Una po¨¦tica de las sombras
No hay sino que echar una ojeada a la actual cartelera de exposiciones madrile?a para apreciar el saludable ba?o de cosmopolitismo en el que nos hallamos inmersos. Un ejemplo particularmente relevante es la presencia entre nosotros de una interesante muestra individual del italiano Antonio Recalcati (Bresso, 1938), una de las figuras claves de esa nueva figuraci¨®n europea de comienzos de los sesenta, predecesora de muchos planteamientos y actitudes art¨ªsticas que a¨²n hoy siguen vigentes.Desde la perspectiva de una reflexi¨®n hist¨®rica, es muy interesante el tema elegido para esta exposici¨®n, que responde al t¨ªtulo de Dibujos negros, 1957-1987, pues permite verificar la hilaz¨®n temporal de un argumento, sin caer, no obstante, en la espesa malla de una retrospectiva antol¨®gica. Esta muestra, desde luego, no lo es, pero en absoluto, por razones de su escaso tama?o, sino por su acerada sutileza, de hilo y aguja negros, de historia bien rematada.
Antonio Recalcati
Galer¨ªa Gamarra y Garrigues. Villanueva, 21. Madrid, del 19 de enero al 20 de febrero de 1988.
?Dibujos negros? Mas ?por qu¨¦? ?Hay acaso dibujos blancos? La negrura del signo -trazo o sombra- de los dibujos de Recalcati est¨¢ m¨¢s all¨¢ de una obviedad t¨¦cnica. Por una parte, retoma la violencia gestual y la densidad opaca de las manchas, caracter¨ªsticas expresionistas del informalismo, movimiento frente al que surgi¨® la nueva figuraci¨®n, como tambi¨¦n aprovechar¨¢ de aqu¨¦l la textura de la materia, aunque en este caso tambi¨¦n para transformarla en la representaci¨®n realista de objetos cotidianos violentamente incrustados en la tela. En cierta manera, esta nueva figuraci¨®n trataba de concentrar toda la violencia expresiva del informalismo, encauzada a trav¨¦s de una serie de recursos y t¨¦cnicas muy determinados, en favor de una vuelta a lo real, a la imagen concreta, a la grosera evidencia de lo inmediatamente visible.
A partir de estos presupuestos, Recalcati y la nueva figuraci¨®n fueron evolucionando hacia una cada vez m¨¢s fr¨ªa manipulaci¨®n de la imagen en el sentido como la us¨® poco despu¨¦s el pop, pero en ¨¦l, como en la mayor¨ªa de los pop europeos, el distanciamiento ir¨®nico y la parodia cr¨ªtica nunca fueron procedimientos que anularan el pictoricismo, la manualidad, la huella personal del artista y, a¨²n menos, las referencias subjetivas personales, ya hicieran alusi¨®n a los elementos de la propia cultura o de los propios s¨ªmbolos.
Esta manera de evolucionar integrando experiencias pl¨¢sticas procedentes del informalismo, de la nueva figuraci¨®n, del pop, enriqueci¨® extraordinariamente las posibilidades del estilo personal resultante, y as¨ª, al revisar con cierta perspectiva panor¨¢mica su evoluci¨®n, encontramos antecedentes de muchos elementos pl¨¢sticos hoy de actualidad.
Afirmado esto, convendr¨ªa seguir pregunt¨¢ndonos si, adem¨¢s, tiene hoy alguna vigencia el esp¨ªritu de esta po¨¦tica, pero esta cuesti¨®n, como determinaci¨®n de lo que merece ser considerado leg¨ªtimamente como moda de actualidad, pierde inter¨¦s precisamente cuando observamos la autosuficiencia del mundo po¨¦tico de Recalcati, un mundo que reflexiona coherentemente sobre los estilos del pasado como sombras; de hecho, una po¨¦tica de las sombras y los reflejos. Por lo dem¨¢s, refinadamente italiano en la claridad y limpieza del disegno, estos dibujos negros son bell¨ªsimas obras cargadas de visiones del mundo, sensaciones e ideas.
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