?'Funky'!, por fin
Un p¨²blico espa?ol, primero barcelon¨¦s y madrile?o despu¨¦s, pudo escuchar por primera vez en su casa a una aut¨¦ntica banda estadounidense de funky, de sonido negro de fusi¨®n, para bailar y deleitarse. Kool and The Gang, ocho m¨²sicos en escena con m¨¢s de 20 a?os de experiencia, sobrepasan la simple calificaci¨®n de especialistas en sonido de discotecas y crean en sus recitales un espect¨¢culo fant¨¢stico que capta la participaci¨®n divertida del espectador para bailar, cantar o sencillamente admirar.El animador e int¨¦rprete principal, James J. T. Taylor, dio nada m¨¢s aparecer un grito de ¨¢nimo: "?Let's go!" ("?Vamos all¨¢.'"), que anunciaba la fuerza de la banda con cuatro primeros temas seguidos, sin parar, con el bater¨ªa George Brown como impulsor y encadenador de la m¨²sica. Hab¨ªan comenzado muy lanzados con Straight ahead y Holiday. El sonido de la trompeta y el saxo en primer plano, protagonista junto al cantante. Los tres actores y danzarines, imparables, con turnos variables de posici¨®n en el escenario. "Toca que te toca y baila que te baila", con calidad instrumental y alegre trato al p¨²blico, esta pandilla de Kool -ese bajista extraordinario alejado casi siempre al fondo del escenario- ha probado que la m¨²sica negra atrae suficiente n¨²mero de aficionados a los conciertos si adem¨¢s la publicidad de alguno de los interesados -su compa?¨ªa de discos- es mayor.
Kool and The Gang
Robert Kool Bell, bajo; James J. T. Taylor, voz principal; George Brown, bater¨ªa; Clydes Smith, guitarra; Robert Mickens, trompeta y coros; Dennis Thomas, saxos y coros; Clifford Adams, tromb¨®n y coros, y Curtis Williams, teclados y coros. Duraci¨®n del concierto: 116 minutos. Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, 2 de noviembre
El escenario, decorado con tarimas en forma de conos piramidales truncados en las que se situaban el bater¨ªa o los teclistas o cualquiera de los m¨²sicos, se adecuaba al sentido festivo, luminoso al modo discotequero, del recital. Pasados los primeros cuatro temas sin pausa, directos, sobrecogedores, el octeto par¨®, exclam¨® sus saludos de simpat¨ªa y se relaj¨® para tocar la primera balada, In a special way, en la que un solo de trompeta -como m¨¢s tarde fue de tromb¨®n o de saxo- resucit¨® el pasado de este grupo en el jazz. Ah¨ª las subidas vocales de J. T. en falsete levantaron el sentir m¨¢s amoroso de la gente. Despu¨¦s elevaron de nuevo el ritmo con una serie de ¨¦xitos. reconocibles por la audiencia espa?ola (Get down on it, Stone of love).
Una representaci¨®n de disfraces con luces y capas negras -incluida la aparici¨®n de un extraterrestre luminoso- con J. T. de estrella agredida por Thomas y Robert Mickens remat¨® la capacidad de sorpresa de esta formaci¨®n. Las baladas Too hot y Joanna, coreada por los presentes, y las piezas bailables Lets go dancing y Celebrati¨®n -que sirvi¨® cual himno de recibimiento en Estados Unidos a los secuestrados en la embajada iran¨ª- agitaron a¨²n m¨¢s a los cerca de 7.000 asistentes.
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