La versi¨®n del enemigo
No est¨¢ demostrado que los fenicios, como afirmaban sus enemigos, los griegos primero y los romanos despu¨¦s, desarrollaran la tradici¨®n de sacrificar a los primog¨¦nitos. El problema de la herencia fenicia es que ¨¦sta nos ha sido transmitida por aquellos enemigos que finalmente terminaron con ellos, aunque tambi¨¦n hay algunas alusiones en la Biblia y en la literat¨¢ra egipcia. A pesar de ser los primeros que cambiaron la escritura jerogl¨ªfica por la fon¨¦tica, los fenicios tienen poca literatura. Escipi¨®n mand¨® estruir, adem¨¢s, los pocos documentos propios que quedaron de ellos. De forma que algunos ritos sociales, como el de la prostituci¨®n sacra, queda inexplicada para los cient¨ªficos. Seg¨²n esta tradici¨®n, las mujeres deb¨ªan vender su virginidad a los extranjeros antes de contraer matrimonio.Seg¨²n Manuel Fern¨¢ndez Miranda, catedr¨¢tico de Prehistoria y uno de los ponentes en el congreso sobre los fenicios realizado en Roma en noviembre pasado, ¨¦stos adquirieron un nivel de civilizaci¨®n sin precedentes en su ¨¦poca. El choque cultural que produc¨ªan los fenicios en sus escalas por el Mediterr¨¢neo es, seg¨²n Fern¨¢ndez Miranda, equiparable al que produjeron las naves de Col¨®n en Am¨¦rica. Las transacciones comerciales que ¨¦stos realizaban as¨ª lo denotan. Los fenicios vend¨ªan a sus contempor¨¢neos, ya en el siglo V antes de Cristo, productos que los otros desconoc¨ªan por completo, como el vidrio o el aceite. A cambio, los fenicios compraban materias primas como cobre y plata.
Si algo debi¨® fascinar a los contempor¨¢neos de los fenicios, fue seguramente sus magn¨ªficas telas color p¨²rpura. En sus barcos, junto a la madera de cedro, el vidrio o las joyas, los fenicios transportaban sus preciadas telas. De ellas les viene el nombre, ya que los griegos utilizaban el vocablo phoenikes (los de la p¨²rpura) para reconocerlos.
Dejaron su huella en las costas mediterr¨¢neas, en sus colonias, que no conquistaron con las armas. Todo indica que el fenicio no fue un pueblo agresivo hasta el florecimiento del imperio cartagin¨¦s, a partir del siglo VIII, cuyo final se desencaden¨® tras las tres guerras p¨²nicas del siglo III y II. An¨ªbal dej¨® huellas de elefante en los Alpes y aterroriz¨® a los romanos.
Babelia
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