Serra intentar¨¢ contrarrestar en Monterrey las presiones europeas sobre el problema de las bases

ENVIADO ESPECIALEl ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, intentar¨¢ estos d¨ªas, en la ciudad de Monterrey, pr¨®xima a San Francisco (EE UU), contrarrestar la ola de cr¨ªticas y presiones que en las ¨²ltimas semanas han protagonizado diversos Gobiernos europeos en contra del deseo espa?ol de que abandonen Espa?a los 72 aviones F-16 americanos estacionados en Torrej¨®n. Serra asiste en California a la 45? reuni¨®n del Grupo de Planes Nucleares (NPG) de la OTAN, donde coincide con sus hom¨®logos de pa¨ªses miembros de la Alianza, con la excepci¨®n de Francia.

De esta nueva reuni¨®n del NPG, fijada para los d¨ªas 3 y 4, no se esperan resultados espectaculares, pero tiene una especial relevancia para Espa?a por el hecho de que, de un lado, Serra y Caspar Weinberger, secretario norteamericano de Defensa, van a coincidir s¨®lo unas horas antes de que se inicie en Madrid una nueva ronda de -negociaciones hispano-estadounidenses sobre el futuro de las bases; de otro lado, los miembros del NPG analizar¨¢n las consecuencias del previsible acuerdo de desarme entre la URSS y EE UU, y, en este contexto, el mantenimiento de los F-16 en Espa?a es revalorizado por los aliados.

Con respecto a las bases, la proximidad del d¨ªa 14 de noviembre -fecha en que el Gobierno espa?ol tendr¨¢ que denunciar el convenio bilateral si no hay previamente un acuerdo de principio- y las presiones internacionales que han protagonizado pa¨ªses como Holanda, la Rep¨²blica Federal de Alemania o B¨¦lgica, adem¨¢s de las directas de EE UU, han hecho que el Gobierno espa?ol reconozca estar "altamente preocupado", aunque contin¨²a insistiendo en la necesidad de que los cazas americanos abandonen el territorio nacional.

El acuerdo de desarme

En cuanto al acuerdo sobre desarme, el propio secretario general de la OTAN, lord Carrington, insisti¨® el pasado d¨ªa 17 en Londres en que alcanzar ese acuerdo supondr¨¢ que los pa¨ªses de la Europa occidental tengan que "incrementar su aportaci¨®n a la defensa colectiva", y se?al¨® que "las fuerzas americanas en Europa son un s¨ªmbolo del hecho de que la seguridad europea es un elemento vital para la propia seguridad de EE UU". Durante la reuni¨®n de Monterrey, est¨¢ previsto que un alto funcionario de la OTAN informe a los ministros sobre las implicaciones pol¨ªtico-militares del acuerdo de desarme y sobre sus consecuencias para los planes de defensa a largo plazo.Tambi¨¦n est¨¢ previsto que los ministros asistentes al encuentro de Monterrey escuchen un informe del general Galvin, recientemente nombrado comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa, y otro de un funcionario del Pent¨¢gono adscrito al Grupo para la Protecci¨®n de Armas (Weapons Protection Group), encargado de realizar un estudio para prevenir ataques terroristas contra lugares donde se almacenan armas nucleares.

Aunque el Gobierno espa?ol mantiene su tesis de no pertenecer a la estructura militar de la OTAN ni de almacenar armas nucleares en el territorio nacional, Serra asiste desde marzo del a?o pasado, como miembro de pleno derecho, al NPG. A la reuni¨®n de Monterrey tambi¨¦n asiste, por primera vez como miembro activo, el representante de Finlandia, pa¨ªs que no dispone de fuerzas militares propias. Por tanto, Francia es ya el ¨²nico pa¨ªs de la OTAN que no asiste.

Las reuniones del NPG, a nivel de ministros de Defensa, se registran dos veces al a?o. En la ¨²ltima, la representaci¨®n espa?ola -tambi¨¦n asiste el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Gonzalo Puigcerver- defendi¨® la tesis de que deb¨ªa intentarse el acuerdo lo m¨¢s amplio posible sobre desarme nuclear en Europa: de entrada, la opci¨®n doble cero -que incluye la eliminaci¨®n de todos los misiles nucleares de alcance superior a los 500 kil¨®metros-, y posteriormente, si fuera posible, la opci¨®n supercero, que supondr¨ªa la eliminaci¨®n de misiles de menor alcance.