La idea, material de la escultura
Los j¨®venes artistas espa?oles ocupan un lugar importante en la escena internacional
Una primera y r¨¢pida aproximaci¨®n al arte espa?ol de los ochenta no lo distinguir¨¢ de lo que se hace en este momento en la escena del arte internacional. En efecto, tal vez lo que lo diferencie de generaciones anteriores de escultores en Espa?a es su total inmersi¨®n en este bloque cada vez mas homog¨¦neo que es el puzzle del arte actual, cosmopolita, posvanguardista y carente de fronteras. Se han perdido las fronteras geogr¨¢ficas, hist¨®ricas y expresivas. La escultura actual parte de una nada mucho m¨¢s libre que la del pasado. Libre ya de las servidumbres de los materiales nobles y el cors¨¦ academicista, libre incluso de su objetualidad, la escultura se ha transformado en la denominaci¨®n que acoge a una multitud de expresiones sin padre ni madre reconocibles. Todo vale, incluso lo tradicional, aunque por lo general con un gui?o ir¨®nico hacia el pasado.Los personajes de Francisco Leiro pertenecen a una raza colosal, brutal, arcaica; son monumentos a los mitos inmortales. Dentro del panorama actual, la sujeci¨®n de Leiro a ciertas leyes de la escultura tradicional -como su expresi¨®n en formas cerradas y s¨®lidas- ancla en el terreno de un retorcido dramatismo que ¨¦l enfatiza en algunos casos con el maquillaje de sus piezas coloreadas.
Leiro, Navarro...
"Intento hacer escultura figurativa", dice Francisco Leiro, "la t¨¦cnica es lo de menos". Es uno de los pocos escultores que esculpen, que busca la forma cerrada de la pieza. "El material es lo de menos, y la t¨¦cnica tampoco es importante. Yo no s¨®lo tallo, sino que hago tambi¨¦n ensamblajes. Lo mismo se hace quitando que poniendo", dice.
"Yo fui siempre escultor", afirma Leiro, "nunca fui capaz de terminar un cuadro. La escultura es para m¨ª un territorio libre. No utilizo ninguna estrategia, a veces una pieza es fr¨ªvola, otras pude ser triste".
El paisaje que proyecta Miquel Navarro contrasta totalmente con el anterior. Lo suyo es una especie de ciudades a escala, compuesta de peque?as piezas en arcilla. "No soy un arquitecto frustrado", aclara Miquel Navarro. "Creo una especie de paisajes urbanos por un motivo emocional, que es un punto de partida para el concepto escult¨®rico. Quiz¨¢ me acerqu¨¦ a esta visi¨®n de la ciudad porque de peque?o viv¨ª en una zona rural y cada visita a la ciudad me impresionaba. Es algo que ven¨ªa apuntado ya en el constructivismo ruso". "Actualmente la escultura tiene mayor campo de acci¨®n en el terreno de la investigaci¨®n. No tiene las limitaciones t¨¦cnicas que tiene la pintura para manifestar los lenguajes de actualidad. El propio p¨²blico y los coleccionistas est¨¢n m¨¢s predispuestos a aceptar e incluso comprar la escultura".
El aspecto comercial tiene un papel esencial en el panorama del arte actual. Aunque los artistas no suelen hablar de ello, la aceptaci¨®n del p¨²blico es la que ha dado mayor impulso a la circulaci¨®n de la obra de arte. Los j¨®venes escultores espa?oles no s¨®lo han entrado en el circuito internacional de galer¨ªas y museos de renombre, sino que -y quiz¨¢ por eso- venden. Piezas enormes que hasta hace unos a?os hubiesen servido a una galer¨ªa espa?ola ¨²nicamente para reforzar su apoyo a los j¨®venes valores pueden convertirse hoy en una operaci¨®n altamente rentable.
No resulta gratuito que cada d¨ªa opten m¨¢s personas, sin tanta inquietud como anta?o, por la carrera art¨ªstica. El apoyo que pueden ofrecer las galer¨ªas, los medios de difusi¨®n y los coleccionistas, todos ellos en constante aumento, se ha convertido en una red visible para el arriesgado fun¨¢mbulo del arte.
Desde que la escultura rompi¨® las ataduras de la artesan¨ªa, se crearon unos nuevos hilos, m¨¢s sutiles, que le han servido de punto de apoyo. Las vanguardias de la primera mitad del siglo se reinterpretan ahora que la historia parece haber perdido el norte de un desarrollo lineal. El renacer del objeto art¨ªstico despu¨¦s de su muerte en el arte conceptual le ha dado un car¨¢cter mixto. La idea es tal vez ahora el principal material de la escultura.
"Mis intereses no se encuentran dentro de los postulados cl¨¢sicos de la escultura, sino dentro de un lenguaje m¨¢s amplio", opina Cristina Iglesias. "Lo que me interesa m¨¢s es construir una
La idea, material de la escultura
imagen antes que construir un objeto escult¨®rico". "Despu¨¦s del ¨¦nfasis que se puso en la pintura a principios de los ochenta, ahora se retorna algo que estaba sobre el tapete, esos lenguajes ni propiamente pict¨®ricos ni escult¨®ricos. Pienso que no se trata de retomar las vanguardias, sino de no dejarlas en el olvido. A mi s¨ª me interesa buscar algo nuevo, pero sin olvidar lo pasado. Trato de utilizar materiales neutros, como el hierro, el cemento o el cristal, para que la idea traspase los materiales. El virtuosismo en el trabajo de un material determinado te lleva s¨®lo a un trabajo de artesan¨ªa", dice Cristina Iglesias.Diferencia
Txomin Badiola encuentra que en la actual escultura espa?ola, donde predomina un rasgo general de internacionalizaci¨®n, se encuentran a la vez bien diferenciados los rasgos de las regiones de donde provienen los artistas espa?oles.
"Pienso que dentro de la actual escultura del Pa¨ªs Vasco hay una tendencia a la expresi¨®n cosmopolita, internacional, y eso ha despertado a veces la cr¨ªtica y el recelo de la anterior generaci¨®n de escultores vascos. No obstante, es evidente que nuestra expresi¨®n sigue estando condicionada por el medio, por el ambiente que nos rodea; en ese sentido, nunca dejar¨¢ de ser reconocible como escultura vasca. Se puede incluso decir que mi escultura y la de los artistas de mi generaci¨®n es m¨¢s bien cl¨¢sica, dentro de la actualidad de su lenguaje, sobre todo con respecto a lo que hacen los escultores de Madrid, por ejemplo".
"Encuentro adem¨¢s que los trabajos de Susana Solano son tambi¨¦n cl¨¢sicos en su planteamiento, y en cierto sentido son muy catalanes. Los escultores de Madrid, como Juan Mu?oz o Cristina Iglesias, son, si quieres, m¨¢s modernos. Son mucho m¨¢s individualistas y arriesgados", afirma Txomin Badiola.
"El contexto vasco hace que la escultura sea proclive a los espacios abiertos, m¨¢s que a la representaci¨®n. Los materiales no tienen mayor importancia. Yo he elegido el hierro porque es el material m¨¢s c¨®modo para trabajar. Cualquiera puede aprender en un cuarto de hora a trabajar como yo, pero a m¨ª me interesa lo estructural en el lenguaje, y no creo en el lenguaje del material. Para la generaci¨®n de escultores de los sesenta y setenta, la obra es modelo de la realidad, y se expresa como tal; para nosotros, la escultura es la realidad misma, y por eso nos sentimos menos limitados en el espacio y en los recursos expresivos", concluye Badiola.
Susana Solano considera, por el contrario, que no se puede hablar de un car¨¢cter catal¨¢n en su escultura. "En Barcelona, como en el resto de Espa?a, lo ¨²nico que iguala a los escultores es precisamente lo que los diferencia: su individualidad. As¨ª como se ha hablado en esta d¨¦cada de la transvanguardia italiana o de los nuevos salvajes alemanes, en Espa?a no se puede hablar de un movimiento. No solamente porque detr¨¢s de ellos hubo un cr¨ªtico que los denomin¨® como movimiento, sino porque aqu¨ª s¨®lo podr¨ªa hablarse de ciertas influencias de forma o de concepto como las que pueden haber tenido Beuys u otros. En el caso de los escultores vascos ha existido, por ejemplo, la figura de Oteiza o de Chillida, que los ha marcado".
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