El Congreso de Estados Unidos humilla a Reagan
Ronald Reagan y la pol¨ªtica de intervenci¨®n militar norteamericana en Nicaragua sufrieron una hist¨®rica derrota en el Congreso en la madrugada del jueves. La C¨¢mara de Representantes, por 219 votos contra 211, rechaz¨® los 36 millones de d¨®lares (3,6 millones para armas) que ped¨ªa el presidente para la contra, abandonando al ej¨¦rcito rebelde, creado y dirigido por la CIA, a una incierta suerte dependiente de fondos privados conseguidos en EE UU o en terceros pa¨ªses. El voto es una apuesta por una soluci¨®n diplom¨¢tica al conflicto a trav¨¦s del plan Arias, que recibe un bal¨®n de ox¨ªgeno.
"El r¨¦gimen comunista de Managua no debe interpretar la acci¨®n de la C¨¢mara como una se?al que le permita retroceder en sus compromisos de cumplimiento de los acuerdos de paz de Guatemala", dijo ayer Reagan en un comunicado difundido por la Casa Blanca. Destac¨® que el voto "socava los esfuerzos de esos bravos hombres y mujeres (contras) en un momento cr¨ªtico del proceso de paz centroamericano.Reagan ve hundirse uno de los pilares de su pol¨ªtica exterior: la doctrina de contenci¨®n al comunismo mediante el apoyo a guerrillas en todo el mundo. El voto es una humillaci¨®n para el presidente que pierde el control de la pol¨ªtica centroamericana y un triunfo para los dem¨®cratas que, en un a?o electoral, arrebatan la iniciativa a la Casa Blanca. Lo ocurrido ayer en el Congreso, tras m¨¢s de diez horas de vibrante debate, refleja la progresiva irrelevancia de Reagan para establecer la agenda pol¨ªtica en su ¨²ltimo a?o de mandato.
207 dem¨®cratas, aliados con 12 republicanos, sumaron ocho votos m¨¢s para derrotar a 164 republicanos y 47 dem¨®cratas, y acabar con la principal obsesi¨®n de Reagan: derrocar a los sandinistas o, al menos, lograr su rendici¨®n pol¨ªtica antes de que abandone, en enero de 1989, la Casa Blanca. Ya no podr¨¢ solicitar m¨¢s fondos p¨²blicos para armar a los rebeldes. Los dem¨®cratas presentar¨¢n una petici¨®n de ayuda humanitaria para ¨¦stos en las pr¨®ximas semanas que ser¨¢ apoyada por los republicanos.
["Estamos disgustados. Esto afectar¨¢ adversamente los intereses de nuestra seguridad nacional en la zona", dijo ayer en. Roma el secretario de Defensa, Frank Carlucci, informa Reuterl.La Casa Blanca y los rebeldes no ocultaron su frustraci¨®n por el voto que fue calificado de golpe pr¨¢cticamente mortal a la pol¨ªtica centroamericana del presidente, iniciada hace siete a?os y que ha enterrado 237 millones de d¨®lares (27.000 millones de pesetas) de los contribuyentes en apoyo a los insurgentes sin conseguir desalojar del poder a los sandinistas. Es una rendici¨®n", declar¨® Howard Baker, jefe del gabinete presidencial. Reagan hab¨ªa dicho que una derrota equivaldr¨ªa al efectivo desmantelamiento del ej¨¦rcito contra. Los republicanos han responsabilizado a los dem¨®cratas de lo que ocurra ahora en Centroam¨¦rica.
Una victoria pan la paz
El Congreso reconoce con su voto (el Senado volvi¨® a pronunciarse ayer pero s¨®lo para registrar simb¨®licamente su posici¨®n) que son los centroamericanos y no Washington quien debe resolver el problema de Nicaragua. "No es una derrota para el presidente sino una victoria para la paz. Es el fin de la doctrina Reagan, pero EE UU seguir¨¢ activamente comprometido con Centroam¨¦rica", subray¨® el l¨ªder dem¨®crata de la C¨¢mara Baja, Tony Coelho.
Sin embargo, nadie cree que esto sea el fin definitivo del asunto Nicaragua. La Casa Blanca inici¨® ayer el estudio de una nueva estrategia para no abandonar a unos 15.000 hombres armados a los que llama luchadores por la libertad, y evitar que pasen a convertirse en refugiados, que inunden EE UU o creen serios problemas en Hond¨²ras donde tienen sus bases. Parece dif¨ªcil repetir ahora el camino de solicitar financiaci¨®n a terceros pa¨ªses, con el recuerdo del esc¨¢ndalo Irangate a¨²n muy vivo en la opini¨®n p¨²blica. Ser¨¢ m¨¢s viable la b¨²squeda de fondos privados en EE UU. Ya ayer los amigos de los contra, encabezados por el general retirado John Singlaub, anunciaron una campa?a en este sentido que, sin duda, ser¨¢ apoyada impl¨ªcitamente por la Administraci¨®n.
La Casa Blanca dijo que Reagan no abandonar¨¢ a la contra. Una posibilidad es que los republicanos, no el Ejecutivo, vuelvan a llevar el tema al Parlamento en un intento desesperado de obtener fondos del presupuesto. Pero los dem¨®cratas son mayor¨ªa en ambas c¨¢maras. La Administraci¨®n, convencida de que boicotear¨ªa efectivamente el plan Arias presionando a sus aliados centroamericanos y de que ganar¨ªa en el Congreso, no ha preparado una pol¨ªtica alternativa.
Los observadores sostienen que los rebeldes est¨¢n bien armados y pueden aguantar unos meses con el material que han acumulado. La decisi¨®n de los representantes tiene sobre todo un fuerte simbolismo pol¨ªtico en el que cuenta poco la cantidad de la ayuda rechazada. Es una se?al clara del fin del apoyo oficial de EE UU a la contra y de la cancelaci¨®n de una pol¨ªtica fallida. S¨®lo una vuelta atr¨¢s en las promesas democratizadoras de Daniel Ortega y un endurecimiento de su r¨¦gimen izquierdista alterar¨ªan este hecho, colocando en una dificil situaci¨®n a los dem¨®cratas en plena campa?a electoral.
"Es un serio rev¨¦s en nuestra lucha por la libertad y la democracia, pero seguiremos combatiendo", dijo apesadumbrado el dirigente contra Adolfo Calero. "Tenemos munici¨®n para dos meses m¨¢s, pero nuestra posici¨®n negociadora se ha debilitado", a?adi¨®.
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