La grandeza de lo min¨²sculo

"Creo que hoy d¨ªa el cine se inspira demasiado en s¨ª mismo y muy poco en la vida". Son palabras de Eric Rohmer, palabras que describen una situaci¨®n a la que ¨¦l se enfrenta con sus pel¨ªculas, excepcionales precisamente por el inter¨¦s que muestran por el presente y por su capacidad para captar los signos de la ¨¦poca, para estar en sinton¨ªa con su tiempo.En L'ami de mon amie, sexto t¨ªtulo de la serie Comedias y proverbios, se parte de esa m¨¢xima que reza "los amigos de mis amigos son mis amigos". Y la ficci¨®n ilustra literalmente ese aserto, pero al mismo tiempo ironiza sobre ¨¦l.

Los protagonistas, los cinco protagonistas, juegan a las cuatro esquinas, con la ¨²nica diferencia de que no se trata tanto de jugarse un espacio f¨ªsico como un espacio sentimental ganarse un compa?ero. Para darle forma cinematogr¨¢fica ese entrecruzamiento de amo res y amistades, Rohmer parte del vodevil y lo libera, moderniz¨¢ndolo.

Una pel¨ªcula de Rohmer se parece a otra pel¨ªcula de Rohmer como dos gotas de agua entre s¨ª. A simple vista se dir¨ªan id¨¦nticas, pero entre ¨¦sta y Le rayon vert y Pauline ¨¤ la plage lo ¨²nico que hay en com¨²n es el ya citado inter¨¦s por la vida contempor¨¢nea y la exactitud e inteligencia del tono. Personalmente, uno puede preferir una u otra de las pel¨ªculas -yo situar¨ªa L'ami de mon amie por encima de Le rayon vert, pero por debajo de Pauline ¨¤ la plage-, aunque el proyecto, la normativa rohmeriana, es tan minucioso y exacto que parece injusto aislar un filme.

En los Cuentos morales, el punto de vista del director quedaba expl¨ªcito, pero en las Comedias y proverbios son los propios personajes quienes parecen cuidarse de la puesta en escena, limit¨¢ndose el director a una estricta presencia exterior. La iron¨ªa, la distancia entre el creador y sus criaturas es, al mismo tiempo, enorme e inexistente. Enorme porque Rohiner lo contempla todo desde fuera, e inexistente porque tanta objetividad en la puesta en escena, hace que las palabras de los personajes y las del director se confundan.

?Puede cansar la inteligencia, puede uno hartarse de la perfecci¨®n? Sin duda, pero es injusto. La pel¨ªcula anual de Rohmer es una de esas satisfacciones que, por previsibles, corremos el riesgo de no valorar. Existe una m¨ªtica del riesgo que convierte el trabajo art¨ªstico en espect¨¢culo circense, basado en la sorpresa. Rohiner arriesga en otra direcci¨®n, la de implicarse en las historias hasta confundirse con ellas.