Entre el ¨¦xito y la alienaci¨®n
El 'Un, dos, tres' se despide de TVE despu¨¦s de 35 semanas en el n¨²mero uno de audiencia
El Un, dos, tres es, sin lugar a dudas, el mayor acontecimiento televisivo jam¨¢s creado en Espa?a. Se trata del ¨²nico espacio ideado en nuestro pa¨ªs que ha llegado a exportarse a otros cuatro pa¨ªses europeos. La audiencia del programa en el ¨²ltimo trimestre ha conseguido llegar en Espa?a a una media cercana al 75% de la poblaci¨®n mayor de nueve a?os. Muchas voces han criticado el concurso, al que acusan de "alienante". Cuando Ib¨¢?ez Serrador escucha tal afirmaci¨®n, sonr¨ªe y declara: "Yo vivo en el Un, dos, tres. Eso s¨ª que es alienante".
Cuando, en el mes de enero de 1972, Narciso Chicho-Ib¨¢?ez Serrador dise?¨® y puso en marcha, por encargo de TVE, Un, dos, tres, responda otra vez, su padre, Narciso Ib¨¢?ez Menta, le advirti¨® que realizar un fr¨ªvolo concurso televisivo hac¨ªa "peligrar la honra familiar". Chicho, quiz¨¢ influido por los -temores paternos, decidi¨® no figurar en ninguno de los primeros programas que se emitieron.Con el paso del tiempo, Chicho Ib¨¢?ez Serrador no s¨®lo no oculta su condici¨®n de "padre de la criatura", sino que, adem¨¢s, se enorgullece de serlo, aunque se lamenta de la "falta de reconocimiento que ha tenido a veces". Despu¨¦s de 33 a?os de vida profesional, y a los 52 de edad, mantiene que "durante mucho tiempo he hecho el programa porque me divert¨ªa, aunque no me satisfac¨ªa".
Desde 1972, los espa?oles han podido ver 334 programas del Un, dos, tres. La estructura del espacio ha sufrido una gran cantidad de modificaciones quehan ido m¨¢s all¨¢ del simple cambio de personajes. La principal ha radicado en el fortalecimiento de los aspectos de realizaci¨®n y escenograria, para sostener el inter¨¦s pese a la p¨¦rdida de los que fueron los principales soportes del concurso en un principio: la figura del presentador, Kiko Ledgard, y del ¨¢¨²n popular Don Cicuta.
Seg¨²n el propio Ib¨¢?ez Serrador, "mucha gente no es consciente de la tremenda complicaci¨®n que tiene realizar el concurso. Lo que el televidente observa es s¨®lo la punta de un iceberg". Para llevar a cabo su trabajo, cuenta con un problema derivado de la dificultad de encontrar en Espa?a "aut¨¦nticos profesionales creativos de televisi¨®n". Esto. le ha llevado a no confiar m¨¢s que en un reducido equipo de colaboradores directos y a encargarse personalmente de la redacci¨®n completa de cuanto aparece en el programa.
La clave del ¨¦xito del Un, dos, tres hay que buscarla en la aplicaci¨®n de un sistema de trabajo, inusual en Espa?a, adaptado de los m¨¦todos de producci¨®n de la televisi¨®n norteamericana, basado en el cuidado de la fase de preparaci¨®n. El programa, semana a semana, se hace sobre el gui¨®n, lo que permite agilizar al m¨¢ximo la fase de grabaci¨®n y de posproducci¨®n. Pese a ello, en esta ¨²ltima etapa se suelen incluir al menos un centenar de insertos para agilizar el espacio. La fase de edici¨®n sirve para "afinar". En esta etapa se eliminan casi 15 minutos de tiempo real, que el espectador en su hogar no aprecia, pero que hacen ganar al espacio en ritmo y vertiginosidad. Chicho Ib¨¢?ez Serrador cuenta tambi¨¦n con importantes ayudas a su instinto. Peri¨®dicamente, encarga a dos empresas de sondeos encuestas que le permitan saber c¨®mo reciben los espectadores cada una de las modificaciones.
Ib¨¢?ez Serrador mantiene que "el elemento er¨®tico es m¨ªnimo en la actualidad, casi infantil". A su juicio, s¨ª era m¨¢s importante en los inicios, cuando un censor de TVE med¨ªa la altura de las minifaldas de las secretarias antes de cada grabaci¨®n. Como ejemplo, cita el reciente caso del paso de la sexsymbol Sabrina por el programa. "A rn¨ª", explica con rotundidad, "no se me ocurrir¨ªa irtcluir un accidental destape de sus pechos en el programa". Sobre las cr¨ªticas a la baja calidad de algunos humoristas, se defiende recordando que grupos como Tricicle o La Trinca han aparecido por vez primera en TVE, en el Un, dos, tres.
Nadie duda que el concurso volver¨¢ a la pantalla en unos meses. Su ¨¦xito y su rentabilidad le garantizan cuanta continuidad desee. En la actualidad, el creador del Un, dos, tres confiesa que "lo que m¨¢s me angustia es que hacer el programa cada vez me divierte rnenos". Algunos cr¨ªticos han utilizado el t¨¦rmino "alienante" para explicitar el efecto del concurso en la audiencia. Ib¨¢?ez Serrador, sonriente, concluye: "Yo vivo en el Un, dos, tres. Eso s¨ª que es alienante".
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