Par¨ªs-Dakar

Al fin termin¨® ese derroche de dinero y prepotencia que ha sido el Par¨ªs-Dakar, este a?o m¨¢s que nunca. ?Aventura? Imposible que uno de estos aventureros se pierda para siempre en el desierto, mientras que muchos viajeros se adentran en el S¨¢hara todos los a?os sin radiobalizas, helic¨®pteros ni aparato publicitario. Algunos se quedan all¨ª (y no precisamente por accidente de tr¨¢fico), pero desde luego no salen en televisi¨®n.Con muertes o sin ellas, hay que parar esta aberraci¨®n s¨ª queremos poder decir por el mundo que somos europeos y no enrojecer de verg¨¹enza. El rally se ha convertido en un circo que insulta a ?frica, a la idea de aventura (que a¨²n es posible en el mundo de hoy, pero de otra forma muy distinta) y al nuevo esp¨ªritu que los europeos tenemos que intentar crear. Un continente solidario con las miserias del mundo, especialmente agudas en el continente vecino, no puede gastar ni un c¨¦ntimo en esa seudoaventura vac¨ªa, s¨ªmbolo casi perfecto de la prisa in¨²til, del predominio del motor sobre la mente, del ruido y la furia ciegas de un cierto mundo moderno, y que este a?o se ha parecido un poco m¨¢s a las diversiones que aparecen (como en Rollerball) en las peores profec¨ªas del futuro.-