M¨®nica Narbona Ruiz
Una bailarina espa?ola de 17 a?os en tierras flamencas
Ha puesto lo que se dice una aut¨¦ntica pica en ese sitio al entrar en la Escuela del Real Ballet de Flandes, en Amberes, para cursar estudios de danza en el nivel m¨¢s avanzado. En las pruebas de acceso compiti¨® con 13 aspirantes belgas, y s¨®lo ella fue elegida. M¨®nica Narbona, de 17 a?os, es parte de un nutrido grupo de j¨®venes que, al terminar la carrera oficial de danza en Espa?a, salen a otros pa¨ªses para perfeccionar y, en muchos casos, para tener la posibilidad de bailar de verdad, de pisar un escenario.
Aunque en Amberes s¨®lo hay otra bailarina espa?ola, Eva Ponte, de 16 a?os, todos los amigos m¨¢s amigos" de M¨®nica se han ido: a Canad¨¢, Bruselas, Nueva York, Par¨ªs.A pesar del tanto conseguido, es precisamente en B¨¦lgica donde M¨¢nica ha empezado a relativizar la importancia del ballet y, como dice ella misma se ha abierto a otras facetas y otras personas no relacionadas con la danza. "En Espa?a, todo lo que pensaba, hablaba o hac¨ªa era en funci¨®n del ballet. Era s¨®lo la M¨®nica bailarina. Ahora me he dado cuenta de que me estaba cerrando mucho y que una persona necesita expresar muchas m¨¢s cosas y de m¨¢s formas, expresar amor, miedo, enfado, dolor... Y hablar de todos los temas. De ropa, de pel¨ªculas, de chicos".
Mide 1,60 metros y pesa 43 kilos. Naci¨®, un 18 de junio en Roma, de padre sevillano y madre madrile?a. Ha vivido despu¨¦s en Sevilla y en Madrid des de los 14 a?os. Comenz¨® a bai. lar a los 10 "muy por hobby'; pero con el tiempo fue renunciando cada vez a m¨¢s cosas "normales" con el objetivo de parecerse cada d¨ªa un poco m¨¢s a la sovi¨¦tica Makarova, su bailarina preferida. Ha estudiado BUP a distancia, y este a?o se examinar¨¢ de COU en el consulado. A M¨¢nica le gustar¨ªa seguir la carrera de Psicolog¨ªa.
Quien le ha ense?ado pr¨¢cticamente todo lo que sabe de ejercicios en media punta y punta ha sido el espa?ol V¨ªctor Ullate, que fue primera figura de algunas coreograflas de Maurice B¨¦jart. Ahora, en la escuela de Amberes, baila seis horas diarias: cl¨¢sico, repertorio, jazz moderno, car¨¢cter (folclor de Europa oriental), drama y espa?ol con una profesora vasca Aparte quedan los ensayos para las actuaciones semanales. En febrero, M¨®nica comenzar¨¢ con sus 22 compa?eros de clase 25 representaciones de Cascanueces, de Chaikovski, por toda B¨¦lgica. Maquillarse y salir al escenario es su gran pasi¨®n, "bailar para alguien que despu¨¦s te va a aplaudir". "Siempre me parece corto el tiempo y me quedo con ganas de continuar".
Exageradamente observadora y de sonrisa casi permanente, cree que la alegr¨ªa con que se comport¨® en las pruebas fue decisiva para que la escogieran. "Como hablan en flamenco y no entend¨ªa lo que me dec¨ªan, result¨® todo muy gracioso, me re¨ª mucho. Lo peor de todo fue animarme, porque la prueba era sin m¨²sica". S¨®lo ocho j¨®venes no belgas estudian el presente curso en esta escuela estatal.
El d¨ªa m¨¢s grande lo sue?a como un paso a dos con Barishnikov en un escenario norteamericano bailando Don Quijote, de Minkus. Sin embargo, hay algo que le da miedo a M¨®nica Narbona, que sabe perfectamente que la vida de una bailarina es muy dura, porque, lo repite, se ha de renunciar a muchas cosas "normales". Le da miedo "dejar de bailar y encontrarme sola".
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