Pilar Massa
Del cors¨¦ de los cl¨¢sicos al cabar¨¦ sin cors¨¦
Pilar Massa es, a sus 24 a?os, la m¨¢s joven actriz de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico. Su car¨¢cter, lleno de vitalidad, no se conforma con el ox¨ªgeno que le proporciona trabajar dentro del repertorio de la compa?¨ªa, y algunas noches, tras terminar su representaci¨®n, huye del cors¨¦ que significa trabajar con textos cl¨¢sicos, de las comodidades del Teatro de la Comedia, y se sube al peque?o escenario de cualquier bar marginal donde ofrece un espect¨¢culo noct¨¢mbulo lleno de rigor y de frescura, en el que abandona, como si de un ejercicio de liberaci¨®n cat¨¢rtica se tratara, todo vestigio del cors¨¦.
El t¨®pico de "siempre quise ser actriz" en ella es una realidad que le acompa?a desde la cuna. Cuando apenas hablaba, contestaba a la inevitable pregunta de "?Qu¨¦ vas a ser de mayor?" con una rotunda respuesta: .?Artista!".Nada m¨¢s terminar el BUP, ingresa en la Escuela: de Arte Dram¨¢tico y, tras finalizar los estudios, pasa un tiempo trabajando en c¨ªrculos marginales, hasta que Adolfo Marsillach la selecciona, hace dos a?os, para formar parte del elenco estable de la Compa?ia Nacional de Teatro Cl¨¢sico, donde est¨¢ incorporada en los montajes Los locos de Valencia, de Lope de Vega, y Antes que todo, es mi dama, de Calder¨®n de la Barca.
Pilar Massa sabe que es una aut¨¦ntica lagartija que nunca se queda quieta; de ah¨ª que no pueda conformar-se con hacer lo mismo durante largas temporadas. A ello se une el hecho de que sus papeles en los montajes de Adolfo Marsillach son peque?os y esa actriz que lleva dentro se le queda constre?ida. "Los cl¨¢sicos me gustan, pero me siento reducida y encasifiada", concluye. Aunque se siente feliz con su trabajo en la compaft¨ªa, piensa que ¨¦ste es un buen m¨¦todo para no oxidarse, y a?ade, entre risas: "Me pongo el list¨®n muy alto para, al menos, quedarme en la mitad, y de paso me quito el mono que tengo como actriz".
Su expresividad, dentro y fuera del escenario, se le desborda en la palabra y la mirada. Noct¨¢mbula, casi m¨¢s por disciplina que por afici¨®n, Pilar Massa emplea el resto de la jornada, adem¨¢s de su trabajo en la compa?¨ªa, en labores dom¨¦sticas, clases de idiomas y, entrada la madrugada, en buscar textos para preparar nuevos montajes con los que canalizar sus excendentes interpretativos.
Su sobrante energ¨¦tico ha encontrado un verdadero sumidero en esos escenarios que cada vez proliferan m¨¢s en la marginal noche madrile?a. Lo que en principio puede parecer un montaje para sublimar frustraciones de andar por casa, es un cuidado espect¨¢culo con textos de Karl Valentin, Cort¨¢zar, Jardiel Poncela, a los que a?ade Pilar Massa sus propias morcillas. Un espect¨¢culo a mitad de camino entre los mon¨®logos descendientes de la juglaresca de la Comedia del Arte y el neocabar¨¦ de los ochenta, con tintes de strip-tease light.
Ella act¨²a cuando le sobreviene la crisis del "?Aqu¨ª estoy yo!", y no programa cu¨¢ndo va a suceder. De ah¨ª que el encontrarla sea una sorpresa m¨¢s de la noche madrile?a, sobre todo para el p¨²blico de estos bares que acogen a noct¨¢mbulos con escasos h¨¢bitos teatrales.
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