Park Seh Jik "El ¨¦xito de Se¨²l es un compromiso sagrado"
A Corea del Sur, un pa¨ªs con una larga tradici¨®n sin democracia, los Juegos Ol¨ªmpicos llegan en medio de una tensi¨®n interior enorme. ?sta s¨®lo disminuir¨¢ si la apertura democr¨¢tica anunciada por el presidente Chun Doo Hwan, y precisamente empujada por la propia cita ol¨ªmpica, contin¨²a.Pero tan grave como la situaci¨®n interior es la vecina exterior. De no existir un acuerdo en las largas y tediosas conversaciones entre las dos Coreas para una coorganizaci¨®n, nuevamente los pa¨ªses del Este podr¨ªan ausentarse en bloque. Ayer mismo se conoci¨® la petici¨®n de Estados Unidos a la URSS para que utilice su influencia sobre los norcoreanos. Al parecer, la iniciativa parti¨® del secretario de Estado adjunto Gaston Sigur, al entrevistarse en Mosc¨², la semana pasada, con el viceministro sovi¨¦tico de Asuntos Exteriores Igor Rogachev.
Parec¨ªa que tras los boicoteos de las dos partes, en 1980 y 1984, el empate dejar¨ªa satisfechas a ambas, pero el pulso o la pr¨®rroga, ahora con variante coreana, est¨¢ en los tacos de salida para volver a empezar.
?nico freno a la espira
Curiosamente, al margen de la soluci¨®n del problema, uno de los ¨²nicos frenos a esta espiral puede estar en el miedo a nuevos boicoteos, casi cantados para el futuro. Cuba organizar¨¢ en La Habana los Juegos Panamericanos de 1991, y Fidel Castro ya ha dicho que no ir¨¢ a Se¨²l si Corea del Norte queda fuera de la organizaci¨®n de los Juegos. Pero dif¨ªcilmente mantendr¨¢ ahora una posici¨®n dura si no quiere hipotecar ante Estados Unidos su cita dentro de cuatro a?os. Incluso ha enviado una carta al presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, ofreci¨¦ndose casi como mediador. Sigue apoyando a los norcoreanos, pero deja entrever que tratar¨¢ de convencerles para que no le obliguen a secundarle.Park Seh Jik es el presidente del comit¨¦ organizador de los Juegos de 1988 (SLOOC), el Peter Ueberroth de Se¨²l. Tarea dif¨ªcil la de emular al hombre que consigui¨® hacer de Los ?ngeles 84 el m¨¢ximo negocio de la historia del deporte, pese al boicoteo de los pa¨ªses del Este y a su inter¨¦s limitado por tan importantes ausencias. El cerebro californiano logr¨® hace tres a?os adornar tanto a los presentes, que muchos, todos los de all¨ª y bastantes de fuera, llegaron a olvidarse de bajas te¨®ricamente esenciales. Ueberroth demostr¨® que la iniciativa privada pod¨ªa tambi¨¦n con el gigantismo. Pero se trataba de Estados Unidos, algo muy diferente, aunque la dependencia surcoreana de Norteam¨¦rica sea a¨²n muy grande.
Antes de Los ?ngeles, los Estados hab¨ªan tomado siempre bajo su ¨²ltima responsabilidad la puesta en marcha de algo tan complejo. Despu¨¦s, Se¨²l, no iba a ser una excepci¨®n, aunque el propio presidente del SLOOC, general retirado del ej¨¦rcito, no lo deje claro. Park Seh Jik cumplir¨¢ el viernes 54 a?os. Licenciado en ciencias y artes, es master en educaci¨®n por la universidad de California del Sur, entre otros estudios. Tras su retiro militar en 1981, y despu¨¦s de ocupar varios altos cargos en distintos ministerios, fue elegido ministro de Administraci¨®n del Gobierno en 1985 y vicepresidente del SLOOC. En 1986, ministro de Deportes y, finalmente, presidente del SLOOC.
Park Seh Jik cen¨® ayer en Barcelona con Pasquall Maragall antes de viajar a Lausana.
Pregunta. La imagen que Se¨²l y Corea del Sur dan en la actualidad, aunque se atisben cambios, no es precisamente la de una ciudad y un pa¨ªs para acoger unos juegos ol¨ªmpicos que propugnan la paz y la hermandad. Este mismo fin de semana se han recrudecido las protestas estudiantiles por la visita a Washington del candidato presidencialista...
Respuesta. Es verdad que nosotros estamos teniendo un cambio, tal vez muy r¨¢pido, en el campo pol¨ªtico, social y econ¨®mico. Pero es lo que estamos buscando, al igual que ha ocurrido en otros pa¨ªses. La particularidad es que en nuestro pa¨ªs se ha producido un a?o antes de los Juegos Ol¨ªmpicos, pero sobre ellos no existe preocupaci¨®n. Todos los coreanos est¨¢n apoyando los Juegos de Se¨²l y se muestran orgullosos de tener esta cita. El que sea un ¨¦xito es un compromiso del pa¨ªs con el mundo, un compromiso muy sagrado. Por eso el pueblo coreano apoya un¨¢nimemente los Juegos. Eso se demostr¨® en los pasados Juegos Asi¨¢ticos de 1987, donde particip¨® y cooper¨® totalmente, al margen de los problemas pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos. El programa pol¨ªtico ya est¨¢ preparado, y el a?o pr¨®ximo, en febrero, tendremos un nuevo Gobierno, que trabajar¨¢ activamente para celebrar con ¨¦xito los Juegos. El comit¨¦ organizador est¨¢, pues, prepar¨¢ndolo todo y en este aspecto no debe existir preocupaci¨®n.
[En una reciente Copa Presidente de f¨²tbol, los gases lacrim¨®genos rodearon a los jugadores y la tranquilidad en los Juegos Asi¨¢ticos 86 fue militarizada y policial, como en el Mundial de f¨²tbol Argentina 78.]
P. Los Juegos, aunque el presidente Chung haya intentado aplazar las reformas, parece claro que los pidi¨® Corea del Sur para dar una buena imagen del r¨¦gimen. ?Se han convertido en un acelerador del proceso volvi¨¦ndose de alguna forma contra los prop¨®sitos s¨®lo propagandistas e inmovilistas iniciales?
R. La relaci¨®n entre la celebraci¨®n de los Juegos y el desarrollo pol¨ªtico hacia la democratizaci¨®n es algo que a¨²n no hemos estudiado y deberemos hacer en el futuro. Pero cada pa¨ªs tiene sus circunstancias particulares y su tradici¨®n, a las que debe ajustarse. Corea, despu¨¦s de su independencia en 1945, tras ser colonia japonesa, sufri¨® tambi¨¦n una guerra fratricida en los a?os cincuenta. Hemos levantado el pa¨ªs de las cenizas en los 20 a?os siguientes, un per¨ªodo de lucha para afianzar nuestra existencia y la construcci¨®n de la econom¨ªa. Por eso hemos sacrificado todo con este motivo. Gracias al esfuerzo del pueblo se ha conseguido un r¨¢pido desarrollo econ¨®mico, uno de los mejores en el mundo, en las d¨¦cadas setenta y ochenta, pero todav¨ªa queda mucho por hacer. En ese tiempo, y paralelamente al crecimiento econ¨®mico, las quejas y aspiraciones del pueblo han ido aumentando, de ah¨ª que el Gobierno haya querido satisfacer este deseo. Hay que comprender nuestra historia para valorarlo.
P. Adem¨¢s, est¨¢n las peticiones de Corea del Norte para coorganizar los Juegos...
R. El COI est¨¢ haciendo todos los esfuerzos para que los Juegos de Se¨²l sean una fiesta internacional, con la participaci¨®nplena de todo el mundo. Por eso est¨¢ procurando que acabe con ¨¦xito el di¨¢logo entre el Sur y el Norte. La propuesta del COI. es muy generosa y reflejo de su deseo de armon¨ªa en el olimpismo, incluyendo a Corea del Norte. Ahora que ya no queda mucho tiempo para los Juegos, esperamos que acepte esta propuesta sin precedentes. Corea del Sur apoya totalmente las iniciativas del COI.
P. ?Cree que habr¨¢ boicoteo norcoreano y que ser¨ªa secundado por el bloque del Este?
R. La no participaci¨®n de Corea del Norte en esta fiesta de la paz es inimaginable e incomprensible. No hemos pensado en esta hip¨®tesis, pero consideramos que es un pa¨ªs miembro del COI con derecho a participar y romo tal lo tratamos. En los ¨²ltimos a?os es verdad que se han producido sucesivos boicoteos y por ello debemos reconstruir el olimpismo, un deseo de toda la Familia ol¨ªmpica. Respecto a otro posible boicoteo de los pa¨ªses del Este, estoy convencido que no lo habr¨¢, porque tanto la URSS como la RDA, Bulgaria y otros han enviado delegaciones para ver las instalaciones.
[En julio pasado, uno de los l¨ªderes de la oposici¨®n, Kim Dae Jung, declar¨® que si no hay democracia tras las pr¨®ximas elecciones, no habr¨¢ Juegos. Samaranch, al surgir ciudades alternativas para la organizaci¨®n, se?al¨® que los Juegos ser¨¢n en Se¨²l o en ninguna parte.].
¨²ltimos retoques
P. ?Qu¨¦ ha significado en los ¨²ltimos cambios de gobierno la sustituci¨®n del ministro de Deportes por el vicepresidente del comit¨¦ ol¨ªmpico nacional?
R. En la l¨ªnea de la pr¨®xima elecci¨®n directa del presidente dentro de unos meses, se han cambiado los ministros del partido gubernamental. Se trata de una sustituci¨®n rutinaria para facilitar nuestro programa pol¨ªtico. No tiene otro significado.
P. ?De qui¨¦n depende en su gesti¨®n?
R. Tras la elecci¨®n de Se¨²l como sede en 1981, el Parlamento aprob¨® una ley para apoyar los Juegos y se form¨® el comit¨¦ organizador con 55 miembros, representantes pol¨ªticos, del Gobierno y de la oposici¨®n, as¨ª como personas relevantes de la cultura, el deporte y toda la sociedad. Ellos eligieron al presidente. No tenemos ninguna relaci¨®n con el Gobierno actual. Es un organismo de pan y pueblo, sin contacto tampoco con la iniciativa privada.
P. ?Cu¨¢nto dinero se ha invertido en Se¨²l 88 y c¨®mo est¨¢n las instalaciones?
R. Desde 1982 hasta ahora hemos invertido 3.000 millones de d¨®lares, 1.000 de ellos para la construcci¨®n de una nueva autopista, un puerto y el metro. Est¨¢ terminado el 97% de los proyectos, y, seg¨²n los c¨¢lculos econ¨®micos, no tendremos d¨¦ficit.
P. ?Qu¨¦ nivel deportivo espera alcanzar Corea del Sur tras el trabajo de los distintos deportes con patrocinadores que sostienen los gastos de preparaci¨®n?
R. Estamos haciendo un gran esfuerzo para no desentonar con otros pa¨ªses. En los pasados Juegos Asi¨¢ticos superamos a Jap¨®n y disputamos con China el primer puesto. Ganamos m¨¢s medallas y s¨®lo una menos de oro. Pero en 1988, ser¨¢ m¨¢s dificil, aunque: haremos otro esfuerzo para no decepcionar.
P. ?Se llevar¨¢ a cabo la iniciativa del ministro de Sanidad de pedir un certificado anti-SIDA a todos los visitantes?
R. Este asunto no es de mi jurisdicci¨®n; por eso no puedo decir tajantemente nada; pero el SIDA es una amenaza de la humanidad, y espero la colaboraci¨®n de toda la familia ol¨ªmpica.
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