El pi?¨®n fijo de ETA
HOY SE cumplen dos semanas del secuestro del industrial Emiliano Revilla. Se trata del n¨²mero, 64 de los realizados por ETA. El primero fue el c¨®nsul alem¨¢n en San Sebasti¨¢n Eugenio Beihl, el 1 de diciembre de 1970. Un d¨ªa despu¨¦s se iniciaba el famoso proceso de Burgos, en el que se dictar¨ªan penas de muerte para seis militantes de ETA. Las condenas ya hab¨ªan sido pronunciadas, y las vidas de Izko, Gorostidi, Larena, Onaind¨ªa, Uruarte y Dorronsoro depend¨ªan s¨®lo de la posibilidad de un indulto de Franco, cuando los secuestradores decidieron poner en libertad a Beihl sin contrapartida alguna. El dictador tuvo que firmar los indultos. Nunca podr¨¢ saberse hasta qu¨¦ punto influy¨® aquella liberaci¨®n, que cogi¨® por sorpresa a los propagandistas del r¨¦gimen, en la determinaci¨®n final de Franco, pero de lo que no cabe duda es de que el entonces incipiente militarismo de ETA estaba matizado todav¨ªa por un atisbo de inteligencia pol¨ªtica. La suficiente para entender que un acto de violencia no podr¨ªa sino interferir en las movilizaciones por salvar la vida de los seis condenados.No son muchas las esperanzas de que en la ETA actual quede alg¨²n resto de inteligencia pol¨ªtica o aun de inteligencia a secas. Pero no habr¨ªa que descartar que ello ocurra todav¨ªa en sectores de su entorno sociol¨®gico. Desde esos sectores, incluyendo algunos dirigentes de Herri Batasuna (HB), se ha insinuado recientemente la necesidad de una reconvers,i¨®n ideol¨®gica y pol¨ªtica de la coalici¨®n, esbozando una moderada autocr¨ªtica: "Hay que reconocer", dec¨ªa, por ejemplo, Jon Id¨ªgoras hace unas semanas, "que durante un tiempo hemos ca¨ªdo en los mensajes ret¨®ricos, dogm¨¢ticos y de pi?¨®n fijo, y en eso hay que hacerse tambi¨¦n la autocr¨ªtica". Durante a?os, en efecto, HB se ha limitado a actuar como portavoz y escudo de ETA, y su ¨²nico mensaje ha consistido en afirmar que todo ir¨¢ mejor si los ciudadanos y sus representantes aceptan el ultim¨¢tum de los que ponen bombas.
Sin embargo, en un pa¨ªs en el que el 60% de los j¨®venes entre 20 y 24 a?os est¨¢ en paro, en el que se han perdido 170.000 empleos netos en una d¨¦cada, en el que el declive industrial produce bolsas de marginaci¨®n crecientes, hab¨ªa espacio para una opci¨®n radical de izquierdas. Herri Batasuna pudo haber sido esa fuerza, pero renunci¨® a ello. En Euskadi ha sido compatible la existencia de un gran radicalismo verbal c¨®mplice de la violencia, de una parte, con la casi total ausencia de contestaci¨®n social organizada y el mantenimiento de Gobiernos conservadores nacionalistas en Vitoria.
No s¨®lo eso. El populismo demag¨®gico alentado desde la izquierda abertzale ha sedimentado en sectores de la poblaci¨®n, principalmente juveniles, un sistema de valores no s¨®lo contradictorio con cualquier valor de la izquierda, sino netamente inscrito en la ideolog¨ªa contraria: exaltaci¨®n de la muerte, enardecimiento b¨¦lico, gregarismo, apolog¨ªa de la intolerancia. Tras el suicidio,de Lopetegui en Herrera, fueron numerosos los pueblos en los que se organizaron homenajes consistentes en desfiles nocturnos -banderas al viento en tomo a un pebetero en el que ard¨ªa la Rama. En algunos casos, como en Sopelana (Vizcaya), la f¨²nebre conmemoraci¨®n se prolong¨® con el intento de prender fuego a la casa del pueblo de la localidad o con agresiones a ediles socialistas o viejos sindicalistas de UGT (Mondrag¨®n, Tudela). Los m¨¢s j¨®venes lo ignoran, pero algunos de los dirigentes abertzales veteranos deber¨ªan advertir a sus seguidores que se trata de pr¨¢cticas caracter¨ªsticas de los que incendiaron Gernika.
El secuestro de Revilla ha entorpecido de manera grave las esperanzas de paz que tan trabajosamente se hab¨ªan abierto paso en la sociedad vasca. Algunos dirigentes abertzales lo reconocen en voz baja, pero reinciden en la ret¨®rica de pi?¨®n fijo a la hora de las declaraciones p¨²blicas. Las conversaciones de Argel deber¨ªan servir para acelerar el movimiento general a favor de la paz. Pero para que ese proceso pueda ser reanudado es necesario que Revilla sea devuelto sano y salvo a su familia sin exigencia de rescate. Y para que ello ocurra es imprescindible que aquellos dirigentes abertzales que ya se han convencido de la necesidad de desbloquear la situaci¨®n por alguna parte den un paso al frente y exijan a ETA el final inmediato del secuestro. Acogi¨¦ndose, si es su deseo, al precedente de Beihl.
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