Virtuosismo de la Sinf¨®nica de Montreal

Comenz¨® anteayer, en el Teatro Real, el ciclo Orquestas del Mundo, que organiza Iberm¨²sica (en Barcelona, Iberc¨¢mara) y patrocina Tabacalera. Por ¨¦l desfilar¨¢n siete orquestas sinf¨®nicas (entre ellas, la Royal Philharmonic y Philharmonia de Londres, Gewandhaus de Leipzig, Filarm¨®nica de Viena, Nacional de la URSS y Concertgebouw de Amsterdam) y cinco formaciones de c¨¢mara.Abri¨® marcha la Sinf¨®nica de Montreal con su titular desde 1977, Charles Dutoit, un maestro vers¨¢til, brillante, eficaz y un tanto superficial. Millonario en discos se ha denominado al conductor de Lausanne (nacido en 1936) y es verdad. Hoy d¨ªa existen carreras realizadas des de el disco cuya industria tiene mucho cuidado en apoyar y promocionar a sus artistas. Es el caso de Dutoit, violinista un d¨ªa en muy buenas orquestas europeas y americanas, director coral despu¨¦s, y titular, sucesivamente, de Radio Z¨²rich, ballet de la ¨®pera de Viena, Tonhalle, Sinf¨®nica de Bema y, al fin, de la muy grande orquesta canadiense con la que ahora nos visita; una formaci¨®n brillant¨ªsima y de aut¨¦ntico virtuosismo, fundada en 1924, y por cuyo podio desfilaron como maestros estables Pelletier, Defauw, Markevitch, Melita, Decker, Fr¨¹hbeck de Burgos y Dutoit.Un programa t¨®pico y muy bello -esto es otra cosa- in clu¨ªa Don Juan, de Strauss; el Concierto, de Bartok, y los Cuadros, de Mussorski-Ravel, m¨¢s la notable ampliaci¨®n, como propina, del Bolero, del mismo Ravel. El poema straussiano sobre el burlador visto por Lenau posee caracter¨ªsticas de gran ejercicio instrumental, pero lo importante es el fondo, la sustancia, por decirlo al modo fallesco, y Dutoit parece recrearse m¨¢s bien en el perfeccionismo de ejecuci¨®n, en el luc?miento del estupendo instrumento que tiene a sus ¨®rdenes.Por lo mismo, los Cuadros de una exposici¨®n, con todo su poder de plasticidad aumentado por la traslaci¨®n raveliana, conviene mejor al maestro que, para m¨ª, tuvo su mejor momento en el formidable concierto bartokiano, tan bien comentado en el programa por el compositor Tom¨¢s Marco.

Un Bolero rutilante, efectista y personal, que provoc¨® tempestades entusiastas, trajo a mi memoria la c¨¦lebre an¨¦cdota entre Toscanini y Ravel, despu¨¦s de la ejecuci¨®n por el maestro italiano de la gran invenci¨®n raveliana: "Yo he compuesto un bolero muy parecido", afirm¨® Ravel, despu¨¦s de felicitar al director, quien, sin titubear, contest¨®: "S¨ª, pero el m¨ªo tiene mucho m¨¢s ¨¦xito".

Por mi parte, no obstante el perfeccionismo, el lujo de ejecuci¨®n y din¨¢mica y las variantes ag¨®gicas, habr¨ªa preferido m¨¢s Ravel y menos Dutoit. El m¨²sico vasco lo dej¨® dicho: "No quiero que interpreten mi m¨²sica, basta con que toquen lo escrito".