Recuperando a Gerhard

Los conciertos de la Orquestra del Teatre Lliure dedicados a la m¨²sica de Robert Gerhard y la presentaci¨®n de la biograf¨ªa de este compositor que ha escrito su disc¨ªpulo Joaqu¨ªn Homs, parecen indicar que el inter¨¦s y la apreciaci¨®n hacia este m¨²sico est¨¢ consolid¨¢ndose.Robert Gerhard (1996-1970) vivi¨® m¨¢s de la mitad de su vida lejos de su tierra, lo que no ha influido tan decisivamente en el desconocimiento de su obra como el silencio que se cre¨® en torno a la cultura y al arte catal¨¢n en los a?os de nuestra posguerra. No es el momento de profundizar en esta cuesti¨®n; no obstante, podemos resumirla exponiendo que desde la d¨¦cada de los sesenta este flagrante vac¨ªo se ha ido subsanando y que en cada ocasi¨®n que hemos escuchado una obra de este compositor nos hemos percatado de que, de haber sido posible y constante su presencia entre nosotros, no s¨®lo la m¨²sica catalana, sino tambi¨¦n la espa?ola en general, se hubieran beneficiado de aquel maestrazgo.

As¨ª se constat¨® en la brillante variedad est¨¦tica que patentizaron las obras escogidas para el concierto que le dedic¨® la Orquestra de Cambra del Teatre Lliure.

Desde el Quinteto de viento, compuesto en 1928 -donde Gerhard demuestra la plena asimilaci¨®n de las ense?anzas de Schoenberg y su independencia de criterio para no adscribirse de momento y gregariamente al sistema dodecaf¨®nico-, de personal factura expresionista, hasta la m¨²sica dram¨¢tica de su ¨²ltima obra, Leo, pudimos advertir c¨®mo Gerhard profundiz¨® en el esp¨ªritu de la problem¨¢tica de la composici¨®n contempor¨¢nea para aportar sugerencias y soluciones que permitieran la evoluci¨®n del arte musical.

De este modo, su Cancionero de Pedrell es un l¨²cido ejempIo de c¨®mo puede autentificarse el documento musical folcl¨®rico, mientras que sus Siete Haiku, escritos en 1922, evidencian la imaginaci¨®n de Gerhard para sintetizar en breves compases un mundo de intenso lirismo y, a la vez, conferirle una inusitada riqueza t¨ªmbrica con un reducido conjunto instrumental.

Sin duda, Josep Pons y su orquesta prepararon con intensidad y rigor este programa, y las versiones escuchadas manifestaron en todo momento precisa correcci¨®n.

De alg¨²n modo, este concierto y el libro de Homs que, desde ahora, constituye un documento imprescindible para aproximarnos a la obra de Gerhard, apuntan hacia una plena recuperaci¨®n de este compositor para nuestra m¨²sica.