A un a?o del acuerdo
Las movilizaciones estudiantiles del curso pasado finalizaron con un acuerdo entre las organizaciones de alumnos y la Administraci¨®n. Un a?o despu¨¦s, uno de los dirigentes estudiantiles repasa el grado de cumplimiento de dicho acuerdo.
Se cumple un a?o de la firma de los acuerdos entre las organizaciones estudiantiles y el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia. Estos acuerdos significaron importantes conquistas para el conjunto del movimiento estudiantil y fueron fruto de una larga y dura lucha de m¨¢s de tres meses.El car¨¢cter ejemplar y magn¨ªfico de esta lucha se explica, entre otras cosas, porque la juventud en general, y no s¨®lo los estudiantes, encontraron en esta lucha una v¨ªa de expresi¨®n al descontento y desesperaci¨®n que provoca una sociedad en crisis, donde el paro, la delincuencia, la marginaci¨®n, etc¨¦tera, niega a los j¨®venes un futuro digno. Por otra parte, el Gobierno, con su pol¨ªtica, no ha ofrecido ninguna soluci¨®n a los problemas m¨¢s urgentes que la juventud y los trabajadores tienen planteados.
El papel que el Sindicato de Estudiantes tuvo al organizar y dirigir las movilizaciones, utilizando m¨¦todos nuevos, llevando ideas nuevas y logrando una cohesi¨®n del movimiento sin precedentes fue algo decisivo.
La ¨²ltima gran lucha que ha protagonizado el movimiento estudiantil en Galicia, durante noviembre y diciembre del a?o pasado, ha significado una rotunda victoria. Concesiones tan importantes como el incremento en inversiones para creaci¨®n de nuevos puestos escolares para ense?anza media del 94%, COU gratuito, pr¨¢cticas remuneradas en empresas para todos los alumnos de tercero de FP-2 y para un 50% de los de segundo, aumento en dotaciones y material para los centros de un 63%, son conquistas que suponen nuevamente la demostraci¨®n de la fuerza y madurez de un movimiento y de una organizaci¨®n.
Hacer un balance serio de los acuerdos nos lleva a examinar lo realizado hasta el momento, as¨ª como los incumplimientos m¨¢s destacados.
No cabe duda que lograr la ense?anza media gratuita, un aumento de un 30% en los gastos de funcionamiento de los centros, un incremento de un 54% en el dinero destinado a becas, y que los hijos de los trabajadores puedan matricularse gratuitamente en la Universidad son pasos importantes. Adem¨¢s, conseguimos un gran avance al constituir mesas de seguimiento de estos acuerdos, que nos permiten vigilar el cumplimiento de los mismos y, en general, de toda la pol¨ªtica del ministerio.
De esta lucha, lo m¨¢s importante, por encima de cualquier otra cosa, han sido las lecciones que los j¨®venes hemos aprendido. ?stas se resumen en habernos hecho conscientes de nuestra fuerza, de que con la lucha, y s¨®lo con ella, es posible arrancar reivindicaciones y conquistas, por muy fuerte que sea el enemigo.
Pero a pesar de todo lo positivo, como ya explicamos nada m¨¢s finalizar la lucha, los problemas de fondo permanecen, pues ¨¦stos, adem¨¢s de ser consecuencia de la crisis de la sociedad, se ven agravados por la pol¨ªtica social y econ¨®mica del Gobierno, claramente contraria a los intereses de la mayor¨ªa.
Rubalcaba afirmaba el otro d¨ªa en una conferencia de prensa que se hab¨ªa cumplido el 100% del acuerdo. Esto no es cierto. Los incumplimientos son importantes y muy significativos, afectando a dos parcelas muy concretas del acuerdo.
La promesa de escolarizaci¨®n de todos los j¨®venes menores de 16 a?os antes de finalizar la presente legislatura est¨¢ claramente siendo incumplida, y, si no hay un giro importante en la pol¨ªtica e intenciones del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia (MEC) en materia de inversiones, no podr¨¢ cumplirse en el plazo previsto. Veamos algunas cosas que nos aclarar¨¢n este punto. De los 68.840 puestos escolares prometidos para el curso 1987-1988 s¨®lo ha entrado en funcionamiento un tercio de los mismos, y previsiblemente otro 25% no lo har¨¢ hasta 1989. El plan de inversiones en ense?anzas medias previsto por el MEC para el cuatrienio 1988-1991 no alcanzar¨¢ a cubrir m¨¢s que un 53% de las necesidades existentes en materia de escolarizaci¨®n. ?C¨®mo es posible cumplir el compromiso hecho en el acuerdo? La masificaci¨®n, dobles turnos y, en general, los 250.000 j¨®venes de 14 y 15 a?os sin escolarizar seguir¨¢n siendo cuestiones pendientes.
Derechos democr¨¢ticos
Otro aspecto importante es el relativo a los derechos democr¨¢ticos. El acuerdo ten¨ªa previsto elaborar una carta de derechos y deberes de los estudiantes. Las negociaciones a este respecto se han iniciado, y ya nos estamos encontrando con serias resistencias. El MEC est¨¢ planteando condiciones que, en la pr¨¢ctica, significar¨ªan una negaci¨®n de derechos tan fundamentales como los de reuni¨®n, huelga, representaci¨®n, etc¨¦tera. Dejar en manos de los directores el ejercicio del derecho de reuni¨®n, o no garantizar a los delegados de los estudiantes las competencias necesarias para ejercer sus funciones, significar¨ªa convertir la futura carta de los estudiantes en papel mojado.
En estos momentos asistimos a una ofensiva encarnizada de sectores reaccionarios del mundo educativo, Empresarios de la ense?anza privada, Iglesia, sectores corporativos del profesorado estatal, asociaciones conservadores de padres, exigen una reglamentaci¨®n disciplinaria que intente domesticar a una juventud que se siente insatisfecha y se rebela ante unas condiciones de vida y estudio cada vez m¨¢s deterioradas.
Los problemas de convivencia en el interior de la comunidad escolar no se pueden solucionar con represi¨®n. Tampoco se puede concebir la democracia simplemente como el acto de votar cada dos a?os para elegir un Consejo Escolar. Democracia en la escuela es poder reunirse libremente en los centros, ejercer leg¨ªtimamente el derecho de huelga sin temor a cualquier tipo de represi¨®n, obtener derecho a elegir representantes revocables que puedan ejercer sus tareas con garant¨ªas suficientes...
Maravall dijo al terminar las luchas del a?o pasado que hab¨ªa aprendido mucho del movimiento estudiantil. Ahora puede que comience a olvidar las ense?anzas de nuestra lucha. ?Ser¨¢ necesaria una nueva explicaci¨®n? Maravall, con su pol¨ªtica, tiene la respuesta. Mientras, ni hemos estado, ni estaremos, con los brazos cruzados.
es secretario general del Sindicato de Estudiantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- MEC
- Rectores
- Opini¨®n
- III Legislatura Espa?a
- Protestas estudiantiles
- J¨®venes
- Gobierno de Espa?a
- Vida estudiantil
- Curso acad¨¦mico
- Adolescencia
- Movimiento estudiantil
- Juventud
- PSOE
- Universidad
- Legislaturas pol¨ªticas
- Estudiantes
- Partidos pol¨ªticos
- Educaci¨®n superior
- Comunidad educativa
- Ministerios
- Gobierno
- Sistema educativo
- Educaci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Administraci¨®n p¨²blica