Finkielkraut propone una redefinici¨®n de la cultura
El fil¨®sofo franc¨¦s Alain Finkielkaut visita Madrid, donde pronunci¨® anoche la conferencia El cuerpo y el mundo, dentro del ciclo El cuerpo: escenarios para la libertad, que se desarrolla en el C¨ªrculo de Bellas Artes. El autor de La nueva derecha norteamericana, El nuevo desorden amoroso y La derrota del pensamiento considera en este ¨²ltimo trabajo la necesidad de redefinir la cultura frente a los h¨¢bitos del ocio.Finkielkraut pertenece, junto a Pascal Bruckner y Alberto Cavalleri, al equipo Foucault, que intenta investigar la actualidad sociopol¨ªtica a trav¨¦s de lo que llaman reportajes ideol¨®gicos. Esta posici¨®n le ha valido reproches de fil¨®sofos de los medios acad¨¦micos, que le acusan de caer en las redes de la cultura de masas que trivializa el pensamiento, y que es precisamente la que denuncia Finkielkraut.
"No condeno a la televisi¨®n por serlo", dice Finkielkraut; "la televisi¨®n es un espacio p¨²blico para la deliberaci¨®n, para la difusi¨®n de la opini¨®n, un equivalente del ¨¢gora. La televisi¨®n francesa se ha americanizado con la privatizaci¨®n y esto ilustra a posteriori mi tesis de La derrota del pensamiento".
Finkielkraut ha planteado nuevamente el debate entre el racionalismo franc¨¦s del Siglo de las Luces y el romanticismo alem¨¢n, representado por el Volkgeist. "En el Siglo de las Luces se defini¨® el gran ideal democr¨¢tico. Estos fil¨®sofos trataron de romper el monopolio de la cultura diciendo que la libertad es imposible en la ignorancia. Se trat¨® de suprimir la frontera entre el hombre y la cultura".
"Este ideal se ha olvidado hoy", dice Finkielkraut. "Se piensa no que la democracia es el acceso de todos a la cultura, sino que todas las actividades deben poder alcanzar la dignidad de actividades culturales. Es el ideal democr¨¢tico en favor del populismo. El relativismo cultural ha desplazado a la democracia. Cuando rechazamos este ideal se te acusa de ser elitista. La televisi¨®n hoy se considera como un veh¨ªculo de cultura y habla solo de cosas materiales. Es el capitalismo de la cultura. Se dice que est¨¢ sirviendo al pueblo y lo que hace es s¨®lo favorecer a las industrias culturales".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.