Declarado improcedente el despido de un crupier acusado de hacer trampas

La Magistratura de Trabajo de Valencia ha declarado improcedente el despido del crupier Ignacio R. G., que fue acusado por la direcci¨®n del casino Monte Picayo (Fluyol, Valencia) de hacer trampas en el juego. La sentencia est¨¢ firmada por el titular de la Magistratura n¨²mero 4, Leopoldo, Carbonell, y en el fallo, se explica que el crupier en momento alguno "ha transgredido la buena fe contractual" y que "las trampas no han podido ser probadas".

Ignacio R. G., de 27 a?os, fue detenido la noche del pasado 21 de enero, acusado de ponerse de acuerdo con el cliente Jos¨¦ Antonio B. T., de 28 a?os, y as¨ª darle los m¨¢ximos premios en el juego del black-jack, Esa misma noche le fue comunicado el despido, y miembros de la Brigada del Juego se llevaron detenidos al crupier y al cliente.El proceso penal sigue sus tr¨¢mites en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Sagunto.

La direcci¨®n del casino Monte Picayo ha decidido no readmitir al crupier y, en consecuencia, abonarle una indemnizaci¨®n por despido.

El crupier, con categor¨ªa de segunda B, cobraba un sueldo mensual de unas 70.000 pesetas, pero las propinas elevaban el salario a unas 285.000 pesetas mensuales.

El juez no considera las propinas como sueldo a efectos de c¨¢lculo de la indemnizaci¨®n, lo que ha llevado al crupier a presentar recurso ante el Tribunal Supremo.

El black-jack es un juego de cartas en el que gana quien consigue obtener o acercarse m¨¢s a los 21 puntos. Jos¨¦ Antonio B. T. hizo en dos ocasiones la apuesta m¨¢xima y consigui¨® 21 puntos con dos cartas.

Con estas dos jugadas el cliente gan¨® 300.000 pesetas. Entre ambas apuestas, Jos¨¦ Antonio arriesgaba cantidades m¨ªnimas.

Grabaciones

Las cintas de v¨ªdeo en las que se graban todas las jugadas de los casinos fueron aportadas como prueba al juicio celebrado en Magistratura. Sin embargo, el juez ha estimado que las trampas que alegaba la empresa no han podido ser probadas.El abogado de Ignacio R. G., Francisco Ruiz, mantuvo siempre la opini¨®n de que a su cliente se le despidi¨® "por no hacer trampas en favor del casino". Por su parte, el subdirector general de Monte Picayo, Carlos Gonz¨¢lez, estima que es absurdo que una empresa que ha invertido tantos millones se arriesgue a perder la concesi¨®n por hacer trampas".

Seg¨²n Carlos Gonz¨¢lez "es facil¨ªsimo' que un crupier con experiencia haga trampas en el juego".

Con anterioridad a estos hechos, el comit¨¦ de empresa del casino hab¨ªa firmado un escrito en el que protestaba por la actuaci¨®n del nuevo director de juegos, quien, seg¨²n el comit¨¦, cambiaba a crupieres y equipos enteros si en una mesa sal¨ªan demasiadas fichas cargadas con premios.

Ignacio R. G. y Jos¨¦ Antonio B. T. pasaron a disposici¨®n judicial tras su detenci¨®n. La juez orden¨® su ingreso en prisi¨®n, aunque salieron en libertad a los pocos d¨ªas, al abonar las fianzas.

[?ste no es el ¨²nico caso registrado en la Comunidad Valenciana que tenga referencia, al menos inicialmente con posibles trampas en el juego. Seg¨²n fuentes policiales otro crupier, M. C. P, aprovechando su habilidad como prestidigitador se apoderaba de fichas en la mesa al hacer el recuento para comprobar las existencias. Lo hac¨ªa con una peque?a pala de madera que se emplea normalmente para introducir el papel moneda en el cajet¨ªn de la mesa de juego.