Fuerte antiestalinismo en filmes de Europa oriental
Hay un denominador com¨²n en todos los filmes que han aportado a esta edici¨®n de la Berlinale los pa¨ªses de la socialista, Rusia Incluida: su en¨¦rgico e inequ¨ªvoco antiestalinismo, que en el filme polaco proyectado ayer -Madre Krol y sus hijos, de Janusz; Zaorski- alcanza proporciones virulentas. Contrast¨® con la dureza de esta pel¨ªcula la azucarada blandura del segundo filme proyectado ayer: Kungfu master, segunda pel¨ªcula que la francesa Agnes Varda realiz¨® con la actriz Jane Birkin, directora y actriz convirtieron, durante 80 minutos, la pantalla del palacio del festival, todav¨ªa impregnada por la amargura del filme polaco, en toda una pasteler¨ªa.
Cargad unos los fardos de los otros, de Alemania Oriental; La comisaria, La felicidad de Asja y M¨¢s luz de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y la citada Madre Krol, de Polonia, son cinco obras comprometidas con un esfuerzo de esclarecimiento de la verdad hist¨®rica, pisoteada por la pol¨ªtica estalinista.Mejores o peores, pero nunca mediocres, estas cinco pel¨ªculas irradian luz desde su negrura y crean esperanza sembrando malestar.
Unas veces llegan a conmover con su belleza: escenas centrales de La comisaria, la composici¨®n del actor Roland Bykov en este mismo filme y la interpretaci¨®n de Magda Teresa Wojcik en Madre Krol.
Otras veces limpian im¨¢genes ensuciadas por los basureros de la burocracia socialista: los documentos in¨¦ditos sobre la revoluci¨®n sovi¨¦tica recogidos en el filme de montaje ?M¨¢s luz! En ocasiones se describen las m¨ªseras condiciones de la vida bajo el estalinismo, falseadas por la mentira oficial: La felicidad de Asja. Y, finalmente, abren elocuentes debates que hasta ahora permanec¨ªan amordazados: la abnegaci¨®n y la altura de gesto con que los cristianos contribuyeron a reconstruir la Alemania Oriental destruida por la guerra.
Misi¨®n moral
Apoyados en ese esfuerzo, estos filmes ennoblecen el cine al hacer de ¨¦l un m¨¦todo de conocimiento, un arte que empuja en la direcci¨®n por donde millones de pobladores de esos pa¨ªses intentan reconciliarse con su pasado y consigo mismos. Llevan dentro una esencia del cine: su. condici¨®n de misi¨®n moral.Hay en la Berlinale 88 pel¨ªculas de pa¨ªses occidentales con no menor energ¨ªa moral que las antes referidas. Pero no es una de ellas la segunda pel¨ªcula que Agnes Varda ha realizado con la actriz Jane Birkin, y prolongaci¨®n natural de la primera.
La pel¨ªcula Kungfu master, despu¨¦s de los 30 minutos iniciales con ese encanto, siempre superficial y a veces tambi¨¦n delicado, que ten¨ªan las primeras pel¨ªculas de Agnes Varda -realizadas en los sesenta, se sumerge despu¨¦s, hasta el ahogo, en un aut¨¦ntico empacho de mal az¨²car cinematogr¨¢fico.
Y no es esto lo peor. Lo realmente malo de ese tramposo filme es que la habilidad y el buen oficio de Varda hacen pasar al p¨¦simo y f¨¢cil melodrama que lleva dentro como si fuera un filme arriesgado.
No lo es, en absoluto. Por el contrario, es una obra de muy cortos alcances, superficial¨ªsima, pero protegida y encubierta por una tonalidad falsamente trascendente que, a mi juicio, ha enga?ado a una parte del p¨²blico y puede enga?ar tambi¨¦n a otra parte del jurado internacional que, el pr¨®ximo d¨ªa 23, otorgar¨¢ los premios en la clausura de esta edici¨®n del Festival de Berl¨ªn. Tiempo al tiempo.
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