'Perestroika'
El proceso de la perestroika (reestructuraci¨®n) en la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha alcanzado logros menores que los conseguidos en el ¨¢mbito de la glasnost (transparencia), asegura el autor, que se considera a s¨ª mismo como un representante de la intelligentsia.
?C¨®mo ven los intelectuales y escritores el proceso de la perestroika? ?El pueblo sovi¨¦tico tiene una percepci¨®n semejante?Voy a precisar los t¨¦rminos. Yo ¨²nicamente puedo referirme a m¨ª mismo, puedo decir c¨®mo veo yo ese proceso. Los dem¨¢s escritores responder¨¢n por ellos mismos. En cuanto a la intelligentsia y al pueblo sovi¨¦tico, son generalizaciones que incumben a los soci¨®logos. Cierto, cuando hablo de m¨ª me siento un intelectual, incluso un "representante de la intelligentsia; cada uno de nosotros se siente tambi¨¦n parte de su pueblo. No obstante, uno s¨®lo puede hablar de s¨ª mismo. En nuestra situaci¨®n estas precisiones no son gratuitas.Para m¨ª la perestroika es una cuesti¨®n que hab¨ªa alcanzado su saz¨®n. Y lo mismo la glasnost. Entiendo que en el proceso de la perestroika nuestros logros son menores que en el ¨¢mbito de la glasnost. Es decir, ya levantamos la voz, pero a¨²n no nos hemos reestructurado; s¨®lo nos preparamos para hacerlo. Le ventar a voz (vociferar, hablar, desga?itarse, desatarse) es indispensable: sin ello no se avanza ni en el conocimiento ni en el conocimiento de s¨ª mismo, y sin eso., claro est¨¢, no hay intelligentsia, pero cuando llega el momento de llevar a la pr¨¢ctica aquello, de lo que est¨¢s hablando, surge un c¨²mulo de problemas. Cuando el pueblo comienza a hacer lo que la intelligentsia ha discutido, el resultado depende no s¨®lo de las palabras, de las ideas, de las ilusiones, sino tambi¨¦n de la realidad. Mas para reestructurar la realidad se requiere un gran esfuerzo.Ambiciones y valoresHay que trabajar mucho, hay que renunciar a muchas cosas, hay que madrugar, acostarse tarde, hay que arriesgar, hay que sentar la cabeza, hay que transigir con muchas cosas y renunciar a muchas otras, en el sentido de las ambiciones y en el sentido de los valores.?Qu¨¦ valores occidentales se podr¨ªan aplicar ahora en la Uni¨®n Sovi¨¦tica?Saco la palabra aplicar del par¨¦ntesis: qu¨¦ se aplic¨® en la pr¨¢ctica y c¨®mo, lo determinan los resultados, pero los valores occidentales son un determinado sistema de signos, que en la concepci¨®n tradicional rusa ayudan a tomar conciencia sobre algunas cosas, de las que estamos necesitados yque, dicho sea, no est¨¢n exentas de peligros. ?Qu¨¦ es eso? Es una r¨ªgida racionalidad en la organizaci¨®n del trabajo y de la vida, una dura coherencia al trazar los l¨ªmites y los derechos, una claridad implacable al precisar la correlaci¨®n de fuerzas humanas, las tensiones, los estreses, el fin de ilusiones. Los fuertes y los d¨¦biles, los ricos y los pobres, los afortunados y los desdichados, lo blanco y lo negro. La igualdad de oportunidades y la desigualdad en los resultados. Dinamismo, lucha, ausencia de garant¨ªas, ausencia de ilusiones. Como cantan en la ¨®pera La dama de picas, "el perdedor, que llore".Este sistema de valores da enormes ventajas en la esfera del consumo, pero requiere un gasto enorme de energ¨ªa de cada individuo, con la particularidad de que cuestiona constantemente la autoestima espiritual de ¨¦ste. Dicho sea, los reg¨ªmenes totales tambi¨¦n cuestionan constantemente la autoestima espiritual del individuo. En uno y en otro caso la vida se paga a un elevado precio, conmensurable con la propia vida; en cuanto a la moneda con que se paga, eso se resuelve de manera pr¨¢ctica por la historia y concretamente para cada pueblo
.Tener m¨¢s y pagar menos
Al reestructurarnos, de ninguna manera confiamos en que vamos a tener m¨¢s y pagar menos. Confiamos en una redistribuci¨®n de las fuerzas, de modo que no nos estorbemos los unos a los otros. Pagar un precio, no camastrear. Confiamos en aplicar las fuerzas sujetas dentro de nosotros. Consumirlas de manera sensata, no ganar, como en la ruleta.
?Es posible escribir libremente, por ejemplo una novela de humor?
S¨ª, es posible. Quiero recordar un chiste del cr¨ªtico V¨ªctor Shklovskii: para publicar un relato de humor basta con hacer re¨ªr a 20 instancias. Si esos trucos les sal¨ªan a Ilf y Petrov en el per¨ªodo del culto a la personalidad ?por qu¨¦ no iba a ser posible ahora? En la vida hay tantas cosas que producen risa que bastar¨ªan para 20 instancias. Sin humor, tampoco en la ¨¦poca de la perestroika pueden vivir las instancias, ni el pueblo, ni la intelligentsia, ni los escritores.Lev Aninski es cr¨ªtico de la revista Druzhba Narodov.
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