El tratado de fraternidad en el Magreb cumple cinco a?os, sin resolverse la inc¨®gnita de la adhesi¨®n libia

El tratado de fraternidad y concordia, principal acuerdo pol¨ªtico suscrito en el Magreb, cumple hoy cinco a?os, sin que en las v¨ªsperas del acontecimiento se supiera si Libia iba o no a adherirse al mismo. La eventual incorporaci¨®n de la Yamahiria del coronel Muammar el Gaddafi al tratado suscrito por Argelia, T¨²nez y Mauritania es una de las grandes inc¨®gnitas de la actual situaci¨®n norteafricana.

Pa¨ªses de reciente acceso a la independencia, con reg¨ªmenes muy diferentes, cruzados por hondas rivalidades vecinales, las naciones magreb¨ªes est¨¢n a¨²n lejos de su unificaci¨®n en un marco semejante al de la Comunidad Europea, objetivo ¨²ltimo del tratadoque hoy apaga cinco velas. La insistencia de la Libia de Gaddafi en la unidad ¨¢rabe total, el recelo tunecino y marroqu¨ª a lo que sospechan voluntad argelina de hegemon¨ªa y, en particular, la guerra del S¨¢hara, son los principales obst¨¢culos a la construcci¨®n del gran Magreb.Libia deber¨ªa anunciar hoy su incorporaci¨®n al tratado. Al menos, tal idea trascendi¨® de la cumbre del 9 de febrero en Sakiet Sidi Yusef por los jefes de Estado argelino, libio y tunecino. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha desencadenado, sin embargo, una catarata de contradictorios informaciones y apuestas.

Responsable de tal incertidumbre es la resoluci¨®n del Congreso General del Pueblo Libio, el, Parlamento de la Yamahiriyaq, que dio luz verde a Gaddafi, pero con dos condiciones: "no reconocimiento de las fronteras heredadas del colonialismo" y "la instauraci¨®n de la total unidad ¨¢rabe". Esas exigencias son opuestas al esp¨ªritu del acuerdo, basado en el respeto a las actuales fronteras.

El tratado es un pacto de no agresi¨®n, que compromete a no injerirse en los asuntos intemos de los vecinos y no albergar a sus opositores activos.