Dimensiones de la anexi¨®n
Cincuenta a?os despu¨¦s de la integraci¨®n de Austria en el Reich alem¨¢n, la anexi¨®n ocupa el centro de una oleada de actos pol¨ªticos y cient¨ªficos en Austria que trata de este gran acontecimiento hist¨®rico y de su importancia para la actualidad. Aunque en menor medida, esto ya sucedi¨® con motivo de otros aniversarios. Pero en 1988, tanto en Austria como en todo el mundo occidental, el a?o 1938 adquiri¨® un significado especial a causa del asunto Waldheim. Ante todo el mundo se hizo patente que tambi¨¦n Austria tiene un importante problema con el lastre de un pasado nazi. Los habituales lugares comunes con el extranjero y los mitos hist¨®ricos oficiosos de Austria como v¨ªctima del nazismo demuestran su fragilidad y exigen una exposici¨®n m¨¢s anal¨ªtica.Por ello hay que distinguir claramente tres aspectos de la anexi¨®n, sin perder de vista que s¨®lo los tres juntos permiten una explicaci¨®n suficiente de los acontecimientos de marzo y abril de 1938. Porque la anexi¨®n no fue s¨®lo una invasi¨®n de tropas alemanas desde el exterior y el fin del Estado austriaco independiente. Fue tambi¨¦n la realizaci¨®n del deseo de autodeterminaci¨®n nacional y de uni¨®n con Alemania, alimentado desde hac¨ªa tiempo, y que la mayor parte de la poblaci¨®n austriaca recibi¨® al principio con gran satisfacci¨®n o incluso con esperanza.
Pero la anexi¨®n tambi¨¦n fue una especie de toma del poder del nacional socialismo desde dentro y el comienzo del r¨¦gimen nazi en Austria, una dictadura que, tanto en Alemania como en Austria, no puede explicarse s¨®lo como el dominio de un solo hombre (Hitler) o de una camarilla dirigente pol¨ªtica y moralmente abyecta, ni por el terror de la Gestapo, sino que tambi¨¦n contaba con un apoyo m¨¢s o menos amplio y una aceptaci¨®n parcial de la mayor¨ªa de las clases sociales.
Mientras el r¨¦gimen nazi destac¨® ante el interior y el exterior los rasgos de aceptaci¨®n de la anexi¨®n y del r¨¦gimen nacionalsocialista, el Estado austriaco de la II Rep¨²blica, que resurge en 1945 al sucumbir el III Reich, puso en primer plano los aspectos externos, de pol¨ªtica militar y de ocupaci¨®n extranjera.
Si una cara de la anexi¨®n se olvid¨¦ con frecuencia en los 40 a?os de pol¨ªtica de posguerra, la otra se mistific¨® hasta convertirla en la tesis de Austria como v¨ªctima. Por eso, hoy d¨ªa hay que preguntarse qu¨¦ hay de cierto en esta tesis de la v¨ªctima.
Intervenci¨®n militar
De hecho, la anexi¨®n fue impuesta por Alemania al Gobierno austriaco, que desde 1933-1934 hab¨ªa erigido un r¨¦gimen corporativo y autoritario-semifascista comparable a los primeros tiempos del r¨¦gimen de Franco. S¨®lo con reiteradas amenazas de invasi¨®n militar inmediata oblig¨® el Reich alem¨¢n, el 11 de marzo de 1938, primero, a revocar un refer¨¦ndum fijado para el 13 de marzo por la vacilante dictadura austriaca, y luego, a la dimisi¨®n del Gobierno de Kurt von Schuschniggs y su sustituci¨®n por un Gobierno nacionalsocialista austriaco dirigido por Arthur Seyss-Inquart. Aun as¨ª, la invasi¨®n del Ej¨¦rcito alem¨¢n en Austria se llev¨® a cabo.
Tras ella estaban las aspiraciones del Reich alem¨¢n de hacerse con las materias primas y los minerales de Austria, con su potencial de mano de obra y con su posici¨®n estrat¨¦gica militar. Si bien Hitler, como austriaco de nacimiento, consideraba la anexi¨®n como un objetivo de pol¨ªtica nacional por principio, las elites militares y econ¨®micas alemanas persegu¨ªan cada vez m¨¢s, desde finales de los a?os veinte, intereses econ¨®micos y militares. Desde este punto de vista, Austria no era sino el trampol¨ªn del Reich alem¨¢n hacia el sureste de Europa y hacia la hegemon¨ªa militar sobre toda Europa.
Los Gobiernos de Europa occidental, sobre todo el del Reino Unido, pero en parte tambi¨¦n el de Francia, no se dieron cuenta de esto a tiempo; tambi¨¦n, por que cre¨ªan que ya no pod¨ªan seguir privando por mucho tiempo a Austria del ejercicio del derecho a la autodeterminaci¨®n, que le hab¨ªan vedado desde 1918 en los tratados firmados en las cercan¨ªas de Par¨ªs; en parte, tambi¨¦n, porque el Gobierno austriaco del canciller Engelbert Dollfuss hab¨ªa buscado el favor de la Italia fascista, suprimido la democracia en 1933 y sometido al movimiento obrero socialdem¨®crata despu¨¦s de su intento de rebeli¨®n en febrero de, 1934. De esta manera, la pol¨ªtica exterior austriaca se hab¨ªa aislado de las democracias occidentales.
Durante la monarqu¨ªa de los Habsburgos, nunca se hab¨ªa desarrollado un sentimiento nacional y de Estado fuerte y unitario al estilo de Europa occidental. Y as¨ª, las distintas nacionalidades del Estado multi¨¦tnico se encontraban m¨¢s o menos en una tensa relaci¨®n entre el patriotismo tradicional austriaco (o h¨²ngaro) y los modernos nacionalismos que trascienden lo particular (o estatales). Por eso, al desmoronarse Austria-Hungr¨ªa al final de la I Guerra Mundial, tambi¨¦n entre los austriacos de habla alemana adquiri¨® prioridad el sentimiento de identidad nacional alemana. Por eso, la Rep¨²blica de Austria que surgi¨® en 1918 en el territorio actual se llam¨® Austria Alemana y en el momento de nacer anunci¨® tambi¨¦n su uni¨®n con la Rep¨²blica de Alemania.
Como la cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica hac¨ªa perentoria la ayuda financiera occidental, Austria abjur¨® oficialmente en 1922 de la idea de anexi¨®n. Pero las aspiraciones de anexi¨®n, apoyadas por numerosas asociaciones y grupos, continuaron.
S¨®lo la toma del poder del nacionalsocialismo en Alemania adormeci¨® considerablemente las ansias de anexi¨®n de Austria S¨®lo las capas medias de etnia alemana, para las que la anexi¨®n siempre hab¨ªa sido el eje de su
programas pol¨ªticos, siguieron aferradas a su objetivo nacional originario. Por eso eran tanto m¨¢s susceptibles de sucumbir al nacionalsocialismo, que finalmente tambi¨¦n en Austria fue convirti¨¦ndose en un fuerte movimiento de masas.
Dos identidades
As¨ª pues, el sentimiento nacional de los austriacos se encontraba en la primavera de 1938 en un estado de oscilaci¨®n entre dos identidades. Mientras el cada vez m¨¢s d¨¦bil Gobierno de la dictadura austriaca estuvo en el poder, la mayor¨ªa de los austriacos tend¨ªa seguramente a una postura contraria a la anexi¨®n, que significaba tambi¨¦n la adopci¨®n del r¨¦gimen nazi; pero, una vez ca¨ªdo el Gobierno austr¨ªaco, se rompieron todos los diques existentes a¨²n y un entusiasmo por la anexi¨®n todav¨ªa mucho m¨¢s fuerte inund¨® el pa¨ªs.
El desbordado entusiasmo por la anexi¨®n de. los austriacos en marzo de 1938 era tan grande que sorprendi¨® incluso a nacionalsocialistas alemanes. Por eso no hay ni una sola foto en que aparezcan caras desfiguradas por el dolor como aquellas con que la poblaci¨®n checa recibi¨® en 1939 la invasi¨®n del Ej¨¦rcito alem¨¢n. Por eso, los obispos cat¨®licos se dejaron inducir no s¨®lo a recibir con satisfacci¨®n la anexi¨®n, sino tambi¨¦n a ofrecer una declaraci¨®n de adhesi¨®n al nuevo r¨¦gimen. Por eso, el pol¨ªtico socialdem¨®crata y primer canciller de la I y de la II Rep¨²blica, Karl Renner, se avino a presentar la anexi¨®n nacionalsocialista como un acto en l¨ªnea con las aspiraciones de anexi¨®n democr¨¢ticas y anteriores al nazismo. Por eso tambi¨¦n, la aprobaci¨®n por el 99,7% de votos de la anexi¨®n en el refer¨¦ndum con el que Hitler hizo legitimar, el 10 de abril de 1938, la incorporaci¨®n consumada no es del todo un fraude, por m¨¢s que este resultado se haya producido s¨®lo en las condiciones habituales tambi¨¦n en otras dictaduras.
Pero tambi¨¦n este aspecto de la anexi¨®n como autoafirmaci¨®n nacional ser¨ªa unilateral si no se complementara con otro resultante de la existencia de un nacionalsocialismo austriaco.
Muchos de los rasgos del nacionalsocialismo hacen de ¨¦l un fen¨®meno vinculado a la cultura pol¨ªtica de Austria y a su sociedad en el siglo XX. La idea de la uni¨®n del nacionalismo (alem¨¢n) con la idea de un socialismo de clases medias ya aflor¨® en torno al a?o 1900 en las zonas industriales germano-checas del norte de Bohemia, donde la lucha por la nacionalidad se sobrepuso a la lucha de clases de los trabajadores. Despu¨¦s de la I Guerra Mundial, la idea del socialismo nacional salt¨® a Baviera, y all¨ª se convirti¨® en el punto de partida para el desarrollo de un movimiento fascista, el NSDAP, , que no tard¨® en caer bajo el mando de Hitler. Hitler mismo, austriaco de nacimiento, hab¨ªa adoptado aqu¨ª el nacionalismo y el antisemitismo racista de los austriacos radicales de etnia alemana que segu¨ªan a Sch?nerer, as¨ª como el estilo pol¨ªtico del partido cristianosocial de Karl Lueger. Toda su vida conserv¨® muchos rasgos austriacos, cosa que hizo que, despu¨¦s de la anexi¨®n, muchos austriacos volvieran la vista orgullosos al F¨¹hrer.
El nacionalismo alem¨¢n en Austria era sin duda un f¨¦rtil suelo nutricio del nacionalsocialismo, sobre todo durante la crisis econ¨®mica mundial. El antisemitismo, precisamente como antisemitismo racista, y a¨²n mucho m¨¢s como antijuda¨ªsmo religioso de la poblaci¨®n mayoritariamente cat¨®lica, siempre estuvo fuertemente arraigado en Austria y, sobre todo econ¨®micamente, motivado por la existencia de una minor¨ªa jud¨ªa relativamente grande en Viena (10%).
As¨ª, en el punto culminante de la opresi¨®n exterior de Austria por Hitler, el 11 de marzo de 1938 tambi¨¦n se inici¨® en muchas zonas de Austria un alzamiento de los nacionalsocialistas.
Las energ¨ªas casi revolucionarias se descargaron con especial desmesura contra los jud¨ªos, que fueron inhumanamente humillados y masivamente expoliados.
S¨®lo cuando se agudizaron la persecuci¨®n y el terror durante la guerra se multiplicaron las dificultades econ¨®micas y se previ¨® la derrota militar del III Reich a partir de 1943, el r¨¦gimen nacionalsocialista perdi¨® la amplia aceptaci¨®n de que disfrutaba y se desacredit¨® la idea de la uni¨®n de Austria con Alemania.
As¨ª se fund¨® de nuevo, en 1945, la Austria independiente, rompiendo conscientemente con las tradicionales ideas de nacionalismo alem¨¢n y las aspiraciones de anexi¨®n. De ah¨ª extraen su especial importancia de pol¨ªtica de Estado y fuente de identidad los actos conmemorativos del cincuentenario de la anexi¨®n.
Un pa¨ªs en que el nacionalsocialismo estuvo tan fuertemente arraigado como en Austria, y donde, subsisten relativamente intactos algunos de sus fundamentos ideol¨®gicos y mentales, sobre todo el antisemitismo, el autoritarismo, la superioridad con respecto a los pueblos del este y el sur de Europa, probablemente al principio s¨®lo pod¨ªa superar su pasado traspasando la responsabilidad a otros: a Hitler, las SS, los alemanes, etc¨¦tera. Si bien as¨ª se pudieron abrir paso una democracia estable desde arriba y una prosperidad econ¨®mica por medio de la congesti¨®n social neocorporativa, se dificult¨® una reflexi¨®n autocr¨ªtica sobre la implicaci¨®n de muchos austriacos en el nacionalsocialismo y su maquinaria de guerra y exterminio, o incluso se bloque¨® en amplias partes de la poblaci¨®n. ?ste es tambi¨¦n el principal factor explicativo de la repercusi¨®n en pol¨ªtica interior y exterior del caso Waldheim y la contradicci¨®n interna de las manifestaciones del actual jefe del Estado austriaco cuando habla de su cumplimiento del deber en el Ej¨¦rcito alem¨¢n durante la guerra de exterminio de los Balcanes. Austria y los austriacos fue ron probablemente m¨¢s c¨®mplices del nacionalsocialismo que v¨ªctimas de ¨¦l.
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