Una gozada
En 1953, tras un brillante ejercicio de espionaje llamado aqu¨ª Operaci¨®n Cicer¨®n -y all¨ª Five fingers-, Joseph L. Mankiewicz abandona la 20th Century Fox -a la que hab¨ªa dado maravillosos largometrajes como Carta a tres esposas, Odio entre hermanos, Un rayo de luz o Eva al desnudo-, para pasar fugazmente por la Metro Goldwyn Mayer, primero con Julio C¨¦sar y despu¨¦s, previo rodaje de La condesa descalza, con Ellos y ellas (las dos con Marln Brando de protagonista). En sus a?os de guionista y productor, antes de su deb¨² en la direcci¨®n de la mano de Lubitsch (El castillo de Dragonwyck), ya hab¨ªa trabajado Mankiewicz para la Metro y ahora le llamaba John Houseman, un productor inquieto y, como ¨¦l, muy dado a romper moldes y esquivar los convencionalismos del cine producido en Estados Unidos.Convencional, por cierto, puede parecer a primera vista este reluciente Julio C¨¦sar. S¨®lo a primera vista. Porque detr¨¢s de la adaptaci¨®n fiel de un cl¨¢sico de Shakespeare y de un reparto de campanillas, Mankiewicz y Houseman huyen como gato del agua de los fastos propios del cine hist¨®rico, filman -en plena ¨¦poca del technicolor y en la eclosi¨®n del cinemascope- en un austero blanco y negro -aunque bell¨ªsimo y muy personal: el gran Joseph Ruttenherg es el autor de la fotograf¨ªa- y, antes que cualquier otro efecto, hacen prevalecer, siguiendo la gran especialidad del director, la palabra.
'Quitarse el sombrero'
Llegados a la palabra, hay que quitarse el sombrero y el peluqu¨ªn y hacer reverencias a los actores que la declaman. Un reparto perfecto, coherente, es el principal acierto de esta estupenda pel¨ªcula que, adem¨¢s, contiene la mirada c¨ªnica y la iron¨ªa soterrada propias de Mankiewicz, sin olvidar que en sus profundidades hierve un magn¨ªfico discurso pol¨ªtico sobre el poder y sus artima?as -extrapolable a cualquier otro contexto, cualquier otra ¨¦poca y lugar- y una descripci¨®n muy humana de caracteres y destinos truncados, algo inherente a todo Shakespeare tocado con maestr¨ªa -una rendija intelectual que volver¨ªa a introducir Mankiewicz en la superproducci¨®n por excelencia del cine: Cleopatra-. Del gran hacer y mejor decir de Gielgud, Calhern, O'Br¨ªen, Kerr, Macready y, sobre todo, Brando y Mason, que arrasan, no podr¨¢ quedar hoy constancia plena ya que en contra de lo anunciado con anterioridad, Televisi¨®n Espa?ola emitir¨¢ hoy la versi¨®n doblada y no la original con subt¨ªtulos en castellano, como hubiera sido de desear. Pese a todo, una gozada.Julio C¨¦sar se emite hoy, a las 22.20, por TVE-1.
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