Dolores Ib¨¢rrur¨ª: "Los problemas del PCE son cosa de j¨®venes"
Pasionaria, a sus 92 a?os, sigue de cerca la crisis de su partido
Dolores Ib¨¢rruri, Pasionaria, acoge con normalidad los movimientos del partido que preside en v¨ªsperas del 12 2 congreso y, a sus 92 a?os, sigue con atenci¨®n las noticias sobre la crisis comunista y la posible sucesi¨®n de Gerardo Iglesias. Dolores no se siente c¨®moda si se le pregunta por el hoy de su partido y apela a la historia, que ha vivido y de la que es parte, para hablar de cuando s¨ª hab¨ªa "problemas de verdad". "Ahora es cosa de j¨®venes que vienen empujando y est¨¢ bien", agrega.
Los problemas son normales, insiste la presidenta del PCE con un tono de voz n¨ªtido, fuerte, impresionante para su edad. "El debate interno siempre ha estado presente en la vida del partido y es bueno que lo haya", agrega su hija Amaya, presente en la conversaci¨®n, mientras que Dolores asiente.Amaya lee a su madre la Prensa del d¨ªa y, se detiene especialmente en las informaciones sobre las ?das y venidas en el proceso de: sucesi¨®n de Gerardo Iglesias. "?Qu¨¦ dice de Felipe Alcaraz?", pregunta Do lores a su hija al no comprender una informaci¨®n period¨ªstica.
M¨¢s que del presente, Pasionaria prefiere hablar del que ha sido su discurso desde que ten¨ªa 20 a?os, de la lucha para la emancipaci¨®n de la clase traba jadora. Es entonces cuando le surge un torrente de voz, si cabe, m¨¢s firme de lo habitual: "La vida en Espa?a hoy es mejor porque hay organizaci¨®n y eso es bueno para los trabajadores" ( ... ), "claro, est¨¢n organizados en los sindicatos y el sindicato es lucha". En este punto parece que su mente vuelve al pasado para decir rotunda: "No estamos de acuerdo en dejar a la burgues¨ªa que haga lo que quiera, no les podemos dejar, y sin lucha no hay conquista".
Dolores Ib¨¢rruri acude todos los d¨ªas a la sede central del Partido Comunista de Espa?a en la calle de Sant¨ªsima Trinidad, de Madrid,. acompa?ada por Amaya y por Irene Falc¨®n, su amiga-secretaria-camarada, que ha sido y es la sombra de Pasionaria desde: hace m¨¢s de 60 a?os.
En la sexta planta de la Trini, Dolores ocupa un despacho repleto de libros, de teor¨ªa marxista, cl¨¢sicos de la literatura espa?ola y una parte de su obra escrita. Irene Falc¨®n muestra orgullosa traducciones en checo, turco, chino y japon¨¦s, adem¨¢s de en franc¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n e italiano, de El ¨²nico camino, obra autobiogr¨¢fica de Pasionaria escrita en 1960. "Para m¨ª es el mejor libro suyo, pero tiene muchos m¨¢s", dice Falc¨®n, quien se precipita a mostrar numerosos op¨²sculos de Pasionaria, como Las heroicas mujeres de Espa?a en el 37, e intervenciones en los comit¨¦s centrales del partido, como uno especial tambi¨¦n de 1937. "Ella present¨® el informe sobre la situaci¨®n del frente nacional, aunque era una mujer y no era muy normal", sigue diciendo su mejor mentora.
"Me voy a morir de pie"
Amaya e Irene son ahora los ojos y los o¨ªdos de Pasionaria. Dolores no est¨¢ enferma, s¨®lo ocurre que es mayor; su imagen es la de siempre, impresionante y poderosa. "Me voy a morir de pie", dice, y se r¨ªe con sonora carcajada.
Como en las personas de su edad, la memoria funciona mejor para el pasado que para el presente, y en su discurso hay continuas referencias a los a?os de exilio en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y, mucho m¨¢s atr¨¢s, a Gallarta, a las minas asturianas.
Pasionaria, luto riguroso desde su juventud, con pa?uelo blanquinegro, sigue s¨®lo por unos instantes disciplinada las indicaciones del redactor gr¨¢fico. Previamente se ha alisado con una peineta el blanco cabello, hasta que, impaciente, con cortes¨ªa, pero en¨¦rgica, dice: "Anda, anda, d¨¦jame ya".
Por si la fibra humana de esta mujer no hubiera sido captada por los visitantes, Irene y Amaya quieren hacer un apretado repaso de su vida. "Ni un solo d¨ªa del exilio dej¨® de so?ar con volver a Espa?a y recorri¨® muchos pa¨ªses europeos llevando la voz de la democracia para Espa?a. Dolores ha aportado su granito de arena a la democracia que tenemos", afirma Amaya.
Irene destaca la impronta revolucionaria que el discurso de Ib¨¢rruri ha dejado en muchos pueblos. Muchas personas han repetido y repiten el "no pasar¨¢n" o "m¨¢s vale ser viuda de un h¨¦roe que mujer de un cobarde" y no saben que fueron frases de Dolores. Su humanidad, su ternura hacia los ni?os, su dolor indescriptible por la muerte de su marido y de cinco de sus seis hijos son rasgos que quieren destacar de Dolores para contrarrestar, por si todav¨ªa quedara algo, "esa falsa leyenda" de una Pasionaria cruel y despiadada "que propal¨® la reacci¨®n muchos a?os atr¨¢s".
Dolores en un momento pregunta por los d¨ªas que va a durar este 122 Congreso, y de nuevo vuelve a los recuerdos. Se va a 1977, cuando la Embajada de Espa?a en Mosc¨² le comunica que puede regresar a Espa?a. "Y para m¨¢s alegr¨ªa, Alberti y ella presiden las Cortes. Claro que en estos a?os no tuvo un papel tan importante como el que ocup¨® en las Cortes del 36, cuando manten¨ªa vivos debates con Calvo Sotelo y Gil Robles", dice Irene, mientras Dolores sonr¨ªe cabeceando. Irene lo interpreta: "Es que no le gustan las alabanzas, es muy modesta, ya sab¨¦is, vasca".
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