La ilusi¨®n de torear en Madrid
Torear en Madrid -y triunfar- es el sue?o de todo torero del ancho mundo taurino que el maestro Ca?abate llam¨® "el planeta de los toros". Muchos logran pisar el hist¨®rico ruedo vente?o -triunfar, bastantes menos- y otros se quedan a las puertas, pidiendo su oportunidad. Pedro Luis Heredia llevaba casi 15 a?os con esta ilusi¨®n y a lo m¨¢s que pudo llegar, hasta ayer, fue a salir de sobresaliente en los mano a mano donde, si hab¨ªa suerte, le dejaban hacer un quite.Con treinta a?azos cumplidos, unas facultades que no le sobran, un oficio que de ninguna manera pod¨ªa tener -con lo poco que torea- y un cargamento de ilusiones encendidas, debut¨® ayer en Las Ventas Pedro Luis Heredia, adem¨¢s como director de lidia. Y lo hizo con decoro. Cuando, terminado el festejo, cruzaba el ruedo por su pie, camino de la puerta de cuadrillas, la afici¨®n respir¨® tranquila.
Fr¨ªas / Heredia, Fern¨¢ndez Meca, Ecijano
Cinco novillos de Eugenio Fr¨ªas y 5? sobrero de La Ermita, con trap¨ªo, flojos, mansurrones. Pedro Luis Heredia: estocada contraria muy baja (silencio); dos pinchazos y bajonazo descarado (silencio). Stephan Fern¨¢ndez Meca: pinchazo y bajonazo (protestas cuando saluda por su cuenta); media estocada ca¨ªda (silencio). El Ecijano: bajonazo descarado (palmas); tres pinchazos, estocada delantera ca¨ªda que asoma y cuatro descabellos (palmas). Plaza de Las Ventas, 11 de octubre.
Ciertamente estaba descolocado Heredia en el cartel. Los debutantes nunca deber¨ªan ser directores de lidia en Las Ventas y nunca lo fueron, hasta que hace unos a?os lleg¨® Canorea de empresario a esta plaza, la trat¨® como si fuera de pueblo y, entre otras innovaciones, aboli¨® aquella ley no escrita seg¨²n la cual los novilleros adquir¨ªan su antig¨¹edad al debutar en Madrid.
La etapa Canorea fue breve y si llega a durar m¨¢s, convierte en erial la frondosa historia de la plaza. Porque, breve y todo, dio sus frutos demoledores: principiantes directores de lidia por edad y no por saber y gobierno, fue uno de ellos; a la larga, Pedro Luis Heredia, muchas ilusiones pero ning¨²n oficio, con esa responsabilidad a cuestas, en virtud de la gracia de un empresario que no supo dar la talla.
Ahora lo cuenta
Hay, sin embargo, en el principiante treinta?ero una torer¨ªa innata y eso le salv¨® del fracaso. Con aplomo para aguantar las fuertes embestidas, con sentido com¨²n para no rebasar el l¨ªmite de sus posibilidades, con buen conocimiento de los toros y del canon del toreo, supo pisar los terrenos adecuados, templar redondos, barrer el lomo del novillazo en alg¨²n pase de pecho de cabeza a rabo, adornarse por molinetes y rematar las tandas con pinturera sevillana. Y si la embestida ven¨ªa torcida, rectificaba; ayer, si no. Lo que dijo el cl¨¢sico: "Ahora lo cuento; el que no lo cuenta es el toro, que ya est¨¢ matao".Mucho m¨¢s j¨®venes sus compa?eros de terna, aunque m¨¢s placeados, bulleron frente a unos novillotes reservones de suyo, y m¨¢s reservones a¨²n en virtud de los lanzazos que, lomos atr¨¢s y hasta por la calaz¨®n de su trap¨ªo, les pegaba la acorazada de picar, ayer desmelenada a sangre y fuego.
Fern¨¢ndez Meca ensay¨® naturales a un novillo que se resist¨ªa a humillar y, a la salida del pase, se quedaba distra¨ªdo; derechazos a otro de media arrancada. El Ecijano instrument¨® ver¨®nicas del delantal, cuarte¨® f¨¢cil dos pares de banderillas, mulete¨® con cierto estilo a un novillo que se ca¨ªa constantemente, y al que se ca¨ªa menos, sexto de la tarde, abierto el comp¨¢s, ce?ido, bien asentadas las zapatillas en la arena. El desastrado manejo del acero desluci¨® esta faena, pero la afici¨®n tom¨® nota de ella; de lo bueno dicho y de lo malo por decir, como cierto abuso del pico, que no se denunci¨® a voces, seg¨²n costumbre del coso, porque hac¨ªa un fr¨ªo que pelaba. La afici¨®n estaba deseando salir a escape para tomar un caf¨¦lito, comentar lo sucedido y congratularse de que Heredia hab¨ªa cumplido, con dignidad, su ilusi¨®n de debutar en Madrid.
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