Cardenal Silva Henr¨ªquez: "Chile debe perdonar a los militares, incluido Pinochet"

El cardenal chileno Ra¨²l Silva Henr¨ªquez, calificado en su d¨ªa como el obispo rojo por sus decididas actuaciones en favor de los pobres y de los perseguidos pol¨ªticos del actual r¨¦gimen militar de su pa¨ªs, est¨¢ convencido de que la mejor forma de asegurar la futura democracia es "abandonar toda clase de venganza contra los militares". ?Incluido Augusto Pinochet? "Incluido", responde.

Durante su estancia de casi una semana en Espa?a, el cardenal Silva Henr¨ªquez, de 80 a?os, cumpli¨® jornadas agotadoras. Fundador de la Vicar¨ªa de la Solidaridad, que ha desempe?ado un papel clave en la defensa de los derechos humanos bajo la dictadura chilena, el cardenal recibi¨® un premio por la paz otorgado en Matar¨® (Barcelona) por la Asociaci¨®n de Amigos de las Naciones Unidas y particip¨® en numerosas reuniones de solidaridad.Es torpe, aunque humano, exigir justicia y venganza tras el t¨¦rmino del r¨¦gimen militar, porque eso nos conducir¨ªa a una espiral de violencia", asegur¨® el cardenal durante una intervenci¨®n en el Ateneo de Madrid el martes. pasado. Alganos de los asistentes que Ilenaban el Ateneo se levantaron y abandonaron ostensiblemente el lugar. La mayor¨ªa, en cambio, aplaudi¨® c¨¢lidamente.

Pregunta. ?Cree que es posible, ¨¦tica y jur¨ªdicamente, dejar sin castigo a tantes militares torturadores y a su principal jefe, el general Pinochet?

Respuesta. En una situaci¨®n normal, la culpabilidad de Pinochet y de los torturadores deber¨ªa castigarse; pero no estamos hablando de una situaci¨®n normal, sino de un regreso a una democracia. Una cosa es el imperativo ¨¦tico y otra es la posibilidad pr¨¢ctica de hacer justicia. Si la reparaci¨®n del mal causado va a despertar nuevas inquietudes en el Ej¨¦rcito, no se est¨¢ obligado a ello, porque ser¨ªa contraproducente y podr¨ªa hacer volver el riesgo de una nuevo golpe.

P. Pero ha habido cr¨ªmenes atroces bajo la dictadura y ser¨¢ muy dif¨ªcil que las familias afectadas no intenten hacer justicia.

R. Evidentemente, hay que distinguir estos cr¨ªmenes, en los cuales seguramente habr¨¢ procesos judiciales. Es muy dif¨ªcil prever qu¨¦ va a pasar cuando termine el actual r¨¦gimen, pero opino que hay que perdonar.

Plebiscito

El cardenal, acorde con las peticiones de la Conferencia Episcopal chilena, reitera que el plebiscito convocado por el r¨¦gimen para asegurar su continuidad por otros ocho a?os puede ser ganado por la oposici¨®n si se cumplen al menos tres condiciones: "Que exista un n¨²mero suficiente de inscritos en los registros electorales; que la votaci¨®n se realiza en forma libre, informada y secreta, y que el escrutinio sea limpio".P. ?Y los militares? ?Abandonar¨¢n por esta v¨ªa el poder?

R. Espero que los militares devolver¨¢n el poder. El Ej¨¦rcito estoy seguro de que va a comprender que es la hora de reti rarse. El problema es d¨®nde se va a meter el se?or Pinochet.

P. Usted ha dicho que el pueblo pidi¨® a los militares que derrocaran al ex presidente Salvador Allende. ?C¨®mo fue, a su juicio, ese proceso?

R. Los militares chilenos no quer¨ªan entrar en el Gobierno pero los chilenos, en su mayor¨ªa, les exigimos y les impulsamos a esta tarea. Contribuy¨® tambi¨¦n la torpeza de socialistas y comunistas [los dos partidos m¨¢s importantes dentro de la coalici¨®n que apoyaba a Allende], que compet¨ªan en la carrera por la instauraci¨®n de la dictadura del proletariado.

P. Seg¨²n usted, el r¨¦gimen militar ha fracasado en su lucha contra el comunismo, pero ¨¦ste acusa a la Iglesia, y a la Vicar¨ªa de la Solidaridad que usted cre¨®, de protegerlos.

R. Los militares se han manchado de sangre las manos. Creyeron que todo val¨ªa contra el comunismo. Desgraciadamente, no lo lograron. En el per¨ªodo democr¨¢tico, los comunistas nunca sacaron m¨¢s del 19% de votos. Ahora, tras 14 a?os de dictadura, sacan un 30% en la universidad. No hemos protegido a los comunistas como tales, sino como perseguidos que merecen el apoyo de la Iglesia. El samaritano ayud¨® al jud¨ªo, aunque ¨¦ste no compart¨ªa su credo. La Iglesia no preguntaba al perseguido sus ideas; nuestro deber era socorrerlos, sin importar si eran comunistas, socialistas o democristianos.

P. La Iglesia chilena ha sido acusada por el r¨¦gimen de "meterse demasiado en pol¨ªtica"...

R. No hay ninguna actividad humana, y especialmente la pol¨ªtica, que no est¨¦ sujeta al juicio de l¨¢ ¨¦tica. Ante ello, la Iglesia tiene aue hacer o¨ªr su voz.