La m¨²sica de un gigante

Aun los que no est¨¦n de acuerdo con las ideas africanistas de Randy Weston deben sentir por ¨¦l un inmenso respeto. Randy Weston es el continuador de una l¨ªnea pian¨ªstica muy importante, trazada por Duke Ellington y Thelonious Monk. Hablamos de un piano ¨¢spero y riguroso. Un piano que con frecuencia resulta duro y hasta cruel con el oyente: la postura de Monk en los conciertos, de espaldas al p¨²blico, era una postura moral.Randy Weston no hace eso. Todo lo m¨¢s, mira por encima del hombro, pero porque es alt¨ªsimo. Sus interpretaciones tienen tambi¨¦n grandeza, esa que es hija del tama?o, pero tambi¨¦n de la proporci¨®n. Cuando toca Randy Weston es como si ante el p¨²blico se construyeran catedrales de m¨²sica.

Randy Weston actu¨® en el San Juan en sesiones de tarde y noche. En la de tarde hubo bastantes huecos, y eso que la mesa de sonido que han puesto ocupa medio patio de butacas. Lo gracioso es que no hab¨ªa ninguna necesidad de amplificaci¨®n, porque hab¨ªan puesto un piano Yamaha que no es que sea un Steinway, pero sonar, suena. Tanto, que en la sesi¨®n de tarde incluso dejaba escapar un extra?o ruidito, una reverberaci¨®n met¨¢lica que, puestos a ver el lado bueno de las cosas, vali¨® para sustituir al anunciado percusionista.

Por la noche s¨ª hubo percusionista; no el anunciado, sino otro. No fue para bien. A Randy Weston le sobran los percusionistas y los ruidos raros, y lo mejor es que no le acompa?e nadie.