Encarna no vive all¨ª
Do?a Mar¨ªa es una persona importante para los que hacemos radio y televisi¨®n. Mar¨ªa es importante porque, adem¨¢s de dedicar su vida a otras cosas, dedica una parte de su presupuesto familiar a consumir. Consume electrodom¨¦sticos, alimentos, productos de limpieza y de belleza, ropa y otras muchas cosas. Mar¨ªa es el sujeto principal de la mayor parte de las oraciones simples o compuestas de los mensajes publicitarios de nuestros medios audiovisuales, que al tiempo que le informan le venden, o casi mejor, al tiempo que le venden le informan.La publicidad -invento cuyo desarrollo en nuestro siglo s¨®lo es comparable al de la energ¨ªa at¨®mica- llega a Mar¨ªa con una eficacia cada d¨ªa mayor y de manos de esas personas en quien do?a Mar¨ªa conf¨ªa tanto o m¨¢s que en su propio marido, y que adem¨¢s son las personas que le cuentan desde su radio o su televisor las cosas que ocurren en el mundo y en el pueblo. El ¨²nico problema es que Mar¨ªa sufre extra?os despistes en los ¨²ltimos tiempos y no tiene muy claro si la culpa del frente fr¨ªo que entra por Galicia la tiene Repsol o el porqu¨¦ de que en su establecimiento D¨ªa m¨¢s cercano no le admitan la inscripci¨®n para participar en El precio justo con el simp¨¢tico Joaqu¨ªn Prat.
La carne en el asador
Con la radio, Mar¨ªa est¨¢ todav¨ªa peor desde que visit¨® Serranillos Playa y le dijeron que Directamente Encarna no s¨®lo no viv¨ªa all¨ª, sino que no hab¨ªa ido nunca. Mar¨ªa jur¨¦ y perjur¨¦ al del piso piloto que lo hab¨ªa o¨ªdo en la COPE y que Encarna, al tiempo que entrevistaba a un ministro, hab¨ªa puesto toda la carne en el asador por Serranillos, con la misma pasi¨®n con que defend¨ªa a una madre maltratada. Del disgusto a Mar¨ªa le sali¨® un grano y se dirigi¨® a una farmacia a pedir un tubo de la crema que usa I?aki Gabilondo para el acn¨¦. La dependienta tard¨® varios minutos en hacerle entender que Gabilondo no usaba Sensilis, por mucho que ella le hubiese o¨ªdo hablar del producto con la misma familiaridad y sensibilidad con la que terminaba de relatar un dram¨¢tico asesinato en la calle de la Ballesta.Esa misma tarde, en la reuni¨®n del bingo, coincidi¨® con Luis del Olmo, y no s¨®lo le salud¨®, sino que utiliz¨® como punto de contacto el truco de comentarle que ella tambi¨¦n beb¨ªa exclusivamente leche Pascual. Mar¨ªa consider¨¦ como broma que Luis le dijese que a ¨¦l la leche, de la marca que fuera, se la hab¨ªa prohibido el m¨¦dico hac¨ªa a?os. No era posible -pens¨® Mar¨ªa- que un hombre que informa sobre la leche con el mismo fervor que sobre los refugiados palestinos no se tome cada d¨ªa un m¨ªnimo de cuatro litros.
Mar¨ªa est¨¢ ya deseando que Rosa Mar¨ªa Mateo conecte con Mapfre para que desde all¨ª informe sobre los acuerdos entre la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos mientras repasa en el v¨ªdeo el ¨²ltimo cap¨ªtulo de 48 horas para enviar el resultado al cocurso del TPT.
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