Museveni se queja de la injerencia extranjera en ?frica
El presidente de Uganda cree que los l¨ªderes africanos deben centrarse en los intereses de sus pueblos
ANA CAMACHOEl presidente de Uganda, Yoweri Museveni, cree que el principal factor de desestabilizaci¨®n para los pa¨ªses africanos y del Tercer Mundo son las injerencias procedentes. del extranjero. "La culpa no es s¨®lo de los que quieren imponemos sus pautas, sino de los propios afectados, que asumen sus puntos de vista, y ello explica que en el Tercer Mundo nos pasemos la vida discutiendo los problemas de otros en lugar de los propios", declar¨® Museveni durante la breve visita que finaliz¨® ayer en Madrid. Adem¨¢s de "concretar acuerdos comerciales" con varias empresas del INI, Museveni, conocido por su batalla contra la corrupci¨®n, acompa?¨® a Fern¨¢ndez Ord¨®?ez al f¨²tbol.
Yoweri Museveni celebrar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 25 el segundo ani versario de la entrada de sus tropas en Kanipala, la capital de Uganda. Entonces se convir ti¨® en una de las esperanzas del continente africano con sus promesas de acabar con las carnicer¨ªas y corruptelas que caracterizaron los reg¨ªmenes de sus antecesores (Idi Arnin y los generales Milton Obote y Tito Okello).En cuanto a su pol¨ªtica exterior, Museveni subraya su no alineamiento, a pesar de quienes han se?alado sus simpat¨ªas con los Gobiernos de Cuba o Libia. "El problema es que hay quien ha dividido el mundo entre buenos y malos; pero ?qui¨¦n ha confeccionado esta lista y en base a qu¨¦ intereses? Desde luego, a m¨ª no me consultaron", dice Museveni, sonriendo, al explicar que la amistad libio-ugandesa se basa en una "coincidencia de intereses".
"El problema de los pa¨ªses africanos, muchas veces, es su debilidad para defender sus propios intereses; tanto el Este como el Oeste -no todos son buenos cristianos- est¨¢n dispuestos a aprovecharse de la situaci¨®n si ven que tienen frente a s¨ª a unos dirigentes que no saben lo que quieren o no son inteligentes", explica Museveni. Uno de sus principales objetivos, tras la firma el pasado a?o, de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), es volver a poner en marcha un pa¨ªs que fue la perla de las colonias brit¨¢nicas en ?frica y que a¨²n sufre las con secuencias de m¨¢s de 20 a?os de guerras.
Supersticiones
Pregunta. Cuando entr¨® en Kampala, varias zonas del pa¨ªs, especialmente en el norte, se hallaban fuera del control de sus fuerzas. Dos a?os despu¨¦s, ?se puede decir que Uganda ha logrado la paz?
Respuesta. S¨ª; hemos logra do consolidar el control sobre el pa¨ªs y podemos decir que la inseguridad s¨®lo es residual.
P. ?C¨®mo explica el fen¨®meno de la sacerdotisa Alice Lakuene y su movimiento rebelde?
R. Ella representa a las viejas fuerzas que se resisten a aceptar su derrota. Algunos han acudido a ella porque sus promesas de milagros -pociones m¨¢gicas que sirven para esquivar balas- son la tentaci¨®n a la que se hallan expuestos quienes est¨¢n derrotados y desesperados; otros la han utilizado para galvanizar a su favor las supersticiones, que a¨²n est¨¢n muy vivas en todos los estratos sociales de nuestra poblaci¨®n. Cuando nosotros luch¨¢bamos como guerrilla en la selva contra el anterior Gobierno, tambi¨¦n era normal que salieran a nuestro encuentro hechiceros que nos ofrec¨ªan sus medicinas. Pero ¨¦se es un camino que cogen s¨®lo quienes ya no tienen forma de avanzar con procedimientos cient¨ªficos. La irracionalidad de Lakuene ha sido su perdici¨®n. Ella no es una estratega, sino s¨®lo una primitiva e ignorante. Con sus estrafalarias promesas de hechizos ha conducido a sus fuerzas, en grandes grupos, a un enfrentamiento frontal con nuestro ej¨¦rcito que nos ha permitido aplastarla.
P. Cuando su Gobierno subi¨® al poder, sus principales objetivos fueron los de acabar con la corrupci¨®n y la reconstrucci¨®n econ¨®mica. ?Se considera satisfecho con los resultados obtenidos?
R. La lucha contra la corrupci¨®n sigue siendo una de nuestras batallas, pero poco a poco vamos avanzando. En el campo econ¨®mico hemos adoptado medidas que a¨²n tomar¨¢n su tiempo para que den resultados. Pero este a?o hemos logrado un importante incremento de la producci¨®n agr¨ªcola -tendremos una muy buena cosecha de caf¨¦-, as¨ª como poner de nuevo en funcionamiento algunas de nuestras industrias, que del 5% han pasado al 50% de su capacidad.
P. Se dice que, a pesar de sus esfuerzos por crear un ej¨¦rcito disciplinado, contin¨²an los desmanes de las tropas contra las poblaciones civiles.
El cordero y el le¨®n
R. Es mentira. Ahora tenemos un ej¨¦rcito que, contrariamente a lo que ocurr¨ªa antes, es propopulista. Ello no significa que podamos garantizar que no se produzcan abusos y errores individuales; de no ser as¨ª vivir¨ªamos en un mundo id¨ªlico, el de la Biblia, en que el cordero puede tumbarse sin miedo en la casa delle¨®n... Lo importante es que haya organismos, leyes y mecanismos como los que tenemos ahora, que permiten hacer trente a estas desviaciones y castigar a los responsables.
P. Muchos l¨ªderes africanos se han opuesto a firmar un acuerdo con el FMI por considerar que las recetas econ¨®micas que este organismo exige para la concesi¨®n de los cr¨¦ditos hunden a¨²n m¨¢s en la miseria a los estratos m¨¢s pobres y vulnerables de las poblaciones.
R. Ciertamente, los hombres del FMI con los que hay que negociar estos acuerdos no son ¨¢ngeles del para¨ªso; proceden de ciudades como Madrid, van al f¨²tbol los domingos, como nosotros, y tienen sus prejuicios. Los cr¨¦ditos que concede su organismo no son una ayuda desinteresada. Pero ah¨ª entra en juego la habilidad de cada uno de negociar y regatear; si el resultado no es satisfactorio, siempre queda la posibilidad de no firmar.
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