La dignidad de The Cure, ovacionada
.The Cure triunfaron en su segundo concierto espa?ol. A las diez de la noche se apagaron luces y una pantalla grande baj¨® delante del escenario con unas im¨¢genes de bocas, de labios sugerentes que anunciaban el inicio de un nuevo recital arriesgado y espectacular de la actual gira Kissing de The Cure, una de las formaciones del pop-rock brit¨¢nico m¨¢s originales de esta d¨¦cada. Las pruebas de sonido hab¨ªan terminado m¨¢s tarde de lo esperado y como consecuencia se hab¨ªa suspendido la actuaci¨®n previa del tr¨ªo zaragozano de nueva rumba y algo m¨¢s Combays, que animaron los primeros minutos de la velada del mi¨¦rcoles en Barcelona. Las localidades se hab¨ªan agotado con dos d¨ªas de antelaci¨®n. Diez mil personas pagaron cada una 2.200 pesetas.
Concierto de de Cure
The Cure: Robert Smith, voz y guitarra; Simon Gallup, bajo; Boris Willams, bater¨ªa; Porl Thompson, guitarra, y Lawrence Tolshurst, teclados, con la colaboraci¨®n de Roger O'Donnell, teclados. Palacio de los Deportes. Madrid, 19 de noviembre
Se dispuso para este concierto un equipo especial de sonido ambif¨®nico. Dos juegos de altavoces se instalaron en los laterales y por encima del escenario. The Cure consiguieron una calidad sonora ¨®ptima en relaci¨®n con la escasa adecuaci¨®n ac¨²stica del lugar. El p¨²blico empez¨® a animarse en la quinta canci¨®n, la balada reciente Catch, cuyo videoclip lleg¨® a realizarse en un paisaje de Niza. Una pieza tranquila, breve, maravillosa, que precedi¨® al baile colectivo de los asistentes con Just Iike heaven, el ¨²ltimo sencillo publicado en todo el mundo. Smith, el cantante, letrista y principal compositor, es un artista de talento creativo, ¨²nico, personal. Posee una voz f¨¢cil de cantar entre miles, un tono muy admirado y copiado en los ¨²ltimos a?os incluso por cantantes anglosajones como el de The Essence. Una guitarra cuasi espa?ola arranc¨® el tema de inspiraci¨®n lusitana pero de aire hisp¨¢nico The blood. Ah¨ª se comprob¨® la versatilidad de Smith, su manera personal de asimilar, de hacer propio cualquier ritmo o estilo ajeno.
Entre los temas varios que han prendido en la audiencia -algunos, como The love cats, no fueron interpretados-, The Cure no desestimaron varios de su primera etapa, m¨¢s oscuros, como la negra vestimenta de los m¨²sicos, y no menos inquietantes e incluso rudos. Este quinteto, ayudado por un teclista adicional, acostumbra a iniciar muchas canciones con una parte instrumental antes de la primera entrada vocal de S¨ªnith. Ah¨ª se not¨® tambi¨¦n su peculiaridad musical extraordinaria. No caben en The Cure demostraciones de habilidad individual, salvo la interpretaci¨®n del cantante. Todo se presenta en un sonido conjunto, orquestal, dirigido a crear ambientes, sensaciones, y que ayuda principalmente a la ejecuci¨®n sencilla de los temas sin prolongaciones vanas.
Apreciaron los espectadores aquellas melod¨ªas que desconoc¨ªan, as¨ª como las que tanto aplaud¨ªan por tan populares. In Between days, Close to me, o el mencionado The blood destacaron en un repertorio dificil, que se acrecent¨® con otros momentos brillantes en A forest, que fue una explosi¨®n magistral de rock, lo mejor de la noche. La puesta en escena, simple, con tres cortinillas blancas donde se proyectaban sombras chinescas de los m¨²sicos, intermitentes seg¨²n el movimiento de los haces de luz, participaron del sentido de cada canci¨®n, con la oscuridad predominante en la gran b¨®veda del palacio deportivo. La espa?ola ha sido siempre una zona de culto para esta banda y ahora significa ya un mercado de amplio p¨²blico. The Cure conservan su dignidad y no temen el riesgo.
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