Chissano: "En una lucha hay que tener paciencia"
El presidente mozambique?o ve mayor comprensi¨®n occidental a los Estados de la L¨ªnea del Frente
El presidente de Mozambique, Joaquim Chissano, de 48 a?os, considera que Occidente se ha vuelto m¨¢s comprensivo con la situaci¨®n de los pa¨ªses de la L¨ªnea del Frente, en lucha contra el apartheid. Una prueba de ello son las ayudas humanitarias y econ¨®micas que llegan a Mozambique, aunque para Chissano, "no es suficiente". Chissano, un brillante intelectual y diplom¨¢tico formado en los ambientes universitarios Par¨ªs y Lisboa, va a cumplir estas semana su primer a?o de mandato presidencial. Su elecci¨®n fue marcada por un tr¨¢gico acontecimiento: la muerte de su antecesor, Samora Machel, en un accidente de avi¨®n del que sus compatriotas culpan a Sur¨¢frica.
"Cuando se lleva adelante una lucha hay que tener paciencia", afirma Joaquim Chissano, desde una sala de su cuartel general en Maputo. A ¨¦l como a sus dem¨¢s colegas de la L¨ªnea del Frente (los cuatro pa¨ªses lim¨ªtrofes de Sur¨¢frica), le gustar¨ªa que Occidente adoptara posturas m¨¢s tajantes respecto al apartheid o la intervenci¨®n de Pretoria en el sur de Angola adonde el presidente surafricano Pieter Botha acaba de hacer una visita a sus tropas.En compensaci¨®n, Chissano tiene a su favor los resultados de su reciente gira por Europa o la visita que hace, dos semanas hizo a Maputo el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Helmut Kohl. Una estancia muy breve, en la que Kohl se mostr¨® antip¨¢tico ante la Prensa neg¨¢ndose a hacer declaraciones sobre el apartheid del que es considerado como un importante aliado. Para Chissano, sin embargo, la visita del canciller ha supuesto un importante tanto para la lucha contra el apartheid que demuestra que algo se mueve en la perspectiva que el mundo occidental tiene sobre lo que ocurre en ?frica austral.
P. Sin embargo, muchos pa¨ªses que dicen apoyar a Mozambique se resisten al apoyo militar que su Gobierno ha pedido para luchar contra RENAMO (Resistencia Nacional Mozambique?a)...
R. S¨ª. No se cu¨¢l es el motivo de no querer ayudar a un pa¨ªs que lucha contra la agresi¨®n externa para defender su independencia. Quiz¨¢ se debe a los mismos motivos por los cuales no apoyaron nuestra lucha por la liberaci¨®n nacional contra los portugueses y se opusieron a ella: no han asimilado que un pa¨ªs como Mozambique pueda existir y pensar por s¨ª mismo, as¨ª como no aceptan la idea de que un pa¨ªs africano pueda existir sin patr¨®n.
Aprender de todos
P. Quiz¨¢ la culpa sea la desconfianza hacia un pa¨ªs que generalmente se clasifica dentro de la ¨®rbita. sovi¨¦tica...R. Afirmamos nuestro no alineamiento. Para muchos ello significa alineamiento con Occidente, y en cuanto comprueban que no es as¨ª, desconf¨ªan. Ahora Mozambique es independiente y no va a haber sustituto del colonialismo portugu¨¦s.
Tampoco comprendo el empe?o en que nuestro pa¨ªs copie un determinado modelo. Aunque joven, nuestro pa¨ªs tiene su historia y su lucha a sus espaldas. ?Por qu¨¦ no podemos ser nosotros un modelo para los dem¨¢s? Hemos intentado aprender de EE UU, Francia, de los dem¨¢s pa¨ªses africanos, sacar provecho de la experiencia china, sovi¨¦tica y, por supuesto, tambi¨¦n de la marxista-leninista. Pero eso no significa querer implantar el modelo sovi¨¦tico o chino en nuestro pa¨ªs. Dadas las diferencias de base entre estos pa¨ªses y el nuestro no resultar¨ªa jam¨¢s.
P. Hay quien dice que las recientes matanzas, ocurridas no lejos de Maputo, constituyen una maniobra para cercar la capital.
R. Las matanzas efectuadas por los bandidos no constituyen ninguna novedad en Mozambique. Y en cuanto a Maputo, el objetivo de crear el terror queda patente en las incursiones que Sur¨¢frica se ha encargado de efectuar, recientemente, de forma directa en la ciudad. Pero, en general, la situaci¨®n es favorable a las tropas regulares como demuestra la recuperaci¨®n de las numerosas capitales de distrito que se hallaban bajo el control de los bandidos. La correlaci¨®n de fuerzas est¨¢ cambiando r¨¢pidamente a nuestro favor. Es precisamente por ello que los bandidos recurren al terror con masacres de tinte canibalesco contra la poblaci¨®n civil, indefensa.
P. ?Existe alguna posibilidad de que negocien con la RENAMO una soluci¨®n pac¨ªfica al conflicto?
R. Nosotros firmamos con Sur¨¢frica, en 1984, los acuerdos de Nkomati, que para nosotros fueron una apuesta por la paz y el fin de la desestabilizaci¨®n. ?se es un proceso que todav¨ªa debe continuar... Por otra parte, tuvimos incluso un contacto con los terroristas que ellos mismos quebraron porque exig¨ªan cosas que no podemos consentir y por su falta de consistencia como fuerza pol¨ªtica. Todo el mundo sabe que RENAMO fue creada por los fascistas portugueses para servir al colonialismo en Mozambique, que fue utilizada luego por los racistas rhodesianos para sus propios intereses y que ¨¦stos la entregaron a los surafricanos que se oponen a la independencia de Mozambique y de Zimbabue. Una de nuestras victorias en el frente diplom¨¢tico ha sido que muchos pa¨ªses que antes pensaban de forma opuesta est¨¢n de acuerdo con nosotros en que los bandidos son asesinos.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n respecto a la carta pastoral de los obispos en la que piden a su Gobierno que negocie con los rebeldes?
R. Por una parte, se nos critica por no querer resolver la guerra. Se habla de di¨¢logo, pero se es menos claro respecto al c¨®mo. La propia carta pastoral de los obispos tiene un p¨¢rrafo en el que expresa sus deseos de que las soluciones est¨¦n en el marco de la salvaguarda de nuestra independencia. Al mismo tiempo la Iglesia ha expresado claramente su apoyo a nuestro Gobierno y, de hecho, ya estamos trabajando juntos para preparar la visita del Papa a Mozambique el pr¨®ximo a?o. Realmente creo que esta carta es fruto de la sensaci¨®n de impotencia ante las recientes matanzas y el deseo de acabar una guerra que no termina nunca. Tambi¨¦n pienso en la posibilidad de un malentendido: probablemente lo que los obispos pretend¨ªan era estimular nuestra disposici¨®n al perd¨®n, a lo que estamos dispuestos, y no que reconozcamos a los bandidos como partido pol¨ªtico y les hagamos hueco en el Gobierno. Al margen de ello, Iglesia y Gobierno ya est¨¢n trabajando juntos para preparar la visita que el Papa tiene previsto realizar a Mozambique el pr¨®ximo a?o.
P. ?Qu¨¦ consecuencias ha tenido la desaparici¨®n del presidente Samora Machel?
R. La tr¨¢gica p¨¦rdida de Machel ha confirmado que ¨¦l fue un gran hombre que jugaba un importante papel en la conducci¨®n de los destinos en el ?frica austral. Su p¨¦rdida, sin embargo, ha sido un revulsivo que ha inspirado una gran firmeza y movilizaci¨®n a los pueblos de toda la zona en su lucha contra la desestabilizaci¨®n. Pa¨ªses como Tanzania, por ejemplo, han sentido la necesidad de venir a combatir directamente en Mozambique para defender aquellos ideales de paz e independencia que Machel tanto predic¨®.
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