EE UU levantar¨¢ el embargo de armas si Argentina apoya una condena a Cuba

El Gobierno de Estados Unidos levantar¨¢ el embargo en la venta de armas -que mantiene desde la guerra de las islas Malvinas, en abril de 1982 si Argentina vota a favor de investigar la situaci¨®n en Cuba durante la pr¨®xima reuni¨®n del Comit¨¦ de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que se celebra en Ginebra. El acuerdo pol¨ªtico entre ambos pa¨ªses incluye el estudio de una reducci¨®n "sustancial" de la deuda externa y de la tasa de inter¨¦s, monto que se convertir¨ªa en proyecto de inversi¨®n de EE UU en Argentina.

Los temas que Robert Gelbard, subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos de Estados Unidos, acaba de analizar con el presidente argentino, Ra¨²l Alfons¨ªn, no terminan all¨ª . Ante el anuncio brit¨¢nico de "ejercicios militares" en las islas Malvinas a partir del 7 de marzo -considerados por Buenos Aires como una "provocaci¨®n intolerable", Alfons¨ªn advirti¨® a Gelbard que la reacci¨®n tendr¨ªa esta vez alcances diplom¨¢ticos y militares [El Gobierno argentino solicitar¨¢ una reuni¨®n de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la cuesti¨®n, dijo el viernes el senador radical Adolfo Gass, seg¨²n AFP].En una amplia operaci¨®n que atiende a cuestiones de pol¨ªtica interna y externa, Argentina trata de pasar a la ofensiva ante lo que estima es otra demostraci¨®n de prepotencia del Gobierno de Londres. La llamada cuesti¨®n Malvinas volver¨¢ a ser entonces la primera hip¨®tesis de conflicto para las fuerzas armadas argentinas, en momentos en que se produce una reestructuraci¨®n de los mandos tras las sucesivas crisis.

Gelbard lleg¨® hace 10 d¨ªas a Buenos Aires, un mes despu¨¦s de la visita oficial del canciller cubano, Isidoro Malmierca, y se reuni¨® con los ministros de Econom¨ªa, Juan Sourrouille, y de Exteriores, Dante Caputo, adem¨¢s de con Alfons¨ªn.

Pr¨¦stamo "puente"

El martes pasado, cinco d¨ªas despu¨¦s de su partida, Gelbard regres¨¦ a Buenos Aires con las respuestas oficiales de su Gobierno. Ese mismo d¨ªa el presidente del Banco Central de Argentina, Jos¨¦ Luis Machinea, confirm¨® que Estados Unidos hab¨ªa concedido un pr¨¦stamo puente de 550 millones de d¨®lares (62.700 millones de pesetas) para salvar la virtual quiebra financiera en que se encontraba el pa¨ªs, que no pag¨® los intereses de su deuda externa durante 1987. El Gobierno argentino intent¨® mantener en secreto el segundo viaje de Gelbard pero la Prensa recogi¨® una filtraci¨®n surgida en Washington.

El Ministerio de Asuntos Exteriores argentino impuso sus condiciones antes de modificar el voto sobre la situaci¨®n de los derechos humanos en Cuba. Alfons¨ªn aclar¨® que como l¨ªder en la Argentina y Am¨¦rica Latina de la lucha por los derechos humanos no me puedo oponer a la investigaci¨®n en Cuba, pero no vamos a aprobar una condena anticipada". El a?o pasado Argentina vot¨® en contra de la moci¨®n de Estados Unidos porque el texto presum¨ªa una condena".

Despu¨¦s de las consultas realizadas en Washington, Gelbard trajo a Buenos Aires un nuevo texto en el que se propone la investigaci¨®n de las denuncias sin abrir juicio sobre ellas. ?ste es el que ahora ser¨¢ apoyado por Argentina y posiblemente por Uruguay y Brasil, seg¨²n la posici¨®n com¨²n que se comprometieron a adoptar los tres pa¨ªses en la cumbre de presidentes celebrada en Colonia (Uruguay), hace 15 d¨ªas.

La relaci¨®n entre Argentina y EE UU parece alcanzar ahora los niveles m¨¢s altos de coincidencia desde que ambos pa¨ªses estuvieron al borde de una ruptura diplom¨¢tica en junio de 1982, cuando se comprob¨® el apoyo decisivo de Estados Unidos a favor del Reino Unido durante la guerra de las islas Malvinas. Estados Unidos se propone recuperar la tradicional influencia que tuvo siempre sobre las fuerzas armadas argentinas. El inter¨¦s norteamericano en el conflicto latente entre pa¨ªses que considera "amigos" se activ¨® tras conocerse los resultados de las ¨²ltimas elecciones parlamentarias en Argentina, donde se advirti¨® un repunte notable del peronismo, el principal partido de la oposici¨®n. El Gobierno de EE UU no conf¨ªa en que sus dirigentes puedan controlar el "evidente" sentimiento antinorteamericano que predomina entre sus afiliados y al que los diplom¨¢ticos de ese pa¨ªs en Buenos Aires califican de "odio hist¨®rico".