Cautela en la Casa Blanca y el Congreso tras el anuncio de la 'cumbre' Reagan-Gorbachov
Una gran cautela en la Casa Blanca, y tambi¨¦n en el Congreso, ha sucedido al anuncio de que Ronald Reagan y Mijail Gorbachov se reunir¨¢n a partir del 7 de diciembre, en Washington, durante tres d¨ªas, para firmar el tratado de eliminaci¨®n de los misiles de alcance intermedio de Europa. Reagan, que obtiene un triunfo diplom¨¢tico importante al atraer al l¨ªder sovi¨¦tico a la capital norteamericana sin aceptar condiciones previas, no hizo ayer ninguna menci¨®n de la cumbre en su discurso radiof¨®nico semanal. Tampoco el ministro de Exteriores sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, hizo comentarios a su regreso a Mosc¨².
La Casa Blanca, que conf¨ªa en que la reuni¨®n al m¨¢ximo nivel servir¨¢ para recuperar el prestigio de una presidencia bajo el peligro de convertirse en irrelevante, prefiere no echar las campanas al vuelo. El acuerdo para la eliminaci¨®n de fuerzas nucleares intermedias (INF) tiene sus detractores en sectores conservadores, que consideran que es una entrega a Mosc¨² que desarma a Europa, para conseguir un triunfo publicitario para Reagan. Tambi¨¦n se teme a nivel oficial que Gorbachov pueda poner en aprietos a Reagan en su visita a Washington si no logra concesiones en la cuesti¨®n de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) (guerra de las galaxias)."Vamos a tener problemas con la verificaci¨®n del tratado INF y no va a pasar por el Senado de cualquier forma", ha advertido el l¨ªder dem¨®crata en dicha C¨¢mara, Robert Byrd. El jefe de la minor¨ªa republicana y candidato a la presidencia, Robert Dole, ha afirmado que la cumbre debe ser contemplada "con los ojos abiertos, controlando nuestras expectativas y con nuestros pies firmes en la tierra".
De los aspirantes republicanos a la Casa Blanca, s¨®lo George Bush aprueba sin restricciones el acuerdo para desmantelar los earomisiles. Jack Kemp, que lucha por la presidencia como sucesor ideol¨®gico de Reagan, ha declarado que la cumbre "puede poner en peligro la seguridad de futuras generaciones".
Proceso de distensi¨®n
Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica han abierto un proceso de distensi¨®n de sus relaciones que, en el mejor de los escenarios posibles, podr¨ªa conducir a que Reagan, que ha basado su carrera en la desconfianza hacia cualquier acuerdo con la URSS, firmara la primavera pr¨®xima, en Mosc¨², un tratado para reducir en un 50% los arsenales nucleares estrat¨¦gicos de las dos superpotencias.Pero Reagan piensa a¨²n que puede conseguirlo sin sacrificar su guerra de las galaxias, mientras que Gorbachov advierte que no aceptar¨¢ el desarme estrat¨¦gico sin que EE UU limite el despliegue de su escudo en el espacio -la SDI-, que entiende que es "un aumento radical de la amenaza militar" contra su pa¨ªs. Gorbachov, que ha fracasado en su intento de condicionar la cumbre a una garant¨ªa previa norteamericana, ha preferido abrir con este presidente un proceso de dos reuniones al m¨¢ximo nivel, con la esperanza de que Reagan acceda finalmente a limitar el despliegue de su sue?o de defensa espacial para pasar a la historia como el presidente que redujo los arsenales nucleares m¨¢s peligrosos.
Reagan piensa, por el contrario, que la firmeza, que le ha dado buenos resultados para conseguir el acuerdo para la eliminaci¨®n de euromisiles, funcionar¨¢ igualmente con la SDI. Pero las se?ales de flexibilidad sugeridas el viernes en Washington no pueden ocultar que un acuerdo sobre armas estrat¨¦gicas est¨¢ a¨²n muy lejos.
Reagan no viajar¨¢ el a?o que viene a Mosc¨² si no se concreta un acuerdo sobre misiles intercontinentales o se han realizado avances muy importantes, dijo ayer una fuente de la Casa Blanca. No bastar¨¢ un acuerdo de principio, similar al alcanzado por Gerald Ford y Leonid Breznev en Vladivostok en 1974, que posteriormente permiti¨® las SALT II (conversaciones para la limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas).
El pasado viernes, un Reagan optimista por haber conseguido que Gorbachov acuda finalmente a la cumbre de Washington dijo que los sovi¨¦ticos ya no condicionan la reducci¨®n de las armas estrat¨¦gicas a restricciones en la SDI. Poco despu¨¦s, el secretario de Estado, George Shultz, corrigi¨® al presidente y afirm¨® que Mosc¨² contin¨²a vinculando estos dos temas, "aunque hemos hecho peque?os progresos".
Reagan sugiri¨® que podr¨ªa discutir con Gorbachov en Washington cierta flexibilidad en el despliegue del sistema de defensa espacial, que, en su opini¨®n, ayudar¨ªa a alcanzar un acuerdo.
Shultz, en una conferencia de prensa posterior al anuncio de la cumbre -en la madrugada del s¨¢bado, hora peninsular-, explic¨® que la URSS ha introducido el concepto de "equilibrio estrat¨¦gico" entre las armas ofensivas y las defensas antimisiles como el objetivo que pretende conseguir en la reuni¨®n de diciembre en Washington y, posteriormente, en un cuarto encuentro en Mosc¨².
Shevardnadze, que tambi¨¦n compareci¨® ante los periodistas tras el anuncio del acuerdo, dijo que el cumplimiento estricto del tratado antimisiles bal¨ªsticos (ABM), de 1972, durante un per¨ªodo de tiempo acordado por las dos superpotencias es el "campo de trabajo" para lograr reducciones del 50% en las armas estrat¨¦gicas. "?sta es la principal garant¨ªa de la estabilidad estrat¨¦gica" que buscamos, precis¨®.
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