Carril semivac¨ªo
Desde hace algo m¨¢s de una d¨¦cada, en el entorno de la carretera de La Coru?a viene gest¨¢ndose un monstruo urbano cuyos tumores m¨¢s visibles son Pozuelo, Majadahonda y Las Rozas.Por otra parte, la acostumbrada inoperancia de nuestros responsables ha permitido, c¨®mo no, que ese c¨¢ncer se ahogue en s¨ª mismo sin proporcionarle las debidas v¨ªas de expansi¨®n.
Sabido es que en los ¨²ltimos tiempos nuestra clase dirigente tambi¨¦n ha tomado el gusto a ese c¨¢ncer estableciendo su residencia, por esos aleda?os, y parece ser que, cansados del madrug¨®n diario, necesario para dar ejemplo de puntualidad en el correspondiente ministerio, han realizado la pertinente llamada al compa?ero responsable del caos circulatorio local. Este ¨²ltimo, bistur¨ª en mano, ha practicado la traqueotom¨ªa del cuarto carril a fin de que su monstruo no se asfixie.
Y aqu¨ª est¨¢ el problema: quienes nos desplazamos a esa ¨¢rea por razones de trabajo, adem¨¢s del sinf¨ªn de autobuses escolares que cada d¨ªa pelean por arribar a los colegios de la zona, nos vemos obligados a contemplar impotentes un cuarto carril sernivac¨ªo desde nuestros veh¨ªculos deteinidos en los dos carriles que la divinidad nos permite conservar.
Con la escasa dosis de clarividencia que a¨²n me resta, creo observar la siguiente escena: unos se?ores, clase dirigente incluida, deciden por mimetismo establecer su residencia en la zona investida de bendiciones, aun a sabiendas de que por ello tendr¨¢n que madrugar, mientras otros ciudadanos con empleo y
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colegios en esa zona decidimos, responsablemente, mantenernos lejos del monstruo y evitar el colapso.
En este punto llega el todopoderoso y decide aliviar al creador del monstruo y castigar al ciudadano de a pie. Nos ha sucedido como a Clar¨ªn: por preterider huir de la muerte nos hemos encontrado con ella.
En verdad, ¨¦ste es un pa¨ªs especializado en castigar al inocente.- Tarsicio Mart¨ªn Santos.
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