Un problema m¨¢s
Mauritania considera la guerra del S¨¢hara como el segundo problema m¨¢s importante que sufre el pa¨ªs, entre la alarmante desertizaci¨®n, que cada a?o absorbe seis kil¨®metros de su vegetaci¨®n y que ha provocado ¨²ltimamente una reducci¨®n de su caba?a a un 20%, y la amenaza ¨¦tnica, que est¨¢ convirtiendo en minor¨ªa a la poblaci¨®n ¨¢rabe, a¨²n dominante frente a la negra.Precisamente estos d¨ªas se est¨¢ celebrando en Nuakchot un importante proceso judicial relacionado con el intento de golpe de Estado ¨¦tnico de la minor¨ªa negro-africana ocurrido el pasado mes de octubre.
Sin embargo, la guerra del S¨¢hara se diferencia de los otros dos factores de peligro en que se trata de un problema que viene de fuera. Desde su retirada en 1979 de Tiris el Garbia, la parte que le correspondi¨® en los acuerdos de Madrid, Mauritania ha vivido en un permanente forcejeo de intentos de desestabilizaci¨®n, unas veces orquestados desde Marruecos y otras desde Argelia.
Desde la llegada al poder, en diciembre de 1984, del coronel Ahmed Uld Taia, la neutralidad y la prudencia ante los desequilibrios regionales marcan su pol¨ªtica, no exenta de la dificultad que produce mantenerse al margen siendo parte interesada.
La llegada de las tropas marroqu¨ªes a su frontera norte, en abril pasado y tras la construcci¨®n del sexto muro que impide el paso del Frente Polisario al Atl¨¢ntico, le supuso la entrada en tensi¨®n permanente con su vecino del norte, Marruecos, ya que el temor a una invasi¨®n permanece en la mente de sus dirigentes y m¨¢xime cuando Nuadibu, la capital econ¨®mica, se encuentra actualmente a tiro hecho del potente Ej¨¦rcito marroqu¨ª.
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