El cercano 'whisky'
Las primeras im¨¢genes del receptor recogen un centro cat¨®lico la tarde de un domingo. Una de pistoleros. Un sujeto llamado Liberty Valance atemoriza a los lugare?os. En un restaurante, John Wayne le dice: "?se es mi bistec, Valance, rec¨®gelo". Y Valance le tiene miedo. Aunque el mundo de ficci¨®n creer¨¢. siempre que James Stewart mat¨® a Valance, nosotros sabemos, por confidencias de la imagen, que fue Wayne el justiciero, El hombre que mat¨® a Liberty Valance, a Lee Marvin en la mentira. La realidad lo ha matado dos d¨ªas despu¨¦s que a Huston. Curioso: un par de a?os despu¨¦s, esos dos enemigos, Wayne y Marvin, son amigos en La taberna del irland¨¦s, aunque se pegan pu?etazos que derribar¨ªan la torre Eiffel.. John Ford, otro amigo, est¨¢ detr¨¢s de todo eso. En La taberna del irland¨¦s, proponiendo un hula-hula, todo y con las ra¨ªces de Inesftee, en Valence, agonizando un poema tr¨¢gico del Oeste, Wayne y Marvin son permutables en su desamparo. El destino les depara la soledad, aunque en La taberna disimulen sus penas ahog¨¢ndolas en alcohol.A Lee Marvin ya nadie le saca de esa estela alcoh¨®lica. Pocos actores dieron tanto en ese campo. Un buen whisky le robustece y el, diablo se apodera de su alma. As¨ª, arrojar¨¢ l¨ªquido hirviendo a la hero¨ªna de Los sobornados (Lang), destrozar¨¢ nuestros nervios meti¨¦ndose continuitmente un inhalador en la nariz (tic de un gran actor de car¨¢cter) en S¨¢bado tr¨¢gico (Fleischer) y se codear¨¢ de nuevo con Wayne en Los comancheros (C'urtiz), intervenci¨®n como siempre breve, ebria como siempre. Con Marvin se queman los ¨²ltimos baluartes de una estirpe pura. Demonios et¨ªlicos de una sola pieza que son el sustrato de d¨¦cadas de pasi¨®n, poes¨ªa, contacto visceral con nuestros grandes duros de la pantalla.
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