Las elecciones argentinas, decisivas para su estabilidad
En la mitad del mandato presidencia? de Ra¨²l Ricardo Alfons¨ªn y de su Gobierno de la Uni¨®n C¨ªvica Radical -participante como observadora de la Internacional Socialista, que usa el emblema del pu?o agarrando la rosa y que podr¨ªa ser considerada como socialdem¨®crata- se han celebrado ayer en Argentina unas elecciones parciales para diputados, gobernadores e intendentes (alcaldes), decisivas para la estabilidad institucional de esta Rep¨²blica. La tendencia, al cierre de esta edici¨®n, era hacia una victoria de los peronistas en la provincia de Buenos Aires.
La provincia de Buenos Aires tiene en estas elecciones especial significaci¨®n ya que, aparte de ser el, distrito m¨¢s importante, con m¨¢s de siete millones de electores, se eligen 35 diputados.En octubre de 1983, Argentina recuper¨® su dignidad democr¨¢tica tras siete a?os de dictadura militar.
Ese a?o, contra todo pron¨®stico, el peronismo fue derrotado por la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), un partido de intelectuales y clases medias, alejado del populismo peronista, regeneracionista y alzado sobre su peana gracias al voluntarismo pol¨ªtico de Ra¨²l Alfons¨ªn.
El bipartidismo argentino fue sorprendido por el triunfo radical pero no alterado en su sustancia. En 1983, la UCR logr¨® 129 bancas contra 111 del Partido Justicialista, alz¨¢ndose con el 52% de los votos. Sobre el bipartidismo argentino ilustra el resto del reparto parlamentario de aquella votaci¨®n hist¨®rica: 13 esca?os para el Partido Intransigente (PI, j¨®venes izquierdistas centrados en la provincia de Buenos Aires) y otros 12 esca?os para la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD, un partido economicista de centro-derecha bajo la etiqueta de liberal).
En las elecciones parciales de 1985, los radicales ganaron un diputado en la C¨¢mara Baja, los justicialistas bajaron de 111 a 103, y los intransigentes doblaron hasta seis su representaci¨®n y la UCD creci¨® en un solo esca?o.
Los radicales han gobernado desde 1983 con una relativa comodidad legislativa, no s¨®lo otorgada por su mayor¨ªa minotaria sino por la met¨¢stasis de la oposici¨®n -los peronistas- en hasta siete grupos parlamentarios entre las dos C¨¢maras.
Probable descenso
De las elecciones parciales de ayer se esperaba un descenso de los votos radicales y un ligero ascenso en la Capital Federal de la UCD, apoyada por un voto juvenil que conf¨ªa en que el resurgimiento europeo del conservadurismo pueda aqu¨ª aportar soluciones a una cr¨ªtica econ¨®mica que el Plan Austral de la econom¨ªa de guerra, s¨®lo ha logrado -y es much¨ªsimo- rebajar la inflacci¨®n del 30% mensual al 10%, y que ha fracasado en la contenci¨®n del cambio negro del d¨®lar estadounidense que alcanz¨® la par con la nueva moneda -el austral- y por el que ya se dan, en cualquier negocio, 3.20 austral.
Los radicales no van a perder su capacidad legislativa para continuar gobernando el pa¨ªs, aunque carezcan de una mayor¨ªa parlamentaria. Otros partidos provinciales pueden aportarles seguridad legislativa para los proyectos de reforma constitucional que permitir¨ªan la reelecci¨®n del presidente de la Rep¨²blica -Alfons¨ªn insiste en su negativa a ser reelecto y, probablemente, s¨®lo aspirar¨ªa a ser primer ministro en un futuro no presidencialista- y las relevancias del Parlamento, actualmente deteriorado y hasta inane por su incapacidad institucional de censurar al jefe de la Rep¨²blica.
El voto es obligatorio entre los 18 y los 60 a?os, y su no emisi¨®n es sancionable administrativamente a menos que se justifique policialmente encontrarse razonablemente al menos a 500 kil¨®metros de distancia del colegio electoral correspondiente. La ley seca impera desde el amanecer y est¨¢ prohibido portar armas en un radio de 100 metros de cada colegio electoral.
Hombres y mujeres votan separadamente, seg¨²n censos distintos, dado que el voto femenino s¨®lo se logr¨® en 1950 gracias al empe?o de Evita Per¨®n. Salas de espect¨¢culos, bares y confiter¨ªas se encuentran cerrados hasta la finalizaci¨®n de los comicios.
No obstante, pueden observarse en la capital federal aspectos reverenciales del voto: una anciana impedida accede a votar en taxi; no puede abandonarlo; los responsables de la mesa electoral, ayudados por el presidente de mesa y la polic¨ªa federal, cubren los cristales del taxi con p¨¢ginas de peri¨®dicos y le permiten votar dentro del coche, convertido brevemente en cuarto oscuro.
El acto electoral se desarroll¨® sin incidentes, pese a que el cierre de la campa?a depar¨® un muerto a tiros en el Gran Buenos Aires y des¨®rdenes a palos en ciudades como Rosario.
El pa¨ªs vot¨® en paz, pero en un cierto clima de desencanto, motivado principalmente por la crisis econ¨®mica que ha proletarizado a la ancha clase media de este pa¨ªs -500 d¨®lares estadounidenses (60.000 pesetas) mensuales pueden ser tenidos como un salario excelente para cualquier profesional liberal- y por el desencanto provocado por la triunfante rebeli¨®n militar de la pasada Semana Santa, en que los segmentos j¨®venes del Ej¨¦rcito de Tierra, encabezados por el todav¨ªa teniente coronel Aldo Rico exigieron y lograron el desprocesamiento hasta el rango de general de los responsables de la guerra sucia contra la subversi¨®n.
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