Un tratamiento escaso y triunfalista

Toda la informaci¨®n que TVE dedica a los toros se reduce al programa semanal Tendido cero, por la segunda cadena y a mala hora, porque es la de menor audiencia. Y ni eso, pues la informaci¨®n nada en absoluto tiene que ver con ese programa, que es de prop¨®sito fragmentario, parcial, subjetivo, discriminatorio, triunfalista y ¨¢ulico.En los espacios informativos los toros s¨®lo aparecen cuando ocurren cat¨¢strofes en la arena o cuando repican campanas tan alto que yaser¨ªa sordera patol¨®gica si los responsables del ¨¢rea no llegaran o o¨ªrlas. Las faenas de Rafael de Paula en Madrid y en Sevilla se encuentran en el segundo caso, y TVE se refiri¨® a ellas en sendos telediarios. Pero tampoco estas excepciones dan pie a un excesivo j¨²bilo.

Hubo tiempos, en pleno franquismo, en que la direcci¨®n de TVE se debat¨ªa en la duda de si la clase gobernante quer¨ªa que los toros tuvieran sitio en televisi¨®n, y como la clase gobernante tampoco se aclaraba, quiz¨¢ porque nadie se atrev¨ªa a preguntarle al propio Franco cu¨¢l deb¨ªa ser el estado de la cuesti¨®n, solucionaban el problema con una de disimulo.

La de disimulo era un programa de toros, con ciertos recursos y bastante autonom¨ªa, que durante muchos a?os sacaron adelante, semana a semana, MarIv¨ª Romero y Manolo Mol¨¦s.

Ahora existe Tendido cero, que, consecuente con su r¨²brica, es cero, cero absoluto en informaci¨®n y cr¨ªtica, lo que defrauda al espectador y alegra a los taurinos profesionales. Es decir, todo al rev¨¦s. Ofrece Tendido cero exclusivamente los triunfos de los toreros, los proyectos empresariales, el bullicioso ambiente de feria, pasodobles y panderetas. C¨®mo fue en realidad la feria, c¨®mo la corrida, de eso no pueden enterarse los espectadores. Al diestro que estuvo mal ni se le nombra.

Seg¨²n Tendido cero, Curro Romero -cinco tardes en la Maestranza- no tore¨® en la feria de Sevilla, y as¨ª todos los dem¨¢s. En cambio, las faenas de oreja, ¨¦sas salen enteras en pantalla, y una voz en off las pondera, las alaba, las magn¨ªfica, las levanta hasta los cuernos de la luna. El jabonoso vaniloquio acaba agotando los adjetivos, y cualquiera que no estuviese viendo al aburrido pegapases de turno creer¨ªa, oy¨¦ndolo, que reencarnaron Joselito y Belmonte hechos s¨ªntesis.

Por estos s¨ªntomas, decir en TVE que un torero "mete el pico", que el toro es una mona, que el monopolio empresarial sojuzga (que hay monopolio, simplemente) tiene veto, mientras decir que un gol lo metieron en fuera de juego o que el penalti fue injusto, eso s¨ª se puede.