Los ancianos del partido siguen asistiendo trajes al estilo Mao

Soplan aires nuevos en el Partido Comunista Chino (PCCh). Cerca de 400 per¨ªodistas y 1.936 delegados desayunaron ayer juntos antes de que a las nueve en punto de la ma?ana, tras escuchar en pie La Internacional, interpretada por una banda de j¨®venes uniformados, Deng Xiaoping declarara abierto el XIII Congreso. El hombre fuerte de China -diminuto y, empedernido fumador- dio la palabra al incondicional Zhao Ziyang, en cuyas manos descansa el partido desde que los disturbios estudiantiles fueran la gota de agua que derram¨® el que hacer de Hu Yaobang como secretario general del partido, el pasado enero.Pero all¨ª segu¨ªa ayer Hu, m¨¢s viejo y m¨¢s triste, sentado entre Zhao y el jefe del Estado, Li Xiannian. Zhao, que destacaba por su elegante atuendo -traje gris perla, corbata fucsia-, pronunci¨® un minucioso discurso salpicado por no excesivos aplausos que, por primera vez en la historia del comunismo chino, fue transmitido en directo por televisi¨®n.

Entre los 187 miembros del Presidium del congreso, elegido la v¨ªspera, abundan los ancianos y los trajes estilo Mao. El economista Chen Yu, de 82 a?os, ciego y sordo, fue trasladado a su asiento por tres j¨®venes ayudantes, y mediada una hora del acto, tras escribir una nota a Deng, abandon¨® la sala.

Igual hicieron otros vanos veteranos, entre ellos la viuda de Zhou Enlai, madre adoptiva de una de las estrellas del congreso, el viceprimer ministro Li Peng, cuyo nombre se baraja para ocupar la jefatura del Gobierno que dejar¨¢ vacante Zhao Ziyang.

La sala en la que se re¨²ne el congreso, con capacidad para 10.000 personas, estaba presidida por tina hoz y un martillo flanqueados por banderas rojas.

Dos paneles laterales pon¨ªan la electr¨®nica al servicio de la ideolog¨ªa socialista: en ellos aparec¨ªan y desaparec¨ªan sucesivos esl¨®ganes del PCCh.