera contestado, algo molesta, que cada edad ten¨ªa su pelo, pero guard¨® silencio.

En los momentos fundamentales recordaba los consejos de Ruth: "Los t¨ªos de esta generaci¨®n [suele decir] hablan demasiado, te comen el coco y, contra

Cuzco

lo que parece, prefieren que los escuches y no desv¨ªes su atenci¨®n con tus problemas. Aparte de ego¨ªstas, s¨®lo est¨¢n enamorados del poder o de su curriculum vitae". Sin embargo, su amigo pas¨® a diseccionar con precisi¨®n sus gestos, revelados en cada una de las cartulinas. La lleg¨® a comparar con dos actrices alemanas mientras la interrogaba por el fot¨®grafo que las tir¨®, la situaci¨®n que las produjo y alguna que otra rareza.MANO A MANO

Las manos de los dos se hab¨ªan entrelazado sobre la caja. S¨®lo sent¨ªan su piel y la del otro, s¨®lo las yemas de los dedos, que parec¨ªan hablar muy lentamente. Mientras tanto, pensaban en cosas muy distintas.

Mar¨ªa recordaba las manos de Luis, su primer novio, que no resist¨ªan ser inmovilizadas por la quietud del roce. Su cuerpo entero protestaba cuando la chica le ped¨ªa, a prop¨®sito, que las dejara como muertas. Luis no lo consigui¨® jam¨¢s. En seguida le re?¨ªa cari?osamente: "D¨¦jate de pamplinas y vamos a follar". Sus manos apretaban tanto que da?aban. Mar¨ªa sol¨ªa quemarse con su fuego, y percib¨ªa, en todo caso, una violenta sensaci¨®n de choque muscular, de frote, que no es la yuxtaposici¨®n, fibra a fibra, de cada una de las palpitaciones, como ocurre con ?ngel.

El hombre pasa el tiempo en monologar sobre las diferencias advertidas entre el estar y el sentirse enamorado. El sentir se representar¨ªa como una l¨ªnea vertical, en tanto que el estar es comparable al horizonte. A su juicio, el sentir es jer¨¢rquico, admite cambios, subidas y bajadas, alegr¨ªas y dolores, modificaciones de entrega y de nivel. El sentir es inversionista, pues est¨¢ en relaci¨®n directa con lo que entrega el otro. Muy pocas veces es gratuito el sentir. El estar, en cambio, en el amor, es una impregnaci¨®n de tal calibre que desplaza al sentir para identificarnos y reconciliarnos con nosotros a trav¨¦s de los otros.

Le entrega su espalda para que ella haga sus maniobras, lea sus lunares, barra sus espinillas y localice sus puntos de placer. Mar¨ªa detecta -recordando un trabajo pasado para cierta editorial esot¨¦rica- las zonas de tensi¨®n del bajo cuello de su amigo, se detiene en los puntos estrat¨¦gicos de la columna vertebral. En otro tiempo se hab¨ªa preocupado de la espalda de Luis, pero la hab¨ªa olvidado por completo. Por el contrario, puede reconstruir a ojos cerrados la espalda de ?ngel, con sus lunares y altibajos musculares, que le hace dudar de otras espaldas a su alcance. Va a decirle que piensa continuamente en esa espalda cuando su compa?ero vuelve a pedirle que se deje el pelo largo, como en Par¨ªs en 1979, cuando s¨®lo ten¨ªa 16 a?os, ante la Magdalena. Y ella sigue sin contestar. Lo interpreta como una muestra m¨¢s de su deformaci¨®n profesional.

TOMO Y OBLIGO

Vestida como estaba, lleg¨® al coche de ?ngel cuando ¨¦ste se decid¨ªa a arrancar. La sorpresa del hombre se transform¨® en tensi¨®n. Una tensi¨®n segura de su efecto en ella: "Qu¨¦date, es muy tarde y ma?ana tienes que madrugar, recuerda que le hab¨ªas prometido al de la tesina del siglo XVIII que la terminar¨ªas ma?ana". Mar¨ªa, igual de escueta: "S¨®lo me quedar¨¦ si lo haces t¨²". ?I insist¨ªa: "Yo no puedo, pero ma?ana nos volvemos a ver, ?vale?". Su tono suplicante carec¨ªa de ascendiente sobre ella. Vuelve a pronunciar la ¨²ltima frase m¨¢s en¨¦rgica, pero ella ha abierto la puerta del coche, se ha instalado en el asiento delantero, junto a ¨¦l, mientras le dice que de todas maneras lo acompa?a.

Al decir "de todas maneras te acompa?o", Mar¨ªa sabe que empieza a jugar a otro juego. Ya no ser¨¢ la "jovencita enamorada con la que cena Angel en un restaurante italiano, ni la anfitriona que lo recibe amablemente en casa... Va a intentar imponerse en la suya. El profesor arranca no sin antes poner a funcionar la radio. Un locutor enfebrecido informa del tercer gol de Michel en el minuto 34 de la segunda mitad del partido del domingo: "Michel esper¨® al portero como deb¨ªa, marc¨® un gol de quitarse el sombrero, y barri¨® pr¨¢cticamente al equipo contrario".

El coche toma la direcci¨®n de la Castellana sin que el enojado conductor abra la boca. Pasa por el edificio de Correos y el Centro Cultural de Col¨®n. En esa plaza, Mar¨ªa siente realmente miedo. Desconoce la direcci¨®n que el coche de su amigo toma. A medida. que avanzan, m¨¢s necesitada est¨¢ de pedirle que se detenga o, que regrese al punto de partida. Todo comienza a ser rid¨ªculo. Ni un solo coche circula en la misma direcci¨®n. Por primera vez desea que el paseo se llene de coches, desviaciones y atascos, con tal de poder relajarse, conversar, tornando como pretexto la velocidad de los dem¨¢s o los obst¨¢culos. Ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil excusarse y despedirse. S¨ª. Despedirse. Est¨¢ dispuesta a pedirle perd¨®n cuando ¨¦l detenga finalmente el veh¨ªculo, y marcharse de inmediato. El fondo radiof¨®nico no ayuda. Una voz cavernosa recuerda a los huidos a una isla desierta que no olviden "una pistola, una bala y un silenciador para no despertar a los p¨¢jaros". Pero Angel no comenta ni la mira.

Pasa a la p¨¢gina siguiente

Cuzco

Viene de la p¨¢gina anteriorEntre los dos median tres frases: "Oye". "Qu¨¦". "Que lo siento. No volver¨¢ a ocurrir. Me vuelvo para casa". ?ngel no se inmut¨®. A los pocos segundos detiene el coche, aparca, sale, le abre la puerta para que descienda. Mar¨ªa, enmudecida, se niega a imitarlo. Alg¨²n conductor busca aparcamiento por las esquinas adyacentes. Un perro ladra en una terraza pr¨®xima. ?ngel tira suavemente de ella sin perder el tiempo en dar explicaciones, rogar o sugerir. Y logra sacarla del veh¨ªculo. Caminan pocos metros hacia un portal de construcci¨®n reciente, y all¨ª, despu¨¦s de introducir su llave, como contestaci¨®n al insistente "lo siento" de la joven, ?ngel sonr¨ªe por vez primera tras el denso trayecto, como si hubiera dado por terminado el tiempo concedido al fingimiento y empezara de pronto la verdad.

Mar¨ªa no acierta a comprender cu¨¢l de los dos conduce, qui¨¦n ha de dar al otro la lecci¨®n. ?Una lecci¨®n de urbanidad o un escarmiento? Detr¨¢s de la puerta misteriosa siempre hay alguien, pensaba... ?Y si sale una amable se?ora con bata, a la que ?ngel ha de explicar en pocas palabras que la joven que lo acompa?a se encuentra mal y que es fundamental que ella, la se?ora con bata, le prepare una tila caliente, para despu¨¦s conducirla ambos a un taxi que la ha de transportar a casa?

El profesor acostumbraba a clasificar a las personas en tres tipolog¨ªas, en funci¨®n de su relaci¨®n con los dem¨¢s: "Con unos apetece vivir, con los segundos no apetece vivir, con los terceros apetece morir". Mar¨ªa lo recuerda porque est¨¢ a punto de acelerar su muerte, no aquella id¨ªlica que siempre dese¨®, sino por pura asfixia al borde mismo del tercero izquierda, cuya puerta se abri¨®.

En el momento justo de encenderse la luz est¨¢n los tres. En el peque?o hall, sobre la mesita, reflejada en el espejo como lo est¨¢n Mar¨ªa y ?ngel, ella tambi¨¦n los mira desde distintos ¨¢ngulos. Con el pelo trenzado, con bufanda gris y jersei blanco mientras esqu¨ªa; con gafas de nieve y melena; tras un cristal, desde donde sonr¨ªe, con el cabello al viento. Ambos de espaldas, sosteniendo unos extra?os capiteles. La joven ante el P¨®rtico de la Gloria con trenca de colores. Los dos se miran delante de un espejo. La chica duerme mientras flota en el mar sobre una c¨¢mara violeta.

DESDE QUE SE FUE

Desde hace ya un buen rato, ?ngel ha aceptado mostrarle su casa. Le dice que pase, por favor, con ternura. Pero Mar¨ªa sospecha que va a tener que contemplar todav¨ªa m¨¢s fotos de esa se?ora, fotos que desde el marco de la puerta no acierta a descubrir. Ser¨¢n fotograf¨ªas realizadas en los Campos El¨ªseos y en el barrio antiguo de Lisboa, y, decididamente, no se presta. S¨®lo tolera que ¨¦l cierre la puerta y la conduzca lentamente unos metros por el pasillo mal iluminado. No est¨¢ preparada para encontrarse frente a frente con la muchacha de las fotos, y, sin embargo, al contemplarla en gestos tan dispares y de manera tan continuada, proyecta una especie de familiaridad hacia ella, que no despierta m¨¢s que cordialidad respetuosa.

La chica no aparece y ?ngel, sereno, como quien acaba de liberarse de su mayor secreto, le dice, sin darle ninguna importancia, que esas fotos se hicieron 20 a?os atr¨¢s, y que, entonces, esa muchacha ten¨ªa el culito m¨¢s hermoso del mundo. Como Mar¨ªa supone que ella no tiene el culito m¨¢s hermoso del mundo debe callarse y cae con bastante retraso en la cuenta de que no hay ninguna foto reciente de la chica, porque la chica ya no est¨¢.

Mar¨ªa sigue sin avanzar. Se ha detenido junto a la habitaci¨®n de ?ngel protegida por una pared que le sirve de escudo. Se sienta en el suelo para manifestar que est¨¢ dispuesta a mantener durante la noche esa postura, y nada m¨¢s tiene voz para rogar al profesor que lea las conclusiones de aquel trabajo que ella no pudo mecanografiar en su d¨ªa.

Lleva los folios, ordenados, dentro de una novela del siglo XIX, porque ?ngel desea, primero, confirmar ante Mar¨ªa que la Indumentaria de las figuras femeninas del artesonado de la catedral de Teruel es "una realizaci¨®n del siglo XIII, pues aunque las sayas se alargan desmesuradamente en el siglo XIV, en el siglo anterior la mujer cubr¨ªa complemente los pies, sobrepasando bastante la altura de la persona"..., y segundo, reconocer el extraordinario parecido que Mar¨ªa y la muchacha de la foto tienen... Mientras termina de leer su texto, ?ngel piensa que todos somos, en definitiva, intermediarios de todos y, en la vida, al vincularnos a nuevas personas, ¨¦stas son deseadas o rechazadas por nosotros seg¨²n sea el lugar que ocupan con relaci¨®n a otras que hemos conocido con anterioridad. Y se lo va a decir, pero duda, porque Mar¨ªa se sentir¨¢ utilizada; responder¨¢ que segundas partes nunca fueron buenas, y va a dejar de ponerse su bufanda gris y su jersei blanco para evitar parecerse a la muchacha de las fotograf¨ªas. Y desv¨ªa su atenci¨®n hacia el libro que guardaba su manuscrito para localizar una p¨¢gina marcada. "Espera. Quiero leerte una cosa". Mar¨ªa se sorprende con un temor novicio que lentamente se diluye, mientras ?ngel relata la historia de su barrio a trav¨¦s de un fragmento galdosiano:

"Los de Santa Cruz viv¨ªan en casa propia de la calle de Pontejos, finca comprada al difunto Aparisi, uno de los socios de la Compa?¨ªa de Filipinas... No lo cambiar¨ªa Barbarita por ninguno de los modernos hoteles... ni trocara tampoco su barrio por ninguno de los caser¨ªos flamantes... Por m¨¢s que dijeran, el barrio de Salamanca es campo... para ella, no viv¨ªa en Madrid quien no oyera por las ma?anas el ruido c¨®ncavo de las cubas de los aguadores en la fuente de Pontejos; quien no sintiera por la ma?ana y tarde la batahola que arman los coches correos; quien no recibiera a todas horas el h¨¢lito tenderil de la calle de Postas, y no escuchara por Navidad los zambombazos y panderetazos de la plazuela de Santa Cruz; quien no oyera las campanadas del reloj de la Casa del Correo tan claras como si estuvieran dentro de la casa; quien no viera pasar a los cobradores del banco cargados de dinero, y a los carteros salir en procesi¨®n. Barbarita se hab¨ªa acostumbrado a los ruidos de la vecindad, cual si fueran amigos, y no pod¨ªa vivir sin ellos".

Fueron las ¨²ltimas palabras del profesor antes de caer dormido en brazos de su amiga.

VOLVER

Se levanta al amanecer, con cuidado, sin que ¨¦l lo advierta. Atraviesa el pasillo de puntillas y cierra a sus espaldas la puerta del tercer piso izquierda. Camina hacia la plaza de Cuzco mientras observa su estrafalaria indumentaria reflejada en los escaparates y la cristaler¨ªa ultramoderna del Banco de Comercio Exterior. Cae en la cuenta de que tambi¨¦n se transparentan, bajo la seda clara, sus bragas negras, y contiene la risa al comprobar que un apurado conductor le pone cara de circunstancias.

Uno de los taxistas habla con el cliente de turno de tan curiosa aparici¨®n. La chica no ha salido de casa de una amiga, porque la amiga, adem¨¢s de abrigo, le habr¨ªa proporcionado un paraguas para salvarla del inminente chaparr¨®n. ("Ve usted. Ya empiezan a caer las primeras gotas".)

A juicio del experto, la mujer debe pertenecer a cierto servicio a domicilio que se anuncia hasta en la prensa de derechas. Por eso vemos lo que vemos. No obstante, el viajero le obliga a mudar de opini¨®n. Lo ¨²ltimo que alguien de esas caracter¨ªsticas har¨ªa es caminar por la calle, a estas horas de la ma?ana, con esta facha. Llamar¨ªa la atenci¨®n por el exceso de maquillaje o de abalorios, en ning¨²n caso por esta especie de recatada desnudez... con el complemento del taco de papeles junto a las llaves y el billete. Da la impresi¨®n de ser una secretaria que vino a toda prisa por la noche a recoger unos trabajos olvidados al despacho del jefe... y se le fue el santo... Ya ve la zona, de oficinas. ?sta parece seria y va contenta de llevar lo que lleva, con el pudor de una adolescente el d¨ªa del estreno de su primer sujetador.

O quiz¨¢ haya salido de casa de un amigo que se ha quedado, eso s¨ª, en el s¨¦ptimo cielo, sin prever el temporal que se avecina.

Cualquiera advierte que lo ¨²nico normal que se ha puesto la moza es el calzado, unos zapatos que no conjugan con el resto. Debi¨® salir a toda prisa y ech¨® mano de sus zapatos nuevos pensando en la flexible duraci¨®n de su trayecto. No deb¨ªa llevarlas todas consigo. Le digo que la clave est¨¢ en esos papeles.

Como empiece a llover, le va a crecer el pelo.

Del libro in¨¦dito Cuerpos y armas de cuentos.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com