Managua condiciona el di¨¢logo con la 'contra" a que sea fuera de Nicaragua y que permita negociar con EE UU

El di¨¢logo indirecto que el Gobierno sandinista entablar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas con la contra deber¨¢ realizarse fuera de Nicaragua (probablemente en Estados Unidos), estar¨¢ limitado a la concertaci¨®n de un alto el fuego y deber¨ªa conducir al inicio de conversaciones bilaterales entre Washington y Managua. Estas precisiones fueron hechas en la noche del s¨¢bado por el vicepresidente nicarag¨¹ense, Sergio Ram¨ªrez.

ENVIADO ESPECIALEl vicepresidente Ram¨ªrez se reuni¨® el s¨¢bado con el senador dem¨®crata Christopher Dodd, presidente de la Comisi¨®n de Asuntos del Hemisferio Sur del Senado norteamericano, quien le manifest¨® que es "muy probable" que despu¨¦s de la decisi¨®n nicarag¨¹ense de dialogar con la contra, utilizando al cardenal Miguel Obando y Bravo como mediador, el Gobierno de Estados Unidos deje de solicitar ayuda para los rebeldes.Dodd y el grupo de senadores que le acompa?a en una gira por los cinco pa¨ªses centroamericanos, presentaron a Ram¨ªrez una serie de sugerencias sobre las caracter¨ªsticas del di¨¢logo con la contra que, sin embargo, el vicepresidente nicarag¨¹ense rechaz¨®. Ram¨ªrez dijo que el Gobierno se negar¨¢ a que los dirigentes de Resistencia Nicarag¨¹ense (la coalici¨®n de fuerzas antisandinistas) vengan a Managua para esas negociaciones, y explic¨® que lo m¨¢s l¨®gico es que el cardenal Obando se desplace a Estados Unidos, "puesto que es all¨ª donde viven [los dirigentes]".

El cardenal Obando pidi¨® ayer flexibilidad al Gobierno sandinista en las negociaciones con la contra.

Di¨¢logo con EE UU

Tampoco accedi¨® Sergio Ram¨ªrez, seg¨²n dijeron los senadores de EE UU, a que este di¨¢logo permita en el futuro reuniones cara a cara entre dirigentes sandinistas y los l¨ªderes de la contra. M¨¢s bien, seg¨²n Ramirez, deber¨ªan conducir a que la Administraci¨®n norteamericana acepte la negociaci¨®n entre Washington y Managua.Por primera vez en muchos meses, la flexibilidad mostrada por los sandinistas y la relativamente buena acogida que sus propuestas han tenido en Washington han permitido vislumbrar la posibilidad de que esa negociaci¨®n se lleve a cabo. La primera oportunidad ser¨¢ el inminente viaje de Daniel Ortega a la capital norteamericana para intervenir el pr¨®ximo mi¨¦rcoles ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA). Ram¨ªrez coment¨® que, "hasta el momento", no hay prevista ninguna entrevista de Ortega con funcionarios de la Administraci¨®n, pero esta negativa no ha sido suficiente para desvanecer las expectativas.

Adem¨¢s de su oposici¨®n a la f¨®rmula de di¨¢logo indirecto, la Casa Blanca desaprueba la decisi¨®n anunciada por Ortega el jueves de condicionar la amnist¨ªa y el levantamiento del estado de emergencia a que la comisi¨®n internacional de verificaci¨®n del acuerdo Esquipulas 2 confirme el cese de la ayuda para la contra. Ram¨ªrez garantiz¨® el s¨¢bado que su Gobierno aceptar¨¢ el fallo de la comisi¨®n <.,cualquiera que sea ¨¦ste".

En este caso se est¨¢ produciendo una pol¨¦mica interpretaci¨®n del concepto de simultaneidad recogido en el texto de los acuerdos Esquipulas 2. Por un lado, los sandinistas tienen raz¨®n en que el plan de paz firmado el 7 de agosto en Guatemala exige la entrada en vigor de forma simult¨¢nea de todos los compromisos, es decir, la amnist¨ªa, el alto el fuego y el fin del apoyo de terceros pa¨ªses a fuerzas insurreccionales centroamericanas.

Pero tambi¨¦n puede ser correcta la interpretaci¨®n de que los acuerdos deben ser cumplidos por todos los pa¨ªses al mismo tiempo, y que Nicaragua, al posponer la entrada en vigor de la amnist¨ªa, no lo est¨¢ haciendo as¨ª. El texto del acuerdo dice: "A los 90 d¨ªas a partir de la fecha de la firma de este documento entrar¨¢n a regir simult¨¢neamente en forma p¨²blica los compromisos relacionados con amnist¨ªa, cese del fuego, democratizaci¨®n, cese de la ayuda a las fuerzas irregulares o a los movimientos insurreccionales y no uso del territorio para agredir a otros Estados".